José Miguel Contreras: "Pasados unos años, hemos comprobado que España ni se ha hundido, ni se ha roto"
Para el periodista, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad y especialista en comunicación política José Miguel Contreras (Madrid, 1958), “la sucesión de los comicios en Euskadi y en Cataluña imponen un significativo cambio en el clima político. El PP ha comprobado una vez más su papel irrelevante en estos dos territorios. Sus aspiraciones de alcanzar algún día una mayoría suficiente para gobernar en España siguen teniendo una barrera hasta ahora insalvable”. Además, Contreras, socio y accionista de infoLibre, considera que “el escaso apoyo que la oposición a la Ley de Amnistía ha despertado en estos dos procesos debería hacerles reflexionar sobre la posible evolución de la opinión pública en el resto de España”.
El pronóstico del PP
“Hay que reconocer que el Partido Popular no ha tenido excesivo éxito a la hora de elegir los ejes de su oposición política. Fundamentalmente se basó desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno en dos líneas prioritarias: Por un lado, España se hunde, va a venir una recesión económica que va a llevar a una quiebra total del Estado del bienestar. Hoy en día la situación de la economía española es bastante boyante. Estamos entre los países que lideran el crecimiento en la Unión Europea. Y, por otro lado, la segunda línea es el supuesto separatismo amplificado por las políticas del Gobierno de Sánchez y que conducía a la ruptura del modelo español de convivencia. Finalmente, pasados unos años, hemos comprobado que ni España se ha hundido, ni España se ha roto. La economía funciona y las elecciones en Euskadi y en Cataluña han reforzado la estabilidad del país y han alejado las posturas separatistas”.
Elecciones en Cataluña
“Las elecciones catalanas se pueden juzgar desde varias perspectivas, pero yo creo que se puede hacer un análisis bastante certero desde diferentes puntos de vista. Por un lado, está claro que el independentismo ha salido derrotado frente a las posturas de colaboración con todo el Estado español. En segundo lugar, la moderación ha ganado claramente frente a las posturas más radicales y extremas, a un lado y a otro. En tercer lugar, hemos visto también cómo las políticas progresistas son las que pueden llegar a sumar una mayoría que dé un gobierno estable de cara al futuro. Y, finalmente, sí que parece claro que aquellos que buscaban una confrontación del resto del Estado español frente a Cataluña han salido manifiestamente derrotados en estas elecciones”.
La figura de Illa
“Salvador Illa hay que reconocer que es un político bastante peculiar. No existen referentes muy claros a la hora de encontrar comparaciones con su figura y, sin embargo, parece haberse convertido en el político ideal para liderar la actual situación de Cataluña. ¿Cuáles serían sus características fundamentales? En primer lugar, desde luego, la moderación. En segundo lugar, su capacidad de diálogo. En tercer lugar, la de encontrar posibilidades de pacto de amplias mayorías transversales. Y en último lugar, una seriedad a la hora de afrontar la gestión y la política que terminan por darle una imagen solvente, moderada y de diálogo que seguramente es la medicina que ahora mismo necesita con mayor urgencia Cataluña”.
Referéndum sobre la amnistía
“En estas elecciones se planteaba, evidentemente, un referéndum, una votación sobre el tema de la amnistía. Existía un interés por parte de todo el mundo por observar cómo valoraba la población catalana en las urnas la aprobación de la ley de amnistía. El resultado es incontestable: El 80% de los votantes de Cataluña han apoyado opciones que defienden la amnistía y solo el 20% apoyan las opciones políticas contrarias. Por tanto, en términos puramente cuantitativos, sin entrar en ningún otro tipo de valoraciones, el resultado es incontestable: 80 frente a 20 en favor de la amnistía. Los resultados confirman que la amnistía puede servir para recuperar la convivencia dentro de la sociedad catalana”.
Una decisión política
“El principal problema que tenía la Ley de Amnistía es que evidentemente estaba sujeta a discusión. Es perfectamente lícito poder encontrar puntos a favor y puntos en contra. Como toda opción política puede estar bien o puede estar mal. Con los datos en la mano, la Ley de Amnistía lo que fundamentalmente intentaba promover en Cataluña, eran dos aspectos: Por un lado, el intentar sosegar el clima político y social, es decir, que la tensión bajara, que se desinflamara la tensión social en la vida cotidiana en Cataluña. Esto sin duda ha sucedido ya. No tiene nada que ver la vida hoy en Cataluña con cómo estaba en 2017. Y el segundo aspecto importante era ver si contaba con el suficiente apoyo social, si la gente finalmente secundaba esa opción. También esta parte cuantitativa se ha visto indiscutiblemente reforzada en las urnas. Por tanto, desde la perspectiva política, la evaluación está hecha. Ha sido un acierto político el llevar a cabo esta Ley de Amnistía. El dato que seguramente concluye y apoya esta tesis es que el Partido Popular, que durante meses ha hecho campaña fuera de Cataluña contra la amnistía, en estas elecciones no ha utilizado el tema como asunto de campaña, porque eran conscientes de que actualmente en Cataluña defender la opción antiamnistía es una opción perdedora que no tiene un apoyo social extendido.
La derecha españolista no crece
“Es cierto que, respecto a hace tres años, el Partido Popular ha pasado de tres diputados a 15, lo cual es un resultado excelente. Pero hay que tener en cuenta que esa diferencia se debe fundamentalmente a la desaparición de Ciudadanos y a que todo ese voto se ha ido al PP. Ahora mismo, la derecha españolista que representan el Partido Popular y Vox viene a ocupar aproximadamente un 20% del electorado en Cataluña. En estas en concreto, ha llegado hasta un 19%. En las anteriores elecciones, hace apenas unos meses, el 23 de julio, llegó al 21%. Y hace tres años, si metemos a Ciudadanos en ese mismo paquete, también estaba en un 20%. Si hoy se celebran elecciones generales, el voto que obtendría el PP en Cataluña es el mismo que obtuvo el 23 de julio. Por tanto, su política de choque directo contra la Ley de amnistía y de mantenimiento de las políticas clásicas del Partido Popular respecto a Cataluña, no le ha producido avance ninguno en ese territorio”.
Acuerdos de gobierno
“Estamos en una coyuntura bastante peculiar porque hemos terminado una campaña electoral y automáticamente nos metemos en otra. Esto va a condicionar absolutamente los acuerdos de gobierno. Ahora mismo, en plena campaña electoral, ningún partido va a mostrar sus cartas. Todos van a intentar concentrar toda su actividad en las elecciones europeas. Por tanto, lo más seguro es que durante estas semanas en realidad no se haga nada. Resulta irónico que, a veces, las elecciones perjudican el funcionamiento rutinario del sistema democrático, porque, en mitad de una campaña, los partidos no piensan más que en sus mensajes electorales y se alejan, desde luego, de pensar en políticas de Estado. Seguramente lo más sensato es no hacer nada ahora, empezar a establecer contactos entre unos partidos y otros y esperar hasta después del 9 de junio para abordar de verdad unos acuerdos que puedan garantizar una solución estable de gobernabilidad en Cataluña”.
Un Gobierno en torno al PSC
“El resultado de las elecciones ha dejado algunas cosas claras. Realmente, cualquier mayoría que pueda surgir pasa por el partido de los socialistas catalanes. El PSC e Illa es el único partido y el único líder que tiene posibilidad real de alcanzar una mayoría. Ni los partidos independentistas, por un lado, ni desde luego, tampoco los partidos de la derecha españolista antiindependentista tienen capacidad ninguna de conformar una mayoría. Por tanto, el debate, el trabajo que deberá emprende Salvador Illa, es el de ver si es capaz de hacer efectiva la única opción que existe, que es la de que él pueda gobernar. Si no lo consigue, habría que ir a una repetición electoral. En realidad, el resultado, aunque parezca complejo por la fragmentación del mapa político catalán, es bastante claro y evidente. Solo hay esa opción. O Illa presidente con una mayoría transversal que pueda conformar o repetición electoral”.
Puigdemont
“Parece evidente que a Puigdemont no le ha salido la jugada que tenía planteada. Contaba con la seguridad de que iba a ser o la lista más votada o el partido con mayor número de diputados, o bien que pudiera conformarse una mayoría independentista que él pudiera liderar. Ninguna de estas tres hipótesis se ha dado. No tiene ninguna posibilidad real de gobernar. Él hace la analogía con el Gobierno de Madrid diciendo que tampoco Pedro Sánchez había ganado las elecciones y sin embargo gobierna. En realidad, creo que se equivoca. Con quien debería compararse es con Feijóo, porque Pedro Sánchez sí tenía una mayoría que podía apoyarle pese a no haber sido la lista más votada. El que no tenía ninguna mayoría suficiente para gobernar era Feijóo. Puigdemont está haciendo de alguna manera un Feijóo. Es decir, proponerse como gobernante cuando no tiene posibilidad alguna de conseguir una mayoría que lo apoye”.
Crece la ultraderecha
“Estas elecciones han servido de carta de presentación de otro grupo de ultraderecha. La Aliança representa una escisión de Junts radicalizada, xenófoba y que abre ahora dentro del independentismo un grupo de ultraderecha similar a lo que pueda representar Vox dentro de la del sector españolista. Al final ambos grupos se parecen. Se parecen en que ambos son escisiones de otros partidos mayores y, curiosamente, han encontrado su crecimiento amparado en que estos grandes partidos han ido radicalizando su posición. Cuando un partido de derechas radicaliza su posición para no verse asaltado por el nacimiento de grupos de ultraderecha, en realidad lo que hace es amplificarlos porque hace más evidente la necesidad de que esa ultraderecha exista. Este crecimiento de la ultraderecha a los dos lados yo creo que pone de manifiesto el que la estrategia que están siguiendo los grandes partidos de derechas para combatir la ultraderecha en España no es efectiva”.
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Las elecciones europeas van a servir de test para medir la fuerza que ahora mismo tienen Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español. Daba la sensación hace apenas unos meses, según las encuestas, de que el Partido Popular había ido recuperando espacio y se hablaba de una posible diferencia de hasta diez puntos si hubiera elecciones. Sin embargo, tras los resultados en Euskadi y en Cataluña, la evolución de los sondeos empieza a mostrar que esa dinámica, esa tendencia, ha cambiado y que ambos partidos parecen ahora bastante igualados. En estas elecciones catalanas se ha visto el nulo beneficio que el PP ha sacado de su oposición a la Ley de amnistía. Falta por ver ahora de qué forma ha podido cambiar o influir en el estado general de la opinión del resto de los españoles”.
La máquina del fango
“La denominada máquina del fango es un proceso que se repite en muchísimas democracias en países occidentales. Es una técnica que ha descubierto en estos últimos años la derecha llevada a su límite máximo para conseguir llegar al poder cuando no lo consigue mediante las urnas. Claramente es una táctica de desgaste de la propia democracia para intentar llevar a las sociedades a una situación de descontento generalizado, de caos, de desasosiego creado precisamente por aquellos que lo promueven, que curiosamente terminan presentándose como la solución. Es aquel que precisamente inunda todo de mentiras, de bulos, de trampas, de pervertir los valores básicos de la democracia, el que busca beneficiarse de ese desgaste, presentándose como la alternativa al cambio de sistema. Esto no es específico de España, ocurre en otros muchos países y seguramente ahora de manera más clara y manifiesta empieza a verse materializado aquí”.
Calendario político
“El calendario político que viene por delante está marcado por las próximas elecciones europeas. En verano, lo lógico y normal es que tuviéramos un Gobierno ya establecido en Cataluña. Si esto es así, se acerca año y medio sin elecciones. Una situación desconocida en nuestro país desde hace tiempo que ojalá sirviera para serenar los ánimos y apartar la lucha política partidista inmediata. Puede plantearse entonces la posibilidad de conseguir pactos transversales entre diferentes partidos o, de cara al gobierno y a la mayoría que lo sostiene parlamentariamente, empezar a desarrollar una acción legislativa que en estos meses de atrás ha sido absolutamente inviable. Podrían empezar a ver la luz modificaciones legales que, hasta ahora, en este tiempo de confrontación política electoral eran imposibles de alcanzar al no poder conciliar mayorías suficientes para llevarlas a cabo”.