LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
El fiasco de Bruselas y el desafío permanente de Mazón desnudan el liderazgo de Feijóo en el PP

Los libros

Impericia y destellos

Portada de 'Antología', de Joan Salvat Papasseit.

Antología

Joan Salvat-Papasseit

Edición bilingüe. Selección y traducción de José Batlló

Navona

Barcelona

2019

Joan Salvat-Papasseit (1894-1924) vivió 30 años y publicó media docena de libros que la crítica en general, tanto la de entonces como la posterior, recibió con condescendencia. Incluso su valedor José Batlló, responsable de la antología que nos ocupa, y que es reedición de la publicada en 1972, momento álgido de la puesta en valor de este poeta, ha de reconocer que "su impericia le hace a veces caer en puerilidades, mas siempre con destellos de una gran fuerza".

Pero el caso es que, al leer esta somera muestra de una obra somera, el lector puede pensar que esa "impericia" es síntoma también de que el poeta acusó en gran medida los titubeos de la coyuntura literaria que le tocó vivir. Salvat-Papasseit, en efecto, tres años más joven que Pedro Salinas y uno que Jorge Guillén, no tuvo el tino de atisbar, como hicieron estos, los horizontes que se abrían tras el largo crepúsculo postmodernista. En efecto, los aires de vanguardia que asumieron algunos poemas de sus dos primeros libros, con su tipografía libérrima, sus alusiones al maquinismo y al cine y su desenfadada asunción de toda la ruidosa cacharrería del Ultraísmo, apenas emborronan la evidencia de que muchos de los versos sueltos que componen esos textos parecen desgajados de composiciones típicamente modernistas; mientras que otros poemas de disposición más convencional —como, por ejemplo, el bellísimo "Nadal" ("Navidad")— son depurados ejemplos de la evolución del modernismo finisecular hacia ese "prosaísmo sentimental" que fue el estilo característico de la poesía del siglo XX que eludió el tamiz de las vanguardias y que, por esos imprevistas encrucijadas que determinan la evolución de las corrientes estéticas, terminaría conectando con los movimientos que reivindicaban una poesía de aire conversacional, comunicativa y centrada en referentes "realistas".

No pocas composiciones de Salvat-Papasseit apuntan en esa dirección y son quizá las que fundamentan el aprecio que su obra empezó a gozar en las décadas en las que los poetas españoles y catalanes de la generación del medio siglo publicaban su obra madura. Poemas como el espléndido "Tot l’enyor de demà" ("Toda la añoranza de mañana") y "Res no es mesquí" ("Nada es mezquino"), casi libres de resabios modernistas, apuntan ya abiertamente a esa poesía del futuro que supo encontrar en él a uno de sus precursores.

El propio poeta debió intuir, pese al carácter recurrente de su limitado repertorio estético, que ese realismo despojado, teñido de sentimentalismo, abría caminos por explorar, e intentó hacerlo, derivando en la mayoría de los casos hacia una poesía amorosa un tanto convencional, pero notablemente limpia de débitos de época o afectaciones de moda, y que incluso, en alguno de esos "destellos" de los que habla Batlló, roza la despojada elegancia de la poesía amorosa de Salinas ("Porque has venido amo de nuevo: / diré tu nombre que cantará la alondra"), viniendo a certificar un viejo lugar común de la crítica literaria: el que hace de los poetas menores los más fieles testigos del tiempo literario que les tocó vivir.

_____

José Manuel Benítez Ariza es escritor. Su último libros es Realidad (La Isla de Siltolá, 2020).

Más sobre este tema
stats