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El discurso de Arrimadas: una copia exacta del que llevó a Rivera al hundimiento de Cs

Imagen de Inés Arrimadas, número uno de Ciudadanos por Barcelona.

Los resultados de este domingo instalaron a Ciudadanos en la derrota. La debacle del partido, que quedó reducido a diez escaños y el 6,79% de los votos, aceleró la dimisión de su líder, Albert Rivera, la misma mañana del lunes. "Dimito como presidente de Ciudadanos para que este proyecto, en un congreso extraordinario, elija su rumbo", decía el hasta ahora presidente de la formación. Y ese nuevo rumbo, aún sin un destino fijo, parece apuntar a Inés Arrimadas como la principal apuesta para el relevo.

¿Supone Inés Arrimadas una renovación en las filas del partido? Lo cierto es que su discurso ha caminado en el último año a la par del exlíder del partido. Sus críticas contra el PSOE y Pedro Sánchez han sido una constante y los dardos contra los líderes independentistas no han dejado de ganar fuerza. Ni siquiera el abandono de importantes nombres para el partido, tras constatar el viraje a la derecha de la marca, despertó en Arrimadas un ápice de autocrítica. "Vamos a seguir aplicando el mandato de la ejecutiva", dijo tras la dimisión de Toni Roldán, a quien afeó haber cambiado de rumbo respecto a pactar preferentemente con el PP.

La foto de Colón, en Madrid, fue probablemente el inicio de un camino que transitaría el partido y al que le seguirían los pactos autonómicos con los partidos de la derecha. Antes de esa imagen junto a la ultraderecha, Inés Arrimadas acusaba a Sánchez de haber "dado muchos motivos para ir mañana a Colón a defender nuestros derechos: da manga ancha a quienes quieren romper nuestro país mientras ignora a millones de catalanes. Basta de humillar a los españoles por estar más tiempo en Moncloa", decía. 

Pedro Sánchez y "su banda"

Las palabras que la portavoz de Ciudadanos en el Congreso ha dedicado a Pedro Sánchez no han sido precisamente comedidas. Antes de las elecciones de abril, alertaba de que el presidente del Gobierno era un "peligro público". Lo hacía en pleno debate electoral, pero sus duras críticas no eran sólo una cuestión electoralista.

Antes de aquello, en febrero, Arrimadas ya decía que el Ejecutivo había "vendido" a los ciudadanos "como un botín al nacionalismo y por eso tenemos un separatismo descontrolado en Cataluña: cierran el Parlament, cortan las calles… Nuestro país no se merece esto". Arrimadas se ha esforzado en remarcar los lazos que dice mantiene el Gobierno de Sánchez con el nacionalismo y con aquellos que "han roto este país y quieren dejar de ser españoles". En la misma línea, Arrimadas tampoco ha escatimado a la hora de asegurar que los socialistas han tenido siempre el objetivo de "darles herramientas" a los independentistas "para dar un golpe de Estado". "Con Sánchez los separatistas van a tener barra libre para hacer lo que quieran", insistía a finales de abril.

También antes de los comicios del 28A, la portavoz naranja recalcó que el presidente socialista carecía de "escrúpulos" y le acusaba de ser capaz de "cualquier cosa para seguir en la Moncloa". En abril, proclamaba en Twitter: "Suben los delitos y no hay efectivos para patrullar calles o proteger juzgados pero el separatismo sigue creando chiringuitos: una guardia pretoriana separatista para Torra. Pedimos su comparecencia urgente. ¿Sánchez piensa hacer algo o está liado con sus cesiones a PNV y Otegi?".

Con la cita electoral ya consumada, Inés Arrimadas dedicó los meses estivales en afilar los dardos contra Sánchez y lo que denominó su "banda". En julio, la portavoz publicaba un mensaje rotundo en redes sociales: "Sánchez tiene un plan y tiene una banda. Su plan es criminalizar a los moderados y constitucionalistas y aplaudir a los radicales y a los que quieren romper España. Para ejecutarlo tiene a sus socios nacionalistas y populistas, su banda, con los que está pactando por toda España". Las mismas palabras que pronunció Rivera en el hemiciclo durante el debate fallido de investidura de Pedro Sánchez.

La mirada puesta en Cataluña

Las miradas nunca han dejado de estar sobre Cataluña. Y los mensajes de Arrimadas han ido en buena parte dirigidos a los líderes independentistas de todo el territorio estatal. "Cuando lleguemos al Gobierno se les va a borrar esa sonrisita supremacista de la cara", prometía en abril en referencia a Gabriel Rufián (ERC) y Aitor Esteban (PNV).

Meses antes, la portavoz decidió dar protagonismo a Carles Puigdemont en uno de los momentos de mayor debilidad del político catalán. El 24 de febrero, Arrimadas se presentó frente a su casa en Bruselas, acompañada por un grupo de diputados y miembros de su equipo, para recordarle que "la república no existe, que parece que lo sabe todo el mundo menos él", que "él no es presidente de nada, es simplemente un fugado de la justicia" y para exigirle "que deje de hablar en nombre de Cataluña". "Estamos representando a millones de catalanes y no vamos a permitir que el separatismo nos diga a qué rincones de Europa podemos venir", declaró entonces.

El mismo mes de febrero, Arrimadas protagonizó un acto en el pueblo natal de Puigdemont, donde lamentó la "evidente fractura social que se vive en Cataluña cada día" y acusó a los partidos independentistas de intentar silenciar a media Cataluña. "Parece que haya que felicitarse porque no nos rompan la cara", sostuvo tras dedicarse a retirar lazos amarillos de las calles.

Feminismo y LGTBI

Las críticas al Gobierno de Sánchez y al independentismo se han venido desarrollando junto a otra arista: su polémica posición en torno al feminismo del 8M y al activismo LGTBI.

A pocos días de la huelga convocada durante el Día Internacional de la Mujer, Arrimadas se convertía en la protagonista de una iniciativa en el seno del partido: el decálogo del feminismo liberal. El contexto previo resulta clave en este caso. En 2018, la portavoz del partido rechazaba secundar la huelga feminista por no compartir determinadas premisas con el movimiento. "Es una huelga en la que se reivindica también el anticapitalismo" y esa es una "ideología que nosotros no reivindicamos", decía entonces. Con el fin de sumarse, esta vez sí, a las protestas, Arrimadas presentó su versión de la lucha feminista, que sin embargo recibió importantes críticas por parte de diversos sectores. El movimiento feminista, asimismo, ha expresado públicamente su rechazo respecto a la permisividad de Ciudadanos y PP ante los postulados de la extrema derecha.

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Otra de las polémicas que desencadenó Arrimadas en los días previos a la huelga feminista tuvo que ver con una afirmación. "Hay diferentes discursos en los que parece que el hombre está predispuesto en todos los casos a cometer estos atroces asesinatos", dijo en una entrevista con la periodista Pepa Bueno. La entrevistadora cuestionó la existencia de un discurso que tildase a todos los hombres de maltratadores, pero la portavoz zanjó el debate señalando que "hay determinados discursos que no ayudan" [escuchar la entrevista aquí, en el minuto 20:00].

Ya en julio, Inés Arrimadas puso rostro a una confrontación entre su partido y el colectivo LGTBI. Durante la movilización del Orgullo, en Madrid, varios manifestantes decidieron plantar cara a la portavoz y a otros miembros del equipo que participaban en la marcha. El partido denunció ante la Fiscalía supuestas amenazas que equiparaba a las de quienes piden a grupos terroristas que cometan acciones violentas. Un informe policial negó, sin embargo, que se produjeran "agresiones físicas" y destacó que el partido no siguió "en ningún momento las instrucciones policiales ni sus consejos".

A finales de julio, Inés Arrimadas publicaba en redes sociales un mensaje que culpaba a los socialistas de los episodios experimentados: "Con el plan Sánchez, en España hay que pedir permiso a Calvo para ir al 8-M y a Marlaska para manifestarse en el Orgullo".

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