26M | 'Superdomingo' electoral

El PSOE “no da nada por perdido” y emplaza a Ciudadanos a negociar gobiernos locales y autonómicos

El responsable de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, preside la reunión de la Ejecutiva Federal en ausencia del secretario general, Pedro Sánchez.

“El PSOE no da por pedido nada; lo va a pelear todo”, proclamó este lunes el secretario socialista de Organización, José Luis Ábalos, tras la reunión de la ejecutiva que analizó este lunes el escenario político que abren las recientes elecciones locales y autonómicas. Se refería Ábalos a las presidencias de comunidades y a las alcaldías de ayuntamientos que el PSOE tiene al alcance de la mano como candidatura más votada pero que dependen del respaldo de Ciudadanos.

El propio Pedro Sánchez, ausente de la reunión para poder asistir en París a una cena con el presidente francés, Emmanuel Macron, había emplazado en la noche electoral a Albert Rivera a “levantar el cordón sanitario” impuesto al PSOE.

Los socialistas, confirmó Ábalos, se dirigirán a la formación naranja para negociar allí donde sea posible, siempre atendiendo a la especificidad de cada territorio. “Escucharemos escenarios y seremos flexibles”, lo que no excluye que Podemos siga siendo el “socio preferente”, advirtió. “Mantendremos contactos con Ciudadanos, que tiene una gran responsabilidad en las posibilidades de gobernabilidad en buena parte de comunidades y ayuntamientos”, señaló.

De hecho, el número tres del PSOE  se negó expresamente a dar por hecho el acuerdo de las tres derechas en Madrid y reivindicó la victoria del PSOE en la Comunidad. “La cuestión es si algunos que venían a regenerar”, se preguntó en referencia a Cs, “van a restituir un periodo largo de corrupción y con un acuerdo además con la ultraderecha”.

Ahora “corresponde a todos los partidos ínterpretar los resultado pensando en el interés general después de un año largo de confrontación y polarización”, razonó Ábalos. “Se abre un nuevo horizonte en el que los partidos tenemos la oportunidad y la obligación de reconsiderar nuestras estrategias y de escucharnos los unos a los otros pensando en la estabilidad política e institucional”. Las diferencias políticas, subrayó el número tres del PSOE,  “no pueden servir de pretexto para poner palos en las ruedas de la gobernabilidad ni para bloquear las instituciones”.

Pasadas las primeras horas de desconcierto, y una primera comparecencia ante la prensa en plena noche electoral plagada de caras largas y apariencia de derrota, el PSOE reaccionó el lunes tras reunir a su ejecutiva federal, reivindicó el resultado del domingo y anunció su intención de pelear por los gobiernos locales y autonómicos que, sobre el papel, puedan estar encabezados por el PSOE y dependen de otros partidos que no sean ni Vox ni Bildu.

Un día después del superdomingo del 26 de mayo, en el que el PSOE consiguió ganar europeas, autonómicas y municipales pero en el que el resultado de Madrid —donde gobernará la derecha— ha apagado la sensación de victoria de los socialistas, la Ejecutiva Federal del partido se reunió para activar la negociación de acuerdos en ayuntamientos y comunidades y poner en marcha la XIII Legislatura en el Congreso, pendiente todavía de la negociación de acuerdos de investidura.

El escenario político tras las elecciones del domingo abre al PSOE un complicado e incierto entramado de acuerdos en parlamentos autonómicos y ayuntamientos. Primero donde los pactos parecen más sencillos, pero hay que negociarlos, como es el caso de Asturias, La Rioja o Illes Balears —donde los socialistas aspira a conseguir la Presidencia— o Cantabria, donde será el PSOE quien haga presidente al candidato de otro partido, en este caso a Miguel Ángel Revilla (PRC).

Pero también en los territorios en los que, a priori, los pactos se suponen más difíciles, como Castilla y León y Aragón, donde Ciudadanos decidirá si habrá un gobierno a la izquierda o a la derecha —los socialistas incluyen en este capítulo a la Comunidad de Madrid—. O en Canarias, donde está encima de la mesa tanto un pacto con Coalición Canaria como uno de izquierdas, dos soluciones que tendrían consecuencias opuestas para Sánchez en el Congreso. E incluso en Navarra, una comunidad en la que el PSOE tiene que decidir si mantiene su veto a EH Bildu, como reiteró el lunes Ábalos, lo que implicará probablemente dejar gobernar a la derecha, la coalición Navarra Suma —UPN, PP y Cs— que ganó las elecciones.

Candidatos que no se resignan

Algunos candidatos socialistas derrotados no se resignaban este lunes y sugerían la posibilidad de buscar salidas que, en principio, parecen muy complicadas. Es el caso de Ángel Gabilondo en Madrid, dispuesto a ejercer como cabeza de la lista más votada y buscar acuerdos con Ciudadanos a pesar de que la formación naranja ha dejado claro en numerosas ocasiones —la última el domingo por la noche— que no pactará con los socialistas y negociará un acuerdo para hacer presidenta a la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso. O de Miquel Iceta, el líder del PSC, que anunció su voluntad de intentar el más difícil todavía y buscar un acuerdo entre partidos no soberanistas que cierre el paso a la Alcaldía de Barcelona al candidato de Esquerra, Ernest Maragall, cabeza de la lista mas votada.

Serán las direcciones locales y autonómicas del partido las que exploren sus opciones de llegar a acuerdos, las negocien y las trasladen a Ferraz, que se reserva la última palabra a la vista de que los pactos que lleguen a fraguar sean compatibles con el ideario y las propuestas políticas del PSOE. Para coordinar los acuerdos la ejecutiva ha creado una comisión ad hoc integrada por José Luis Ábalos, Santos Cerdán —secretario de Coordinación—, Susana Sumelzo —secretaria de Política Municipal— y Patxi López —secretario de Política Federal—.

Lo que se acuerde tendrá después que ser sometido al criterio de los afiliados. Los Estatutos y las normas internas del PSOE establecen la obligatoriedad de consultar “a la militancia sobre los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el gobierno a otro partido político” “al nivel territorial que corresponda”. “El resultado será de obligado cumplimiento para la Comisión Ejecutiva del ámbito territorial que corresponda”.

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Mientras se celebraba la reunión de la ejecutiva socialista, Sánchez viajó a París para cenar con el presidente francés, el liberal Emmanuel Macron, y abordar con él los primeros pasos de la nueva legislatura europea antes de reunirse este martes en Bruselas con los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea.

El presidente en funciones quiere hacer valer su peso dentro del mermado grupo socialdemócrata europeo para intervenir en las complejas negociaciones que se avecinan para elegir a los responsables del Parlamento y de la Comisión Europea y que con toda probabilidad exigirán un acuerdo a tres o incluso a cuatro bandas entre partidos de la derecha, liberales, socialistas y verdes. Y, de paso, compartir con la principal figura del grupo liberal europeo —del que forma parte Ciudadanos— la convicción que ambos tienen de la necesidad de no llegar a acuerdos con la extrema derecha.

De ahí que Ábalos se dirigiese expresamente al partido de Albert Rivera para que “no insufle aire a Vox en las instituciones” y “que no se convierta en la llave que dé acceso a la ultraderecha a los gobiernos locales y autonómicos”, como es el caso del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.

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