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Los paraísos fiscales, al descubierto

Los otros 12 bufetes de Panamá vinculados con casos de corrupción

Vista general de la sede de la firma de abogados Mossack Fonseca, en la ciudad de Panamá.

El escándalo de corrupción vinculado con el blanqueo de capitales destapado con la filtración de los papeles de Panamá se centra solo en las empresas opacas creadas por un único despacho de abogados: Mossack Fonseca. Según ha reconocido a Financial Times el letrado panameño Ramón Fonseca Mora, uno de los fundadores de la firma de abogados, su bufete ha contribuido al establecimiento de más de 250.000 sociedades en todo el mundo. Pero no es, ni mucho menos, el único bufete que se ha visto relacionado con escándalos de corrupción.

infoLibre ha contabilizado hasta trece despachos panameños que se encuentran en el origen de escándalos en todo el mundo. El nombre de Mossack Fonseca aparece de forma recurrente en numerosas casos de corrupción en España, como por ejemplo en las pesquisas sobre la compra del ático del expresidente madrileño Ignacio González; pero también en los casos Gürtel, Nóos o Pujol.

La legislación panameña requiere que todas las sociedades anónimas creadas en el país tengan un agente con domicilio en la República de Panamá para poder actuar. "Los clientes principales de las firmas de abogados eran los bancos de Suiza y otros centros bancarios de Europa y también de Estados Unidos", explica en el libro La honestidad no tiene precio el abogado Jaime Alemán Helay, uno de los socios del despacho Alemán, Cordero, Galindo y Lee (Alcogal), que asegura que con el paso de los años personas de Hong Kong, Singapur, China, Dubái y Sudamérica se interesaron por sus servicios.

Diferentes casos de corrupción

Este letrado panameño, que fue embajador en Estados Unidos, ha reconocido haber creado en su despacho más de 50.000 sociedades opacas. En su libro, Alemán Helay alude a los casos de corrupción que han salpicado al menos a trece bufetes panameños. Unos casos de corrupción que también recogen informes de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por el escritor colombiano Gabriel García Márquez.

En concreto el exembajador panameño en Washington reconoce "dos situaciones particularmente incómodas. En un caso resultó que algunas sociedades que nos habían pedido las oficinas de Barclays Bank, Coutts y Co. y EFG Bank de Miami eran para el abogado del exdictador chileno Augusto Pinochet, sin que el banco y nosotros tuviésemos conocimiento de que el verdadero dueño de la cuenta aparentemente era el propio general Pinochet".

El segundo de estos casos "incómodos", según Alemán Helay, tuvo relación con una entidad financiera española, cuya identidad no facilita: "Igual nos ocurrió con la oficina de las Bahamas de un prominente banco español, que nos pidió una sociedad anónima que posteriormente se alegó fue usada por el jefe de inteligencia de Perú Vladimiro Montesinos, para malversar fondos".

Colombia y Perú

Al bufete de abogados Morgan & Morgan se le vinculó con la incorporación de sociedades para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)Galindo, Arias y López también incorporó sociedades utilizadas por el peruano Vladimiro Montesinos, y otras para el exdictador de Filipinas Ferdinand Marcos.

Arosemena, Noriega y Castro estuvo involucrada en un escándalo del Banco del Vaticano. Precisamente, este martes infoLibre publicó que Luis Gómez-Acebo y Duque de Estrada, marido de Pilar de Borbón, creó en 1982 en Panamá la empresa Petróleo y Energía Internacionales S.A. (PYE) para cobrar comisiones y conseguir contratos públicos.

El despacho Arias, Fábrega y Fábrega también se relacionó con un importante fraude fiscal en Estados Unidos. Gonzales, Revilla y Asociados registró algunas sociedades vinculadas al caso de corrupción del expresidente de Costa Rica Rafael Ángel Calderón.

Los bufetes Moreno, Arjona & BridCochez Martínez & Asociados registraron sociedades anónimas del colombiano Nelson Urrego Cárdenas, acusado de lavado dinero y exintegrante del Cartel del Valle del Norte, según publicó el periódico panameño La Prensa y recoge un informe de la Fundación Iberoamericana de Nuevo Periodismo.

Isla de Niue

Mossack Fonseca, que es la principal protagonista de los papeles de Panamá, también estuvo detrás del escándalo de la creación de empresas en la minúscula isla de Niue, en el Océano Pacífico.

En 1994, Mossack Fonseca ayudó a la isla de Niue a idear legislación que permitía la incorporación de compañías offshore. Según los periódicos Proceso (México) y El Faro (El Salvador) en 2001 Mossack Fonseca hacía tantos negocios en Niue que pagaba 1,6 millones de los 2 millones de dólares del presupuesto anual del Gobierno de esta isla. El Departamento de Estado de Estados Unidos cuestionó los “inquietantes acuerdos” entre Niue y Mossack Fonseca y advirtió que Niue había estado “vinculada al lavado de ganancias criminales de Rusia y Sudamérica".

Sucre, Arias y Reyes; lcaza, González-Ruiz & Alemán, y Arias Alemán & Mora constituyeron sociedades cuyos dueños eran los cabecillas del Cartel Norte del Valle, Cali, involucrados en actividades de narcotráfico, según un artículo publicado en el diario panameño La Prensa el 15 de junio de 2006.

El despacho Garrido & Garrido creó más de 200 sociedades anónimas al colombiano David Murcia Guzmán, fundador de DMG, una empresa que fue acusada de lavado de dinero. El principal socio del despacho, Jorge Garrido, fue detenido por este caso, según el diario colombiano El Espectador.

En España, el bufete de abogados Mossack Fonseca aparece vinculado con al menos seis de las empresas de la trama liderada por Francisco Correa. El despacho realizó este servicio para tres de las firmas de Correa (Roseport Holding Group, Itelsa Development Group Corp y Golden Chain Properties) y una de Pablo Crespo (Mall Bussines).

Además, el suizo Arturo Fasana, gestor de patrimonios radicado en Ginebra y dueño de Rhône Gestion, se ocupaba además de la gestión de otras dos compañías panameñas de la trama Gürtel: Telsa Associates Incorporated y Monasterio. Mossack Fonseca también constituyó sociedades de los casos Pujol y Urdangarin.

No se podía eliminar el riesgo

Pese a todos estos casos de corrupción, el abogado Alemán Helay defiende en su libro La honestidad no tiene precio el trabajo de su despacho asegurando que entre las más de 50.000 empresas que creó "era de esperar que en algunas ocasiones los dueños de las sociedades que nos pedían los bancos fueran personas que podrían estar involucradas en actividades ilícitas". Según este letrado, ni su despacho ni los bancos "tenían manera de eliminar este riesgo por completo, por más exhaustiva que fuese la investigación que hiciéramos".

El abogado reconoce, no obstante, que los clientes que abrían cuentas bancarias en los bancos de estos países "estaban buscando anonimato, por un lado, y pagar la menor tasa impositiva posible, por otro".

La inversión en Panamá era interesante, explica Alemán Helay, porque los dueños de las empresas podían emitir acciones al portador, por lo que los nombres de los dueños de las mismas no aparecían en el certificado de acción, "y además solo se cobraba impuestos en aquellos casos en los que las sociedades tuvieran actividades locales". De esta forma, las autoridades del país del cliente "no tenían ni idea de la existencia de estos fondos, con lo cual no podían cobrarle impuestos".

"El cliente simplemente iba a Suiza (o Luxemburgo, Andorra, Hong Kong, etc.), abría una cuenta cifrada cuyo beneficiario era una sociedad anónima panameña, que a su vez operaba en forma totalmente secreta, y que no tenía la obligación de pagar impuestos ni en Suiza ni en Panamá", especifica el socio del despacho Alemán, Cordero, Galindo y Lee (Alcogal).

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Empleados como directores

Además, el cliente mantenía absoluta confidencialidad, "ya que solo su banquero conocía la existencia de los fondos, con lo cual también quedaba protegido contra cualquier posible demandante, o de personas que, probablemente, podrían extorsionarlo de saber que era dueño de una suma importante de dinero", prosigue el letrado en su libro.

Para garantizar el anonimato, las firmas de abogados normalmente designaban como directores de las mismas a empleados de sus oficinas, con el fin de evitar que el nombre del cliente constara en el Registro Público. "Las firmas de abogados le cobraban sumas adicionales al cliente por proveer este servicio", explica el exembajador panameño en Washington.

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