Daniel Basteiro: “La crispación es cartón piedra, puro resentimiento por no gobernar”

Daniel Basteiro cree que la crispación es una decisión política. En sus palabras, “puro cartón piedra”. Porque no está en la calle, donde los distintos conviven sin sobresaltos, y porque si está en el Congreso es por una mera estrategia política. Antes de llegar a la dirección de InfoLibre en marzo de 2020, fue corresponsal en Bruselas para el diario Público, miembro del equipo fundador de El Huffington Post en España y periodista de El Español. Colabora como analista político en diferentes espacios de debate en medios como La1 o laSexta. Mantiene que las democracias están amenazadas, pero cree que Europa puede ser clave en su defensa: “Hay que estar muy vigilantes, hacer muchísima pedagogía y una defensa militante de lo bueno que tiene Europa, con todos sus peros. Es un proyecto de paz, estabilidad, crecimiento y progreso como no hay ninguno en el mundo”.

Renovación CGPJ

“Al renovar el CGPJ Feijóo asume la legitimidad del Gobierno al 100%. Hasta ahora, Feijóo ha jugado a todas las barajas. Por una parte, se dice moderado y, por otra, compara a este gobierno con el de regímenes autoritarios o incluso dictaduras. Conceptualiza a Pedro Sánchez como una suerte de Satanás pero de hecho ha pactado con ese gobierno de los jueces que era tan malo. Además, asume que la legislatura va a durar y que la campaña electoral permanente se ha acabado, porque hasta ahora muchas de las excusas eran el posible coste electoral. Con este pacto asume que no habrá elecciones en otoño y que puede permitirse algún tipo de acercamiento o de pacto, aunque sea sólo durante cinco minutos, porque cree que no vamos a elecciones próximamente”.

Contenido del acuerdo

“Creo que la mayor virtud de ese acuerdo es el propio consenso, el acuerdo en sí. Vivimos en una España muy crispada, muy polarizada, con episodios de violencia política y debates muy ásperos y que incluyen frecuentes insultos. La política es confrontación, evidentemente. Pero también es pacto. El Parlamento, parlamentar, es entenderse, lograr mayorías, sacar leyes conforme a la norma. Más allá de eso, el pacto no me gusta mucho, ha sido un cambio de cromos como siempre. Los diputados y senadores deberían conocer de alguna manera a quienes van a votar. Después, saber sus méritos o que presenten incluso un programa de lo que quieren hacer desde el Poder Judicial y que su designación no sea una sorpresa”. 

Cortafuegos a la politización de los jueces

“La cuestión de las incompatibilidades me parece positiva. Está bien que se pongan cortafuegos entre una etapa política y otra en otro estamento del Estado. El problema es que falta cultura democrática. Que José María Macías vaya a ser magistrado del Tribunal Constitucional puede ser acorde a la normativa, no hay puerta giratoria, pero es alguien que se pasea por los platós poco menos que insultando a la izquierda. No se trata solo del aspecto formal de las normas sino de una cultura de fondo que evite el partidismo. O la colonización del sector judicial, como ha hecho el Partido Popular con la no renovación durante cinco años del CGPJ impidiendo que la España real, la que ha votado la gente, tenga un cierto reflejo en el Poder Judicial”.

Efectos en la ciudadanía

“Para los ciudadanos es una muy buena noticia porque hay alrededor de un centenar de plazas de altas magistraturas en las audiencias y en el Tribunal Supremo que estaban vacantes, y eso estaba llevando a la Justicia a una situación de colapso. Los ciudadanos van a notar, para empezar, que las causas se agilizan y que esos nombramientos responden a un equilibrio de fuerzas que es el actual y no el nacido de unas elecciones en 2011, cuando Rajoy tuvo mayoría absoluta”.

Cómo queda Feijóo 

“Llegar a ese pacto, para empezar, no es ningún favor que haga Feijóo a la izquierda, al gobierno o a los ciudadanos. Es ni más ni menos que cumplir la Constitución. Eso sí, él mismo lo ha dicho, tiene y ha tenido muchas presiones para no pactar, por lo que es una buena noticia que las haya resistido y haya afirmado su liderazgo en la primera gran decisión que toma tras dos años como líder del PP. Dudo mucho que esto sea un cambio radical en su estrategia. Lo vemos por las duras declaraciones sobre el fiscal general o el entorno del presidente de Gobierno al día siguiente. Feijóo quiere jugar a todo y el hecho de pactar el CGPJ va a incluir también probablemente un recrudecimiento en otras esferas de la oposición, precisamente para hacérselo perdonar”.

Retroceso celebración del Orgullo 

“No es casualidad nada de lo que está pasando con administraciones del PP o del PP y Vox. Cuando retiras una bandera arcoíris que lo único que hace es ensanchar los derechos de todos, no sólo de un colectivo o personas, sino a través de ellos, de la sociedad y la democracia, estás diciendo: “No estéis tan cómodos, aquí no estáis tan seguros como creéis”. Es un mensaje demoledor. Algo esencial en toda democracia es el respeto al diferente, a las minorías, aunque la democracia sea la afirmación de la voluntad de la mayoría. Comparar ser LGTBI con enfermedades, decir que no se pone la bandera porque es de plástico o asociar, como el cartel de Madrid, a las personas LGTBI con el alcoholismo o la promiscuidad no solo insulta a esas personas sino a la propia democracia”. 

La democracia en riesgo

“La sensación es inquietante. Hay una mezcla de factores. Influye mucho la crisis de los medios de comunicación como instituciones de mediación, prescripción y conocimiento. Influye también el uso de la tecnología, lo perverso de algunos algoritmos que viven del odio y de exaltar pasiones muy bajas como un negocio muy lucrativo. También tiene que ver con algunos poderes que no están del todo cómodos con las ideas de progreso, de sostenibilidad medioambiental o de democracia, que se quieren imponer y crean una polarización. Todo cuaja en una suerte de populismo que saca emociones de ti, pero ni un solo proyecto en positivo. Hemos visto un avance de los extremismos, pero hay esperanza con gobiernos como el de España, progresista, europeísta, con resultados”.

La Europa que viene 

“La moderación, los pactos entre distintos, la centralidad, han vertebrado Europa desde su nacimiento. Han devenido en un espacio de cohesión social y de democracia. A lo largo de las últimas décadas ha habido un consenso entre socialdemócratas, democristianos y liberales que se va a volver a dar. Creo que los resultados de la última cumbre son esperanzadores porque se ve que sigue habiendo una mayoría moderada central para articular la Unión Europea, algo que no estaba tan claro antes de las últimas elecciones. De cara al futuro hay que estar muy vigilantes, hacer muchísima pedagogía y una defensa militante de lo bueno que tiene Europa, con todos sus peros. Es un proyecto de paz, estabilidad, crecimiento y progreso como no hay ninguno”.

Polarización

 “Se puede recuperar un cierto sosiego. Lo hemos visto esta semana con el pacto del CGPJ. Creo que es evidente que la polarización y la crispación que vivimos en la política española es totalmente impostada. Afortunadamente, en la calle, en un bar o en un centro de trabajo, puede haber cierta tensión política, pero la gente convive. La crispación por parte de sobre todo de ámbitos conservadores, que son quienes más la propician, es puro cartón piedra, puro resentimiento por no gobernar. En una España tan crispada como parece la política no sería posible un acuerdo como el del CGPJ. Creo que ese pacto demuestra hasta qué punto es falso ese ambiente que se quiere trasladar y que resulta irrespirable. No, en España se respira muy bien”.  

Mejora económica

“Creo que hay una innegable buena gestión económica que cualquier gobierno conservador, si la tuviera, celebraría. La fiesta no se acabaría nunca si gobernara el Partido Popular. Hay muchísimos asuntos que hay que abordar: la exclusión social, el inaceptable paro juvenil, los efectos secundarios del turismo o el precio de la vivienda, que creo que es el principal problema de ese país. Pero los datos macro y muchos de los indicadores son muy positivos, no solo por el carácter dinámico de la sociedad española sino por una gestión política que cuando vinieron mal dadas en la crisis del covid. Este Gobierno preservó los empleos e invirtió en la sociedad y sigue una senda de favorecer y apoyar el crecimiento económico y creo que está dando resultado”.  

Incertidumbre en Cataluña

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“Nadie puede hacer un pronóstico claro en este momento. Que la mesa del Parlament tuviera mayoría independentista y que ningún candidato se haya presentado a la investidura no son buenas señales. La discreción de las negociaciones, que es marca de la casa en el PSC, es una señal positiva. Es muy difícil un vuelco electoral si se repiten las elecciones, con lo cual hay pocos incentivos para volver a encontrarnos en la misma situación. Esto puede resolverse en el último minuto, muy a la catalana, un 24 de agosto, en plena ola de calor y quizás ahí tengamos a Salvador Illa como presidente. El gobierno sigue trabajando y sería mucho más difícil sin estabilidad en Cataluña, porque volveríamos a un clima electoral. Pero tampoco es imposible”.

Balance de Pedro Sánchez

“Está haciendo casi todo lo que puede con una mayoría muy frágil. El gobierno ha avanzado a veces por medio de ciertas situaciones de infarto. Hay una cacería clara contra presidente y su entorno más cercano. Me parece evidente que instrucciones como la del juez Peinado, totalmente exóticas, sin saber qué está investigando ni de qué acusa a Begoña Gómez, son la prueba. Creo que Pedro Sánchez ha cometido algunos errores en respuesta a estos hechos. Hay decisiones, mensajes, declaraciones que no hubieran sido necesarias. Cierto es que estamos ante una situación muy difícil. En política no vale esto de “se viene llorando de casa”. Lo importante sería no tener que llorar y no asumir que por estar en política dejas de ser humano y tienes que apechugar con todo”. 

Espacio a la izquierda del PSOE

“Está en un momento de crisis tras un ciclo electoral nefasto. Sin ese espacio no habría Gobierno de coalición. Articularlo es posible y es provechoso. No creo que sea necesario un Frente Popular que aglutine a toda la izquierda como en Francia por nuestro sistema electoral y cómo somos en España. Pero es importante aprender que no hay que esperar a situaciones límite para poner la política, las medidas, la gente por encima de egos y cuotas. En el proyecto de Sumar se cometieron errores de los que se puede aprender. No me parece mal que haya alguna dirección colegiada de los líderes de los diferentes partidos que tome las decisiones, siempre y cuando se proyecte hacia fuera un proyecto homogéneo, ilusionante y con la justicia social y el avance en derechos como prioridades”.

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