Soñar es gratis

Cuanto antes asumamos que la llegada de pateras, de inmigrantes, no va a ser algo extraordinario, no es una situación temporal que en unos meses o años se disipará, sino que es algo que cada vez vamos a ver más, antes podremos articular una mejor respuesta a este fenómeno que ha dejado de ser extraordinario. Es la reflexión de alguien que sabe y conoce muy bien qué es lo que está pasando en las costas españolas. El presidente canario Fernando Clavijo pide ayuda, la lleva pidiendo muchos meses. Desde enero hasta el 20 de octubre han llegado 33.683 inmigrantes. Cifras dadas por el gobierno de Canarias.

El miércoles pude charlar con él en el Ateneo de Madrid, dentro de las jornadas de Metafuturo de Atresmedia en las que reflexionamos sobre cómo va a ser el futuro, no sólo tecnológico, sino también cómo va a ser nuestra sociedad, cómo van a ser nuestras ciudades, cómo va a ser nuestra vida.

Y en esa vida imaginada de futuro, estarán los inmigrantes, de todas las nacionalidades, de todos los colores, de todas las procedencias...Y por nuestra cercanía, Clavijo recordaba que Marruecos está a sólo 80 kilómetros de Canarias, España es esa tierra prometida para aquellos que no tienen oportunidades en su país. Llegarán, se quedarán y vivirán con nosotros.

“No va a haber ni mar ni muro que va a parar a alguien que quiera buscar un futuro mejor para su familia. Eso lo hemos visto durante toda la historia y es lo que está pasando ahora”, decía Clavijo y lo decía con el conocimiento de ver llegar a familias enteras, a niños solos, niños que han visto morir a sus padres en esa travesía dolorosa, la de dejar lo que conocían y salir a lo desconocido, a un camino que, muchas veces, lo deciden las mafias.

Y ahí ponía de nuevo el foco el presidente canario: si no articulamos una respuesta como país y como continente, porque esto no va sólo de Canarias o de España, esto va de Europa, las mafias buscarán cómo hacer negocio a costa de las vidas de quienes están dispuestos a todo con tal de sobrevivir.

Tendremos un mundo en el que hablar y pactar será algo habitual, no una eterna gresca del “y tú más” en la que estamos embarrados ahora mismo

Pero para llegar a dar una respuesta como país nos topamos con la madre de todas las batallas: necesitamos que los partidos hablen entre ellos, negocien, pacten y nada de todo esto está pasando o parece que pueda pasar en un futuro cercano. Un ejemplo: el PP se ha levantado de la mesa de negociación de la ley de extranjería, el primer paso para empezar a solucionar todo esto.

Clavijo fue muy crítico con esa actitud y con lo que pasó en el debate sobre inmigración en el Congreso, donde la oposición acabó hablando de todo, especialmente de ETA y nada de inmigración. “Tenemos la obligación los políticos de hablar, tenemos que negociar, no podemos levantarnos de la mesa, tenemos una obligación. Estamos en política para servir a la ciudadanía, para poder llegar a acuerdos”. No es habitual oír esto a un político. Una verdad tan descarnada.

Ya que estamos en esa utopía de imaginar un mundo mejor, también en esto podemos soñar con que, la política, en el futuro, servirá realmente para solucionar los problemas de la gente, los problemas con el acceso a la vivienda, los problemas con las desigualdades en educación, los problemas con la sanidad, no tendremos eternas listas de espera para una consulta o una intervención. Tendremos un mundo en el que hablar y pactar será algo habitual, no una eterna gresca del “y tú más” en la que estamos embarrados ahora mismo. Lo sé, lo sé, pero déjenme soñar durante un rato…

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