‘30 monedas’, cuando más es más en el barroquismo infernal de Alex de la Iglesia

Fotograma de '30 monedas'.

Decía Ajo en uno de sus geniales micropoemas: “Perdona por pedirte peras, no sabía que eras un olmo”, trasladando así la responsabilidad a quien exige lo que otra parte no puede darle, en lugar de a la persona que simplemente tiene alguna limitación.

Hay quien se acerca a 30 monedas, en HBO Max, buscando rigor y coherencia en la historia y eso impide disfrutarla. No, esta segunda temporada de la serie de terror católico de Alex de la Iglesia no pretende componer un puzle ordenadito que quede bien en la mesa de comedor. Esas intrigas bien organizadas se encuentran en otro departamento.

Aquí te tiran las piezas a la cara desordenadamente y esas son las reglas de este juego, que, una vez entendido, resulta de lo más divertido. Una borrachera visual con ritmo frenético, aunque eso obligue a tomar de cuando en cuando atajos a la lógica.

Una de las mejores series de 2023 para The New York Times

El periódico The New York Times ha elegido este título entre las mejores historias para televisión del 2023. Y en HBO Max se ha colocado por días en lo más visto internacionalmente incluyendo las series en inglés.

Sin embargo, en Filmaffinity esta temporada tiene una raquítica puntuación de un 5,6. Una injusticia que dice tanto de quienes no le encuentran el atractivo como de lo peculiar de la propuesta. No es un peral, es un olmo flamígero, maldito, redentor, hendido por el rayo. Quien busque un buen olmo aquí tiene uno de primera.

De una orgía de sangre para arriba

Si la entrega original terminaba con una orgía de sangre, vicio y podredumbre entre sacerdotes enloquecidos que parecía insuperable era porque no sabíamos que en la cabeza de De la Iglesia aún quedaba mucha iconografía que saturar, forzar y llevar al paroxismo.

Así que en esta temporada hay más y más de todo. Un reparto colosal, viajes por todo el planeta, extras, almas en pena, demonios, monstruos o caracterizaciones gores sofisticadas y grotescas se alternan para que la acción no decaiga en ningún momento.

Un viaje literal al infierno

El argumento retuerce y exprime el básico del bien contra el mal sacando incluso a los torturados moradores del purgatorio y del infierno de su eterno castigo para salvar el mundo. Reliquias y talismanes de la tradición cristiana como las 30 monedas de plata por las que Judas delató a su amigo Jesús desencadenan aberraciones o salvación según en las manos de quien caigan.

Se incorpora al elenco el actor estadounidense Paul Giamatti, al que Alex de la Iglesia admira especialmente por su personaje en la serie Billions, pero quien compuso también un perdedor inolvidable en Entre copas.

Un reparto lleno de estrellas españolas

Tiene en común con otra nueva incorporación, la de la actriz Najwa Nimri, una voz hipnótica. Se une a la eficacísima Megan Montaner y su calidad de estrella, a un funcional Miguel Ángel Silvestre, un fascinante Eduard Fernández de sangrientas ojeras, una apabullante Macarena Gómez, a Pepón Nieto o a un cada vez más importante en la trama Javier Bódalo. 

Muchos más actores y actrices de primera, y muchos pequeños papeles para artistas invitados como Manuel Burque, Carmina Barrios o Juan Manuel Montilla, el Langui. Todos logran el dramatismo con un punto gamberro sello de la serie.

Todas las pesadillas en una

Y es que Alex de la Iglesia ha querido meterlo todo en su serie. En sus declaraciones a La Caja de Música TV, el director vasco asegura haber concebido el título como “una especie de enciclopedia del género” y ahí es donde encuentra el atractivo. 

Libros sagrados, historias bíblicas, referencias literarias y cinematográficas, iconografía satánica o religiosa caben en esta recopilación. Todo superpuesto hace bueno el dicho anglosajón de que el diablo está en los detalles. Desde luego, parece que así lo ve Alex de la Iglesia.

Y además música y montaje impactantes

Al maximalismo de la serie se añade una banda sonora con fuerza y que sube la potencia emocional de cada escena a cargo de Roque Baños y un montaje que lo fragmenta y lo acelera todo aún un poco más saltando a toda velocidad entre grupos de personajes repartidos por lugares lejanos.

La iconografía es otro de los puntos destacados de la serie. Siempre ha sido uno de los fuertes de su director. En esta temporada se saca partido al interior y la pequeña azotea de un generador eólico, se visitan bajos fondos y mundos de lujo extremo, pero sobre todo se explora el infierno, que aparece como un reverso del Vaticano y del esplendor de la Iglesia.

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Además, como explicaba a La caja de música TV el productor y director, las series son un gran medio para estos crescendos. Compara este tipo de ficción con las grandes novelas río en las que los personajes tienen suficiente espacio para desarrollarse y señala que la vinculación con el espectador puede ser muy fuerte, puedes sumergirte durante horas en una serie y tener la sensación de haber vivido en ella más que de haberla visto.

De la Iglesia y su compañero en el guion, Jorge Guerricaechevarría, parecen dispuestos a superar sus propios límites en la tercera y en principio última temporada de la serie. De momento solo falta por emitirse el último episodio de esta tanda. Promete ser más desquiciado y radical aún que todo lo visto hasta ahora y se sitúa ya en la peripecia de la próxima entrega. Habrá que esperar un poco más para asistir a la que seguro que va a ser una sonada traca final.

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