Enric Juliana: "Se empieza declarando ilegítimo a un Gobierno y se acaba ocupando un parlamento"
El director adjunto de La Vanguardia, Enric Juliana (Badalona, 1957), considera que, seguramente, el rasgo que en mayor medida condiciona negativamente el clima político español actual se arrastra desde que el PP decidió secundar la consigna de Vox de no reconocer el resultado electoral y de considerar ilegítimo al Gobierno de Pedro Sánchez. A su juicio, "es muy grave, sobre todo, porque eso tiene consecuencias y lo estamos viendo en el mundo. Ha pasado en Brasil, pasó en EEUU y cabe esperar que eso no ocurra jamás en España".
El Apocalipsis
"Tengo por costumbre leer un poco, sin exagerar, la prensa europea. Puedo asegurar que los niveles de catastrofismo que se han dado en España respecto a la evolución de la economía durante estos últimos meses no se han presentado en ningún otro lugar de Europa. He visto durante estos meses impulsos sádicos en determinados periodistas, cabeceras y, evidentemente, políticos como si disfrutasen con la expectativa de que su país pudiese sufrir. Lo cual no deja de ser un contraste en un lugar en el que se habla tanto de patriotismo. Tenía entendido que el patriotismo consiste en querer el bien de tu país. No entiendo cómo puedes querer el bien de tu país y a la vez experimentar placer con una expectativa de que las cosas le van a ir mal. Pero ya sabemos cuál es el juego. Estamos ya curados de espanto. El Apocalipsis no se ha producido".
Año electoral
"En las elecciones de 2019, tanto en las de abril como las que se repitieron luego en noviembre, la derecha acudió dividida en tres partidos: Vox, PP y Ciudadanos. Y sabemos bien que eso le perjudicó, porque la ley electoral española no premia la fragmentación. Los tres partidos de la derecha ahora son dos, porque Ciudadanos prácticamente ha desaparecido. Todos los sondeos indican que más del 90% de los votos que iban a la formación naranja han pasado ya al PP. La cuestión es si se van a cambiar las tornas, es decir, si la fragmentación en tres que había en el bloque de la derecha ahora pasa al de la izquierda, según como vayan las cosas en Unidas Podemos en torno a la cuestión de Sumar. Si se produjese esa división en tres ofertas electorales estaríamos ante una paradójica inversión de la situación. Con ventaja clara para para la derecha, indudablemente".
Resolver el problema catalán
"El Gobierno está actuando con valentía en la cuestión de Cataluña. Aprobó los indultos cuando había muchas opiniones en contra. Al cabo de los meses, las aguas ya se habían tranquilizado. A finales de este año, el Ejecutivo ha tomado otras iniciativas, creo que arriesgadas en términos de interés electoral, como es cambiar el delito de sedición y a la vez introducir una problemática modificación en el de malversación. Esto está provocando en estos momentos ruidos y los vamos a ver dentro de siete días en la Plaza de Colón de Madrid. La cuestión de Cataluña es de fondo y creo que este Gobierno lo que está haciendo es intentar enfocarlo con serenidad y crear las condiciones de una situación de paz civil de largo periodo. Y esto a mí me parece correcto. ¿Esto puede significar la derrota de la izquierda española? No lo sé. ¿Existe el riesgo? Sí".
La situación en Cataluña
"En Cataluña hay fatiga. Básicamente, los diez años o más del procés han provocado fatiga, tensión, hartazgo en distintos grados y con distintas intensidades. Hay un sector de las personas que apoyaron la causa independentista que se sienten frustradas. Otros se sienten engañados porque creyeron cándidamente que la independencia de Cataluña era posible de una manera casi mágica, y eso no se ha producido ni se va a producir. Y hay otro sector social importante que considera que hemos asistido a una pérdida de tiempo colosal que ha provocado daños a la reputación y a la economía de Cataluña. Recomponer todo esto no es fácil. La reconfiguración interna catalana es perfectamente posible si está siendo posible la del País Vasco. Ha sido puramente un conflicto de orden político que no ha ido más allá y, quiero subrayarlo, de la política civil: no ha habido violencia en Cataluña".
El poder judicial
"El bloqueo del Consejo General del Poder Judicial es uno de los escándalos de esta legislatura. Obedece básicamente a un concepto que es un elemento clave para leer lo que ha pasado estos años: la consigna del Gobierno ilegítimo. Esta consigna la lanzó Vox en la investidura de enero de 2020 y el PP la hizo suya. Si tú consideras que el Gobierno es ilegítimo, todo vale y, evidentemente, no vas a pactar la renovación de órganos institucionales de primera importancia, como el CGPJ. Finalmente, en uno de esos movimientos de carambola que tiene la política, se produce la renovación del Tribunal Constitucional con una mayoría clara para el denominado sector progresista. ¿Cuál sería el balance final? Que al PP esa política de obstrucción mucho no le ha reportado y que el PSOE ha intentado romper el cerco tomando medidas que la gente tampoco, en algún momento, ha acabado de entender. El episodio final de año no fue bueno para los socialistas".
La oposición del PP
"A un partido de oposición lo que no se le puede pedir es que se dedique a aplaudir al Gobierno o que no haga oposición. Y la oposición consiste muchas veces en acentuar las críticas e incluso en exagerar, y de eso no escapa nadie. Ahora, la cuestión es dónde se sitúan los límites. Insisto, para mí hay un límite que se ha traspasado, que es la declaración de ilegitimidad del Ejecutivo. Esto me parece grave, sobre todo porque eso tiene consecuencias y lo estamos viendo en el mundo: se empieza declarando ilegítimo a un Gobierno y se acaba ocupando un Parlamento. Eso ha pasado en Brasil, pasó en EEUU y cabe esperar que eso no ocurra jamás en España. Creo que el PP ha cabalgado sobre la consigna lanzada por Vox: la ilegitimidad".
Quién manda en los partidos
"¿Quién manda en la derecha? Esta pregunta no tiene hoy todavía una respuesta clara. Feijóo fue elegido presidente del PP con una votación casi unánime que le dio mucha autoridad e, inmediatamente, ello tuvo un reflejo en los sondeos. Creo que comete una equivocación grave cuando se echa atrás en el pacto del CGPJ, porque su autoridad política se ve mermada. ¿Quién manda en el PSOE? El PSOE es Pedro Sánchez. Nadie acusa a Sánchez de debilidad. Al contrario, la oposición está desarrollando el concepto de que el presidente es un tirano. No es que le falte el liderazgo, le sobra. Pero luego tenemos la otra gran incógnita, que es la de quién manda a la izquierda del PSOE. Esa también es una pregunta que no tiene respuesta: antes mandaba Pablo Iglesias, ahora no está claro".
Sumar o restar
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"¿Hay más distancia entre Ione Belarra y Yolanda Díaz que entre Emiliano García-Page y Pedro Sánchez? Me parece que no, que están más cerca en el pensamiento político Díaz, Belarra, Irene Montero o Pablo Iglesias, que Page y Sánchez, que discrepan abiertamente. En cambio, nadie está hablando de que el PSOE se va a romper, y es un partido que ha vivido tensiones extraordinarias a lo largo de su historia, y sigue existiendo. El gran dilema al que se enfrenta la gente a la izquierda del PSOE es si son capaces de superar esto. La cuestión es si logran sumar, si evitan restar. Diría que un reset es necesario. El liderazgo de Díaz en términos electorales es prometedor, pero también diré que no se puede sumar sin Podemos".
Confrontación vs tranquilidad
"En el momento en que la gente va a votar, se plantea básicamente la pregunta de qué es lo que podemos esperar. La derecha quiere convencer a los ciudadanos españoles de que, si la izquierda revalida su mayoría en los términos que ha existido, lo único que podemos esperar es más ruido, más confrontación y más bloqueo. La izquierda quiere poder transmitir a la sociedad que, si vuelve a obtener mayoría en el Parlamento con una alianza similar a la que ha tenido durante estos años, lo que puede esperar es algo más de serenidad y de tranquilidad. ¿Y cómo se construye eso? Las expectativas económicas ahí tienen un papel muy importante, junto a la capacidad de transmitir liderazgo y seguridad en lo que se está haciendo. Esta es para mí la cuestión".
La tercera España
"La existencia de partidos regionalistas, nacionalistas o soberanistas fuertes forma parte ya de la morfología política española. Esos 40 o 42 diputados van a permanecer, y no tengo la impresión de que ahí se vayan a producir muchos cambios. Y, en su mayoría, esas fuerzas son tendentes a apoyar a la izquierda. El problema para la derecha es que, por un lado, debe atender una reclamación de que hay que ir más a recentralizar —este es uno de los emblemas de Vox— y, a su vez, la realidad indica que hay que prestar atención a las diferencias. La política entrará en una fase nueva el día en el que la derecha sea capaz de dialogar serenamente con la España que se siente diferente. El día en el que la derecha española consiga hacer esto, la política de este país sí que habrá cambiado".