Teresa Aranguren: “Amigos de Palestina me dicen: ¡Gracias, España!”

Teresa Aranguren Amézola (Arceniega, Álava, 1944), filósofa, psicóloga, antropóloga y periodista, está especializada en Oriente Próximo y los Balcanes y tanto en su labor como reportera como en sus libros ha prestado especial atención a la situación de Palestina. Su análisis se extiende desde las raíces del conflicto en el siglo XIX hasta sus ramificaciones en el panorama de las relaciones internacionales. “Todo vino importado de Europa”, señala la analista. “Nunca se ha tenido en cuenta la voz del pueblo de Palestina” añade. Y cita como ejemplo más claro la Declaración de Balfour de 1917. El entonces ministro de exteriores británico apoyaba el establecimiento de una nación judía en Palestina. La declaración no contó con la participación de la población establecida allí y es uno de los orígenes del conflicto.

El gobierno español ante Gaza

“Sé que hay muchas críticas desde sectores de la izquierda más radical a la posición de España. Yo, sin embargo, quiero decir que la valoro. Creo que es importante, no suficiente, que debería ser más y que debería llevar a un total embargo de armas. Pero el paso que se ha dado con el reconocimiento del Estado de Palestina tiene un valor. No tanto porque vaya a cambiar el desequilibrio de fuerzas sobre el terreno, no porque vaya a suponer una mejora en las condiciones de vida de la población palestina bajo ocupación, pero sí lanzó un mensaje importante hacia los propios palestinos. Tengo bastantes amigos allí y me han llegado muchos WhatsApp diciendo: “Menos mal, gracias, España”. No quiero ni pensar que tuviéramos un gobierno de la derecha ahora que estuviera dando palmaditas en la espalda al señor Netanyahu”.

Propósito de Netanyahu

“No solo a Benjamin Netanyahu, a todo su gobierno, o especialmente a una parte, les interesa extender la guerra. Por eso han estado meses provocando a Irán y por eso la respuesta de Irán ha sido muy contenida. Si Irán entra directamente en la guerra es un modo de hacer que entre también Estados Unidos. Y creo que en este momento el gobierno israelí es lo que está buscando. Les da una cierta baza a la hora de presentarse otra vez como: “estamos siendo atacados por todos nuestros vecinos”. Y esa es la percepción que se quiere trasladar al mundo occidental, que es muy proclive a aceptarla. La realidad es otra. La potencia militar y económica de Israel es tan abismalmente superior que su victoria en términos de guerra está casi asegurada”.

Respuesta al atentado de Hamás

“En esta ocasión, la respuesta en Gaza al atentado de Hamás en territorio israelí rompe todas las normas. No es una respuesta, es una represalia y se convierte en la excusa para llevar a cabo una ofensiva de exterminio. Lo que está ocurriendo ahora es tan atroz que una se pregunta hasta dónde se puede llegar. Y pueden llegar hasta donde se les permita. Y eso es lo que nos interpela a nosotros los occidentales, los europeos, la comunidad internacional. Lo que se quiere es acabar con la causa palestina a base de un golpe muy duro. No digo acabar con toda la población palestina, pero sí con un porcentaje altísimo y que les lleve a un agotamiento tal que pierdan la capacidad para reclamar sus derechos. Aunque por lo que conozco de esa sociedad, creo que no van a ceder nunca totalmente.

Orígenes del conflicto

“Todos recordamos, porque es muy eficaz, ese eslogan que fue la carta de presentación del movimiento sionista desde el inicio del siglo XIX: 'Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra'. Bien, el problema es que es una grandísima mentira. Palestina nunca fue un territorio vacío. Nunca. Y cuando empezó el movimiento a asentarse allí, la colonización de Palestina, bajo mandato británico, la sociedad palestina no era muy diferente a, por ejemplo, la española de comienzos de siglo. Existían las diferencias de Oriente y Occidente, pero era una sociedad de típica cuenca mediterránea, con una mayoría de población agrícola, rural, pero también con clases medias modernizadoras, con perspectivas de desarrollo. Todo eso se truncó, se cortó, como se corta algo con un hachazo, con la llegada del movimiento sionista”.

Creación del estado de Israel

“Estamos hablando de un pueblo del que una tercera parte de sus habitantes en el año 48 fueron expulsados manu militari de sus casas, de sus tierras, de sus pueblos. Y lo que estamos viendo ahora es un poco la culminación de aquello. Es terrible decirlo, pero creo que es así, lo que se está buscando es una especie de solución final con respecto a la población palestina, y sé las connotaciones que tiene el término. Se está buscando acabar aquello que comenzó con una expulsión masiva, una limpieza étnica en 1948”.

Papel de Irán

“El régimen iraní es muy peligroso para su gente, especialmente si son mujeres. Pero hacia el exterior, esta idea de que Irán es un peligro porque quiere invadir la zona creo que es una presentación interesada de lo que representa. Ha habido gobiernos de Irán con gente más fanática o más radical, como era Ahmadineyad, pero también hay sectores reformistas que quieren es romper la dinámica de enfrentamiento con Occidente. Creo que al gobierno actual lo que le interesa es establecer una relación normalizada con Occidente. No quieren sanciones. Eso sí, lo que no desea para nada el Gobierno de Netanyahu es que haya un acercamiento de países árabes del Golfo, que son aliados privilegiados de Estados Unidos, con Irán y por lo tanto que se rompa esa dinámica de la gran amenaza iraní”. 

Debate sobre el futuro dentro Israel

“Siempre ha habido dos tendencias. Lo que se llamaba el sionismo revisionista, que no es revisionista, sino más radical y siempre planteó la necesidad de El Gran Israel, es decir, todo lo que es el territorio de la Palestina histórica y también zonas del sur del Líbano. Creo que es el objetivo también de esta invasión. Quedarse con parte del sur del Líbano. Por eso estamos asistiendo a manifestaciones, por ejemplo, de miembros del Gobierno que dicen: “Tenemos que vaciar Gaza, hacer otra limpieza étnica en Gaza de su población y volverla a colonizar”. La existencia de una sociedad palestina supone un cierto cuestionamiento de su proyecto. Y creo que en Israel está triunfando esa versión. La otra versión era la que representaba el Partido Laborista, siempre más moderado y con la idea de encontrar un tipo de solución más o menos negociada”.

Cierre de la vía moderada en Israel

“Esto no quiere decir que el Partido Laborista, cuando ha gobernado, no haya cometido atrocidades contra la población palestina. Pero, por ejemplo, el proceso de paz de Oslo surge de un gobierno laborista y del primer ministro Isaac Rabin, que luego fue asesinado. Y creo que fue asesinado por Israel, que había detrás sectores del Mossad y del ejército. Nunca lo vamos a saber con certeza.

Ha habido momentos en los que ese otro sector del movimiento sionista y por lo tanto la sociedad israelí ha tratado de abrir un camino de negociación que acabase con la excepcionalidad constante de Israel, en constante estado de guerra. Pero esa es la parte que ha desaparecido de la sociedad israelí. No solo del gobierno, sino en gran parte de la sociedad israelí. No hay un sector político buscando algún tipo de solución que no sea la guerra”.

¿Hay solución?

“Claro que sí. Una convivencia entre países vecinos. La ha habido antes, pero estamos en un momento en que se está actuando para que no haya esa posibilidad. Todos los países de Oriente Próximo están en situación de catástrofe y yo diría que esta catástrofe empieza en el 2003, con la invasión estadounidense de Irak, que fue destruido. De ahí viene toda la época del Estado Islámico, el Daesh, el ISIS, su entrada en Siria y la destrucción de ese país.

Líbano está en una situación atroz y ahora más, con la invasión israelí. Lo que no hay todavía es voluntad de encontrar términos de normalización de la situación, a no ser que se piense que es normalizar la situación aplastar al otro. Para mí lo más grave es saber que desde mi mundo, desde el mundo europeo, eso se está consintiendo sin tomar ninguna medida para frenarlo”.

Dos Estados-un solo Estado

“En este importante debate siempre se han planteado dos soluciones. La de los dos Estados, que ya han reconocido muchos países de Naciones Unidas, recientemente el Gobierno español. Parece por tanto más viable, pero se ha dejado matar al permitir la colonización de los territorios del futuro estado palestino sin tomar ninguna medida. La otra solución es mucho más justa, un solo estado con un régimen realmente democrático, sin ninguna religión, en el que la condición religiosa no se condición de ciudadanía, algo teóricamente más democrático y aceptable. Ningún gobierno estadounidense ni israelí lo aceptarían nunca porque desaparece el concepto de Estado judío. Me parece más factible, pese a sus dificultades, la solución de los dos Estados”.

En dirección contraria

“Lo que nos estamos cargando con lo que está ocurriendo en Gaza, Líbano, Siria a la que también han atacado, es toda posibilidad de aplicar el derecho internacional. Nos estamos quedando sin el propio concepto de derecho humanitario. Lo que está haciendo el ejército israelí en su ofensiva en Gaza son crímenes de guerra, así tipificados. Hablar de soluciones requiere forzar el cumplimiento del derecho internacional. No quiere decir tomar medidas atroces como las que se aplicaron contra Irak. No creo que en la función de la ONU sea organizar operaciones militares sino desencadenar procesos de diálogo, imponer normas de comportamiento a quien a quien las viola, no aplaudirle”.

Campaña estadounidense en este contexto

“El Partido Demócrata tiene una posición muy contradictoria. Por un lado, no puede o no quiere dejar de presentar a Israel como su aliado, pero no puede olvidar que hay una población de origen árabe, de origen musulmán todavía más amplia, y sectores de la ciudadanía estadounidense horrorizados con lo que está pasando. Y esto le podría costar votos. Ahora, también creo que no hay riesgo de que pierda votos de una manera significativa, porque sería dárselos a Trump. Y sería mucho más atroz, sería como dárselos directamente a Netanyahu”. Biden ha intentado de boquilla un plan de paz aceptable, aceptado por Hamás y no lo por gobierno israelí. La clave de lo que está ocurriendo y lo que lleva ocurriendo décadas en Palestina es la impunidad israelí, porque la impunidad perpetúa la injusticia y perpetúa el crimen. Y eso no ha variado”.

Las demás potencias en el conflicto

“Rusia y China significan un contrapoder del poder hegemónico de Estados Unidos. Pero no creo que ninguno arriesgue con el tema de Oriente Próximo. Pueden servir de mediadores, especialmente China, y no creo que puedan o quieran ir más allá. Es un tema demasiado arriesgado para la tradicional prudencia china y Rusia no está tampoco en condiciones de arriesgar mucho. Además, Rusia sícritica y se opone a la invasión israelí de Líbano, y a la vez tiene invadida una parte de Ucrania, está ahí, en una posición difícil de sostener”.

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Otros países árabes ante la escalada

“En el conflicto de Oriente Próximo, quizá como en todos, no participan solo aquellos que vemos como protagonistas. Hay muchas injerencias externas. Qatar lleva tiempo mediando para conseguir un alto el fuego. Arabia Saudí estaba antes del atentado de Hamás a un paso de firmar acuerdos de paz con Israel dentro del marco del Plan de paz de Abraham. El gobierno israelí quería aislar más a la causa palestina y dejarla sin apoyo de gran parte de los países árabes. Hamás se cargó el proyecto del Plan Abraham, entre otras cosas con el atentado. Eran acuerdos de gran parte de los países árabes, aliados poderosos de los Estados Unidos, Marruecos incluido. Era también otro modelo por vía de la diplomacia de acabar con la causa palestina en cuanto a reclamación de derechos históricos reconocidos por la por Naciones Unidas”.

Papel de la ONU

“Yo sé que la ONU lleva mucho tiempo estando desacreditada. Ahora mismo, yo que voy a muchas jornadas, la primera pregunta que suele surgir del público es: “¿la ONU para qué vale?” La ONU es un reflejo del desequilibrio del mundo. Tenemos la Asamblea General que recoge la voz de todos los países del mundo. Pero manda el Consejo de Seguridad, los cinco vencedores de la Segunda Guerra Mundial, que tienen derecho de veto. Estados Unidos ha vetado varias veces estos meses propuestas de resolución para un alto al fuego en Gaza. Es increíble. Pero ¿Si no tuviéramos Naciones Unidas estaríamos mejor? Creo que no, porque con todo, Naciones Unidas al menos representa una instancia moral. Eso sí, habría que reformar la estructura de las Naciones Unidas para eliminar el derecho de veto del Consejo de Seguridad”.

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