‘El crimen de la Guardia Urbana’, averiguar por qué se mata

En la historia con minúsculas de cualquier sociedad se encuentran sus crímenes más señalados por uno u otro motivo. La crónica negra que los reúne ilumina el reverso de lo que permanece oculto, lo que nos cuesta entender.

Carles Porta se ha ganado aparecer como uno de los más destacados cronistas de crímenes reales con los que contamos. Sus investigaciones y reconstrucciones periodísticas dentro de este género se han prolongado durante años, desde que se interesó en tribunales y sucesos en los años ochenta.

Secuela del éxito catalán Crims

La profesión le llevó por otros caminos hasta que su programa Crims, en Catalunya Radio, comenzó en 2018. Continúa en emisión y a partir de 2020 se convirtió en espacio televisivo para TV3. Repasa algunos de los crímenes más representativos de la historia reciente. Lo ha compatibilizado con podcast y libros, ha ganado el premio Ondas y contado con el seguimiento de la audiencia en todas estas iniciativas.

En Movistar + se puede ver una miniserie de cuatro capítulos que su equipo dedicó al que han llamado crimen de la guardia urbana. Este trabajo presenta en castellano un caso que atrapó a la opinión pública cuando se produjo y nuevamente cuando se juzgó.

Un crimen resuelto pero con interrogantes

Un asesinato que dejó huella por sus participantes y por las relaciones entre ellos. Por lo mucho que se sabe y por lo que no se sabe. Hay culpables en la cárcel, pero no se ha podido determinar cómo murió la víctima ni quien le mató físicamente.

En mayo de 2017 apareció un coche quemado junto al Pantano de Foix, en Barcelona. En su maletero un cadáver calcinado y una bala. El cuerpo sin vida pudo ser identificado gracias a unas prótesis numeradas en su espalda. Resultó ser el de Pedro Rodríguez, agente de la Guardia Urbana de la capital catalana.

Una madeja de relaciones sentimentales

Su pareja también era Guardia Urbana, el amante de su pareja también y el padre de los hijos de su pareja Mosso d´Esquadra. Entre todos ellos se tejía un nudo de relaciones laborales, de amistad, sentimentales y sexuales que desembocaron en el asesinato de Pedro Rodríguez.

El periodista Carles Porta presenta la investigación con rigor y amenidad. Su primer acierto es la estructura de su miniserie. La primera entrega muestra los hechos probados. La segunda, la versión que da Rosa Peral, declarada autora en el juicio, pareja del asesinado, en la que culpa a su amante.

El tercer episodio se centra en las distintas declaraciones de éste, Albert López, también sentenciado por el crimen. Y la última entrega sigue el juicio y explica lo que juez y jurado consideraron la versión oficial.

El reportaje invita a ponernos en la piel del jurado

Porta no abusa de su protagonismo, pero interpela a la audiencia a ponerse en el lugar de los investigadores o los miembros del jurado que tienen que enfrentarse sin prejuicios a las pruebas, con sus lagunas, y a los testimonios contradictorios.

Su esquema está enriquecido por la cantidad de documentos disponibles. Conversaciones telefónicas y mensajes escritos, reconstrucción de los hechos con los acusados, sus declaraciones y las de los periodistas, policías, abogados y fiscal que participaron en la resolución del caso.

Una criminal carismática y audaz

Y una gran protagonista, Rosa Peral, condenada a 25 años como culpable. Capaz de mantener varias relaciones sentimentales a la vez, ella misma fue víctima de un caso de pornovenganza cuyo juicio coincidió con el asesinato. La agente destacaba por su carisma y audacia.

Rosa Peral ha disfrutado desde la cárcel viendo la miniserie, según ha contado Carles Porta al youtuber Jordi Wild en The wild project e incluso ha presumido de merecer un reportaje más largo que los habituales de un solo episodio. Albert López, por su parte, el otro culpable, señala desde prisión que se ha omitido algún dato en la serie.

El antiguo agente ha mantenido correspondencia con el periodista y ha presentado un recurso para exculparse como asesino y quedar solo como cómplice en la destrucción del cadáver y como encubridor.

Una exposición para conocer la serie en vivo

Este caso puede servir de introducción al universo de investigación del periodista y escritor. Otra puerta de entrada puede ser la interesante exposición sobre la serie Crims que todavía puede verse hasta el 10 de abril en Barcelona, de forma gratuita y sin reserva, en el Palau Robert y que ha gozado de gran éxito.

En ella se rinde homenaje a las víctimas y se analiza el proceso de la investigación policial. Tiene espacio para el recogimiento, pero también para el análisis forense e incluso para el juego. Quienes sigan ciertas pistas tendrán derecho a visitar una sala extra, cerrada al resto de visitantes.

Por esto matamos

Entre las paredes de la visita se encuentra una cita del policía Toni Rodríguez, que fue intendente de la división de investigación criminal de los Mossos d´Esquadra entre 2013 y 2021: “Matamos porque existe la maldad, el egoísmo. Porque ponemos nuestros intereses por delante de los intereses de los demás, en una disputa, en un litigio. Matamos porque a veces no controlamos las emociones, porque falta educación emocional. Por todo eso matamos”.

Y es que uno de los lemas de Carles Porta como experto en información sobre graves delitos es el de que “un crimen es un fracaso colectivo” lo que le lleva a insistir en que siempre es mejor la inversión en prevención, en salud mental, en servicios sociales, en asistencia a la marginalidad que en cárceles o policías.

Rigor, respeto y ritmo

Rigor, respeto y ritmo narrativo son las tres erres que rigen el trabajo de un equipo en torno a cincuenta personas, que invierten muchos meses en conseguir reconstruir cada investigación que muestran. Según declara Porta a la propia TV3, estos elementos les han llevado a tener un éxito mucho mayor de lo acostumbrado en el género.

En su afán didáctico también apunta a los tres ingredientes fundamentales para elegir contar un suceso, el que haya hilos narrativos, protagonistas y testimonios directos. Todo un manual de estilo para sobresalir en un género clásico que ha sabido actualizar.