Medios comunicación
Los servicios informativos, en el ojo del huracán
Julio Somoano inició su mandato en los informativos de TVE con mal pie, cuando 335 miembros del departamento votaron en contra de su designación y solo 38 a favor; la votación no tenía poder vinculante, pero dejó una muestra de cómo era recibido en Torrespaña. Uno de los primeros conflictos surgió al hilo de la multitudinaria manifestación en Barcelona con motivo de la Diada. Aquel 11 de septiembre el TD2 relego la información, cuando en el resto de los medios era la noticia de apertura. De inmediato, llovieron las críticas, no solo de espectadores y fuerzas políticas, sino de los propios trabajadores de TVE que, a través del Consejo de Informativos, denunciaba que la noticia se había relegado "tanto en los titulares como en el informativo, retrasándola hasta el minuto veinte, por detrás de noticias más lejanas y menos significativas". La propia Dirección de Comunicación reconocía después que hubo "un error" en el orden de las informaciones de la segunda edición del Telediario.
Cuarenta días después, fue la cobertura de las elecciones vascas y gallegas quien recibía las críticas del Consejo de Informativoslas críticas del Consejo de Informativos al entender que se "proyectó una imagen" que daba prioridad al Partido Popular por encima de otras formaciones. Y citaba el caso de que se diera prioridad al discurso en directo del candidato del PP en el País Vasco, Antonio Basagoiti, por encima de EH Bildu, a pesar de que "objetivamente había obtenido un número de representantes significativamente mayor". También censuraban que se hiciera lo mismo cortando el discurso del candidato socialista, Patxi López, para conectar con el de la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal. "Estas decisiones durante la emisión en directo las tomó personalmente la dirección de Informativos, en contra del criterio de buena parte de los profesionales que participaban en el especial electoral", ha señalado el Consejo de Informativos, que ha abogado por ser "escrupulosos con los principios y deberes" enmarcados en el Estatuto de la Información de RTVE.
Uno de los espacios que mayor preocupación interna ha provocado es Informe SemanalInforme Semanal, un programa que, desde hace cuarenta años, se emite en el prime time del sábado, y que siempre ha gozado de prestigio profesional; en esta etapa, y bajo la dirección de Jenaro Castro, ha sido objeto de “preocupación por la deriva contraria a los principios de pluralidad y equilibrio informativo”, según el órgano de representación profesional de los periodistas que, en un comunicado mostraban su rechazo al reportaje “Acoso a políticos”, ya que "de 17 testimonios, 14 están claramente posicionados contra los escraches fomentados por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), y la mitad de los que la critican son miembros del Gobierno o del PP. El reportaje "prácticamente no da voz a la PAH", prosigue la nota, puesto que "la mayoría de opiniones que se vierten contra la plataforma carecen de respuesta”. Así, cuando se cita a Ada Colau asegurando que la PAH intensificará su campaña de presión al PP y en vez darle voz para que justifique esa decisión, se le da a Esteban González Pons para que compare el escrache con la "kale borroka". Por su parte, la dirección del programa rechazó las críticas afirmando que se trataba de "información rigurosa, neutral, imparcial, plural e independiente".
Otro escándalo, con implicaciones políticas se zanjó con la dimisión de la directora de programas y gestión de los Servicios Informativos de TVE, Cecilia Gómez, después de que el Consejo de Informativos recibiera por error un correo electrónico remitido por la directiva en el que desacreditaba a periodistas recién elegidos para formar parte de dicho órgano. De algunos de ellos dice que forman parte del “comando Rubalcaba”, de otros señala que obedecen a la “disciplina” de un partido o un sindicato. Y, en general, expone que la composición del consejo salida de las elecciones del pasado enero es “monocolor, militante de izquierdas y con vinculación sindical”.
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El siguiente conflicto surge cuando Ana Blanco y el equipo de Telediario 1 muestran su disconformidad con un reportaje sobre la Ley de Costas, que solo ofrecía opiniones a favor; la propia presentadora se vio obligada a citar en la entradilla que “el PSOE e Izquierda Plural consideran que desprotege y privatiza el litoral”; las quejas insistían en el hecho de que no se hubieran recogido las razones en contra de la organización Greenpeace, y que se limitaran a informar de cómo miembros de la organización ecologista se habían manifestado desde la terraza del Congreso de los Diputados. Resulta esclarecedor que la dirección excusara la emisión de opiniones en contra de la Ley de Costas “en la falta de tiempo”, cuando tampoco fueron incluidas en el Telediario 2, seis horas después.
Pero no son, en exclusiva, asuntos políticos los que provocan críticas. En ese mismo mes de mayo los telediarios nos sorprenden con sendos reportajes de adoctrinamiento moral. En el primero se habla, presuntamente, del auge de las cererías pero se convierte en una defensa del rezo como método contra el paro, y una frase –sacada de contexto- de un entrevistado, da pie a asegurar que “según los psicólogos acercarse a un altar puede calmar la ansiedad por la falta de trabajo o por el temor a perderlo”. Inmediatamente, entrevistado y colectivo profesional desmienten las afirmaciones del reportaje. El segundo, se sugiere que los padres deben actuar para evitar que sus hijos adolescentes, tanto chicas como chicos, vistan de forma "provocadora". “Estamos en la época de enseñar todo. Camisetas amplias, que se caen de los hombros. Muy extravagantes", dice una madre de dos hijas en el comienzo del reportaje, que luego da respuesta a la pregunta "¿irá mi hija provocando?". TVE escoge la siguiente declaración de una de las entrevistas para responder: "Ellas no se darán cuenta de que van provocando. Pero los que las ven, sí que ven que van provocando".
365 días después del nombramiento de Julio Somoano, aquel telediario, distinguido como el mejor del mundo en 2009, recibe el reproche del Consejo de Europa, que habla de “injerencias políticas” y ha perdido la credibilidad.