el futuro del PP

El PP se debate para su liderazgo entre Feijóo y algún candidato más cercano a Rajoy

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

El Partido Popular llora este martes la marcha de Mariano Rajoy. "Si no se hubiera ido, nos habríamos deshecho en críticas por aferrarse al cargo. Y habiendo anunciado que se abre una nueva etapa, nos revolvemos por lo injusto de su renuncia y alabamos su generosidad. Política. Así es la política", resume con autocrítica un veterano dirigente. Estos lamentos, no obstante, durarán muy poco. Los conservadores se han impuesto un relevo exprés. Y, si no hay cambios de última hora, el mes de julio terminará para el PP con un nuevo inquilino en la planta séptima de Génova 13, sede nacional de los conservadores. La planta en la que se ubica el despacho del presidente.

Así, sin anestesia, sin tiempo para el duelo, quienes este martes aplaudían a Rajoy tras su anuncio ante el Comité Ejecutivo Nacional y el resto de dirigentes del PP se preparan para vivir unas semanas de tensiones e intrigas internas que culminarán en un congreso extraordinario del que saldrá el sucesor de Rajoy. La fecha exacta se conocerá el próximo lunes en una Junta Directiva Nacional, el máximo órgano del partido entre congresos. 

Pese a que estos episodios no suelen estar exentos de tensión, las fuentes consultadas consideran que no se va a llegar a las peleas de 2008, cuando el liderazgo de Rajoy, que optaba a un segundo mandato, fue fuertemente cuestionado, sobre todo por la entonces todopoderosa Esperanza Aguirre y sus fieles.

Rajoy no ha querido introducir cambios ni el en partido ni en el Grupo Parlamentario a la espera de que sea su recambio quien tome esas decisiones. De ahí que el proceso vaya a ser más ágil de lo que se pensaba incluso en su círculo de máxima confianza. El periodo de sesiones parlamentario está a punto de concluir y el nuevo, a la vuelta del verano, ya se abrirá con el PP bajo otro liderazgo.

A día de hoy puede decirse que nadie en el PP ha señalado de forma clara que quiere postularse al cargo. La sentencia de la Gürtel, en la base de la moción de censura ganada por Pedro Sánchez, acabó de echar por tierra la posibilidad de Rajoy de agotar la legislatura. Una posibilidad que había acariciado sólo una semana antes en el Congreso tras pasar los Presupuestos ese trámite parlamentario. Todo, pues, se ha precipitado. Y el partido sigue manejando las quinielas de los últimos meses: Alberto Núñez Feijóo, Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Ana Pastor. Las tres políticas tienen mayor cercanía con Rajoy, quien mantiene una relación más fría con el presidente gallego.

Este martes, al abandonar la sede del PP, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, esquivaba el tema accediendo sólo a loar la figura de Rajoy. Pero el gallego sabe que es el favorito. "No genera un consenso generalizado, pero sí es la figura que concita más adhesiones", comenta a infoLibre un destacado dirigente conservador.

Su amistad con el contrabandista Marcial Dorado de la que dieron cuenta unas imágenes publicadas por El País en 2013 parece no pesar como elemento en contra para el grueso de sus compañeros.

Los puntos en contra

De presentarse Feijóo y salir elegido, tendría que lidiar con un inconveniente que también ha tenido Pedro Sánchez: carecer de escaño en el Congreso. Y tendría, también, que abrir un proceso de reflexión sobre su futuro como presidente de la Xunta de Galicia: ¿en qué momento dejaría el cargo? ¿Se puede liderar desde la distancia un partido que acaba de perder el poder y al que ha sido su líder durante 14 años? 

En todo caso, se presentaría con una credencial que difícilmente pueden presentar otros de sus compañeros: gobernar con mayoría absoluta. Sin pactos. Sin necesidad de plegarse a Ciudadanos.

Este martes, muy emocionado, con lágrimas en los ojos y a puerta cerrada, Feijóo levantaba la mano y tomaba la palabra ante el Comité Ejecutivo Nacional. Por lo general, es estas citas impera el silencio. Sólo habla Rajoy y la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Pero todos los líderes regionales quisieron que constara en acta su agradecimiento al líder que se va.

Feijóo recordó que Rajoy es militante de Galicia. Que ha aprendido todo de él. Que se va "invicto". Destacó su "grandeza y su lealtad" y le incluyó, junto a Adolfo Suárez, en la lista de los mejores presidente que ha tenido España. Una lista en la que no incluyó a José María Aznar.

En su discurso, Rajoy sólo citó de forma individualizada a la secretaria general y a la vicepresidenta: "Quiero dar las gracias de manera muy especial, entenderlo, a todos mis ministros. Han sido magníficos, y a la única vicepresidenta que tuve, y a todo el Comité Ejecutivo Nacional encabezados por la secretaria general. Gracias por todos estos años"

La batalla Santamaría-Cospedal

Ambas son citadas por sus compañeros como posibles recambios a Rajoy. Hay quienes apuestan más por Santamaría y quienes lo hacen por Cospedal. Siempre se ha comentado que la primera carece de peso orgánico porque estar en el Gobierno la ha alejado del partido, que sus principales apoyos están en Andalucía y País Vasco, donde las direcciones regionales están en manos de dos de sus fieles: Juanma Moreno y Alfonso Alonso, respectivamente. La secretaria general, por su cargo en el partido, sí ha tenido mayor presencia territorial. Pero se comenta que es algo más del pasado porque sus otros cargos –ministra de Defensa y líder del PP de Castilla-La Mancha– también la han desconectado del partido.

Sectores del partido interpretan que la renuncia de Rajoy a no dimitir la semana pasada, antes de la votación de la moción de censura, se debió, en parte, a no tener que elegir entre ninguna de las dos mujeres que le han acompañado en los últimos años. Habría sido Santamaría quien intentase ser investida, consideran. "Ahora, si alguna de las dos quiere intentarlo, parten con las mismas posibilidades", analiza un cargo regional.

Los fieles a Cospedal sostienen que siempre ha defendido al partido y a sus dirigentes, como ocurrió en el caso de Cifuentes. Los fieles a Santamaría defienden que cuando ella era portavoz del Gobierno tenía que "comerse" en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros las preguntas, sobre todo relacionadas con la corrupción, que se esquivaban desde Génova.

En definitiva, la una anula a la otra. De su mala relación por sus batallas de poder queda como símbolo la foto de la fiesta del Dos de Mayo en la sede de la Comunidad de Madrid: sin mirarse, separadas por una silla. Esa mala relación, a ojos de algunos de sus compañeros de partido, no dice nada a favor de ninguna de las dos en un escenario de sucesión de su jefe. Tampoco, su proximidad a Rajoy en los últimos años. "Son vistas como una extensión de él y es difícil saber hasta qué punto pueden ser vistas como renovación, como una nueva etapa", defiende un diputado.

 

La frialdad entre Santamaría y Cospedal monopolizaron un Dos de Mayo de 2018 con un PP deprimido.

Con menos fuerza suena la presidenta del Congreso, Ana Pastor, amiga personal de Rajoy y ajena a peleas internas. E Íñigo de la Serna. El exministro de Fomento fue metido en las quinielas hace unos meses. "Da un perfil más moderno y, gracias a su cartera, ha tenido presencia en toda España", considera un dirigente regional.

El proceso

Para este congreso ya entran en vigor los estatutos que han regido los congresos regionales y que fueron aprobados en el XVIII Congreso Nacional, celebrado en Madrid en febrero de 2017. Por primera vez, todas las bases del PP podrán votar para elegir en este proceso, en el que no va a existir el famoso "dedazo"

"Quienes sean candidatos a la Presidencia deberán presentar su precandidatura ante la Comisión Organizadora correspondiente entre los siete y los quince días siguientes a la convocatoria del congreso conforme a lo que se señale en el acuerdo de convocatoria", puede leerse en las normas de funcionamiento interno del partido.

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Para ser proclamado precandidato, será necesario presentar el apoyo de, al menos, 100 afiliados, una cifra al alcance de cualquier aspirante. Si hay más de dos precandidatos, se fija un periodo de campaña. A partir de la convocatoria del Congreso se abre un plazo de 15 días para que cualquier afiliado del PP se pueda inscribir para participar en todo el proceso electoral. También pueden presentarse como compromisarios.

Previo al congreso, en las sedes, se elige a los compromisarios para participar en el cónclave y, al mismo tiempo, se vota en otra urna a los precandidatos a la Presidencia del Partido.

"Si alguno de los precandidatos obtuviese más del 50% del total de los votos válidos emitidos por los afiliados, hubiese logrado una diferencia igual o superior a 15 puntos sobre el resto de precandidatos y hubiera sido el más votado en la mitad de las circunscripciones será proclamado ante el Congreso como candidato único a la Presidencia del Partido", puede leerse en los estatutos. De lo contrario, van al congreso los dos precandidatos con más votos.

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