Lluís Orriols: "La incógnita está en si Vox va en serio con lo de entrar en el Gobierno en Andalucía"
Para el doctor en Ciencias Políticas Lluís Orriols (Barcelona, 1978) las elecciones de este domingo en Andalucía plantean diversas incógnitas que pueden tener influencia en el panorama político nacional. A su juicio, si se cumple lo que llevan semanas indicando los sondeos, tiene que ver con el papel que va a desempeñar Vox. Si alcanza un buen resultado, su decisión en torno a entrar en el Gobierno de Moreno Bonilla puede marcar “qué va a ser de Vox en el futuro”. Por el contrario, “si obtiene un mal resultado, es muy probable que tenga ondas expansivas en la política nacional”.
El por qué de la probable subida del PP
“Tendemos a exagerar el efecto idiosincrático de Juanma Moreno. Es verdad que el éxito del PP en Andalucía es, por un lado, el de Juanma Moreno. Así lo acreditan las encuestas, en las que su gestión y su valoración como líder son aprobadas y con muy buena nota. Pero hay mucho elemento de sinergia que es de ámbito nacional. Dicho de otra forma, muy probablemente no veríamos un avance del PP en Andalucía sin el colapso general que está teniendo Ciudadanos en la política española y también en la andaluza. Por tanto, hay mucho de política española en los resultados que vamos a ver este domingo”.
Complicada campaña socialista
“El PSOE de Andalucía tenía unas elecciones muy complicadas por dos razones. La primera, el estado de ánimo de la opinión pública con respecto al PSOE y al Gobierno de Pedro Sánchez está en recesión. Ocurre desde hace muy poco. Desde otoño hasta ahora, con la crisis energética, se cortocircuita la intención del PSOE de tener una segunda mitad de la legislatura más de bonanza económica y de impulso en políticas públicas. El segundo problema del PSOE es que ha gobernado la región durante décadas, excepto tres años. Por tanto, la realidad andaluza es esencialmente resultado del PSOE y eso le hace muy difícil ser el partido de la oposición y criticar al Gobierno”.
A la izquierda del PSOE
“La izquierda dividida es un mal que debe padecer la izquierda ¿no? Tengo la sensación de que no hay una receta clara. A veces, a la izquierda le va mejor yendo separada y, otras, yendo junta. La decisión de si es mejor ir separados o juntos viene determinada por el sistema electoral. Pero también es verdad que hay unos efectos no tanto de carácter mecánico, como ese, sino de carácter psicológico que son variables. A veces, la unidad de la izquierda anima a los votantes a participar. Pero otras ocurre lo contrario y provoca desafección, desencanto entre grupos que no se sienten reflejados en la amalgama de partidos de izquierdas. Se sienten reflejados en uno, pero no en el conjunto de ellos. De todas formas, estamos viendo cómo Adelante Andalucía quizás esté movilizando votos que no estaba consiguiendo movilizar al principio de la campaña”.
Vox, en el foco
“En estas elecciones en Andalucía, la incógnita que hay que despejar es si realmente Vox va en serio en su vocación de entrar en el Gobierno, no sólo en la de irrumpir en la política o influir a través de pactos sino también a través de la conformación de políticas públicas dentro de los Ejecutivos. Si Vox saca malos resultados, es muy probable que tenga ondas expansivas en la política nacional. Vox ha estado hasta ahora en una fase de crecimiento, contenida con el liderazgo de Feijóo, pero sin duda lo que pase este domingo en Andalucía va a marcar el tono de cómo la gente ve sus expectativas. Creo que ahora mismo está en una situación en la que debe priorizar si quiere marcar el tono del nuevo ciclo electoral o entrar en el Gobierno autonómico. Ese es su objetivo a conseguir.
Gobierno de coalición
“En el Gobierno de coalición hay que esperar que, en la recta final de la legislatura, aumenten las tensiones. No lo digo tanto por una cuestión idiosincrática de este Ejecutivo sino porque suele ocurrir así. Las coaliciones suelen entrar en conflicto, suelen distanciarse a medida que se acercan las elecciones porque lo que necesitan es distanciar sus proyectos, marcar sus diferencias. Afecta especialmente al partido pequeño porque es el grande el que absorbe todos los réditos de la acción de gobierno. En todo caso, soy de los que llevo tiempo diciendo que lo que le debería preocupar al Gobierno no es tanto la coalición, que no va tan mal, sino la mayoría parlamentaria, en la que ya hay síntomas claros de agotamiento”.
Intereses de la izquierda
“La relación entre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez o incluso la relación entre el PSOE y la amalgama de sensibilidades a su izquierda tiene que ser, por definición, de conflicto, de tensiones, porque compiten por un mismo espacio electoral. Pero hemos llegado a un punto en el que el PSOE ya no puede estar tan interesado en que le vaya mal a Yolanda Díaz o a Podemos. Antes, al PSOE le urgía que a Podemos o Unidas Podemos le fuera lo peor posible aunque la izquierda no sumara. Eso era secundario, porque lo primero era la supervivencia del proyecto y asegurarse que el PSOE fuese el primer partido en la izquierda. Pero una vez tienes esto, lo que quieres es gobernar. En la actualidad, el hecho de que Yolanda Díaz consiga tener un proyecto con cierto empuje electoral puede ayudar a la izquierda a conformar mayorías”.
Posibilidades de Yolanda Díaz
“El éxito del proyecto de Yolanda Díaz es muy complicado: intentar liderar una coalición electoral no liderando prácticamente nada. Ser general sin un ejército previo es muy difícil y eso es lo que es Yolanda Díaz. Tiene la necesidad imperiosa de reflotar una tendencia a la irrelevancia política. Eso sólo se puede lograr mediante la renuncia a parte de su identidad como partidos políticos y a ambiciones como líderes políticos. Todo ello a cambio de sacar unos mejores resultados. Esa es la tensión. No tengo claro qué puede ocurrir y si va a tener éxito o no la operación”.
Llegada de Feijóo
“Feijóo ha tenido una de las lunas de miel más exitosas de las últimas décadas. El inicio ha sido muy positivo. En estos primeros meses de Feijóo, el PP ha tenido unos resultados óptimos. Ha cerrado una crisis interna del partido y de liderazgo muy importante y ha conseguido generar expectativas. Ahora bien, son sólo expectativas. La gente se ha conformado una imagen de lo que es Feijóo. Ahora toca confirmar que realmente es así. Aún hay una incógnita muy importante: la de determinar si el PP va a ser un partido de Estado, es decir, si va a ser un partido que en las cuestiones incluso de imperativo constitucional va a alcanzar acuerdos con el PSOE o va a ser aún un partido de bloqueo incluso en las cuestiones más básicas. Eso es una incógnita que aún no ha despejado Feijóo”.
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“Vox sigue siendo un proyecto enigmático. Aún no tengo claro qué es Vox y, seguramente, no lo tengo claro porque no lo tienen claro ni ellos. Vox a veces se comporta como una escisión del PP. A veces lo comparo con Unidad Alavesa, una facción del PP cansada de la moderación y de los casos de corrupción, que decide montar un partido distinto, pero que no deja de ser una escisión del PP. Y otras veces sí que se comportan propiamente como un partido de extrema derecha populista. Juegan a esta doble estrategia. Quizá quisieran ser una extrema derecha populista, pero no lo consiguen porque los vínculos de tantos años con el PP de algunos de sus cuadros dirigentes les impiden configurar ese proyecto. No puedes jugar las dos cosas a la vez. A mí me da la sensación de que quizá lo que veamos sea una regeneración de sus liderazgos en un segundo capítulo de la historia de Vox en España”.
Partidos nacionalistas
“Los partidos nacionalistas o periféricos, y muy particularmente los catalanes y los vascos, han sido los que han decidido la configuración de las mayorías parlamentarias prácticamente todo el tiempo. Son importantes porque son los estabilizadores de las mayorías parlamentarias y cuando no están es cuando vemos inestabilidad política. Y eso parece ser que va a seguir siendo así en el futuro. Esto es una buena noticia para el PSOE y mala para el PP. La combinación de PP y Vox hace que sea imposible conseguir los votos de ciertos partidos periféricos, especialmente los nacionalistas. Quizás los partidos de la España vacía, que son mucho más agnósticos en términos ideológicos, sí que los puede conseguir el PP, pero los partidos nacionalistas, no”.
Impacto electoral e inflación
“Decimos que la economía tumba Gobiernos. Existe mucha evidencia de ello, aunque no suele producirse con la inflación. El indicador macroeconómico más importante suele ser el desempleo. El crecimiento económico, la balanza de pagos, la inflación o la deuda suelen ser cuestiones por lo general menos preocupantes en términos de castigo electoral. No obstante, cada crisis tiene sus elementos específicos. En esta ocasión, quizás la inflación en general no sea lo que más debería preocupar al Gobierno, aunque le debe preocupar, sin duda. Quizá tengan más impacto algunas subidas concretas, como la derivada de la crisis energética. Con el precio de la energía puede ocurrir lo mismo que pasó con el precio de la vivienda hace una década, que incluso generó movimientos sociales. Esto debería preocupar sobre todo a un Gobierno de izquierdas al que no solo le votan por la cartera sino también en términos de igualdad y de redistribución”.