Las peores vacaciones de tu vida, en TintaLibre de verano
La portada de Paula Bonet, ilustradora y escritora, anuncia que el verano en TintaLibre es muy particular y el buen tiempo siempre tiene su lado de sombra. Lo escribe Jordi Gracia: “lo malo de las vacaciones son las expectativas: nada sale nunca como estaba fabulado en la intimidad caliente de la ilusión”.
Entre la sátira y la autoparodia toman la mochila de la expedición literaria seis escritoras: Maruja Torres conserva todo el sarcasmo al contarnos uno de esos viajes a Grecia iniciáticos donde todo salió mal: el novio tóxico, el perro abandonado, las hippies de buena familia, los machos cabríos de las islas griegas, e incluso el meneo a su tarjeta visa recién estrenada. Es una comedia, no crean. Cerca de allí, en Chipre, recuerda Anna Pazos esa inesperada sensación de felicidad que puede encontrarse en una playa con dos soldados de permiso… No es el caso, la felicidad, del poderoso relato dramático que la protagonista de Andrea Genovart va narrando en su viaje al fondo de la noche: un acróbata muerto en un festival, una bomba en las Ramblas, un amanecer en una chabola con el hombre equivocado… No es poco.
Edurne Portela nos remite a los 18 años, el tiempo en el que quieres comerte el verano, aunque el mundo reserve un sabor agrio a su protagonista: una oenegé, un país desarrollado y un hombre con coleta tienen la culpa de aquella noche en que se sintió rechazada en una habitación de hotel que se cerró a sus espaldas… Elvira Lindo apura por su parte y sin piedad los truenos de la noche madrileña: su protagonista adorna tangos su deriva personal por pisos alquilados, citas con hombres casados, y esos recuerdos de cuando su padre la llevaba con él a esos restaurantes que huelen a tabaco, sudores y churrasco.
No hay verano sin Benidorm por estos pagos, pero si se da la circunstancia de que ese Benidorm fue el lugar de vacaciones de Marta Sanz entre 1972 y 1980, pueden imaginar que el relato de la escritora destripa la ciudad, la familia, las canciones de moda y la revolución sexual de su protagonista.
Más veranos. Parece que Miguel Sánchez-Romero ha hallado el Infierno de Dante en los centros comerciales. Suele pasar. Su Beatriz se hace acompañar por un reencarnado Massimo Dutti y cumplen las penas de los condenados en las colas de Bershka o en los laberintos de Ikea…
Perderse en el mapa también es una tentación propia de la estación. La historiadora Isabel Soler nos ofrece un fresco histórico de la bella y equívoca cartografía portuguesa de principios del siglo XVI con una hipótesis: perderse en el mapa era una cuestión de principios políticos… Y Ramón Reboiras hace perderse a su atribulado protagonista en un lugar imperdible: el archipiélago de la Azores.
Para los amantes de la literatura van tres piezas de las que se leen y piensan a la sombra: el Josep Pla íntimo y sin máscara que nos trae Jordi Amat a raíz de la monumental biografía que sobre el maestro catalán acaba de publicar Xavier Pla, el prestigioso autor ruso Vladímir Sorokin, nos hace pasear por un Kremlin muy lujurioso hecho de cocaína, y Paco Cerdà nos introduce en juego de las ilusiones que a veces cambian el tablero de los deseos: su tentativa para llevar al cine su libro El peón (sobre el trasfondo del niño prodigio Arturito Pomar en el franquismo), con Woody Allen en el elenco, acabó en un amargo jaque mate.
Falsos desengaños, en TintaLibre de junio
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Si se quedan con ganas de seguir pensando ahí va un Conversatorio entre dos personas que saben de qué va el pensamiento y hablan sin tapujos del nuevo auge del ensayo: Silvia Sesé (Anagrama) y Miguel Aguilar (Taurus, Debate).
Como ven seguimos dando mucho que pensar.
Feliz verano.