La amenaza de la ultraderecha
Habla un miembro de 'La XIX del Aire': "El franquismo tiene una gran implantación en el Ejército y Franco es respetado"
"El franquismo sigue teniendo una implantación grande en el Ejército y Franco continúa como una figura respetada". Quien así lo sostiene es José Ignacio Domínguez, teniente coronel del Ejército Aire retirado, abogado en ejercicio, miembro del Foro Milicia y Democracia y portavoz en el exilio de la Unión Militar Democrática (UMD) durante la recta final de la dictadura. Y, también, miembro del chat de antiguos altos mandos de la XIX promoción del Ejército del Aire. Es decir, aquel donde, como desveló infoLibre este miércoles, el antiguo general de división Francisco Beca, que encabeza la lista de firmantes de una carta contra el Gobierno dirigida al rey, publicó que hay que "fusilar a 26 millones de hijos de puta" y otros mensajes en la misma línea. ¿En qué medida pervive el franquismo en las Fuerzas Armadas? Según Domínguez, es difícil saberlo porque si en los ochenta se publicaban estudios de opinión sobre la esfera militar ya han dejado de ver la luz.
En su opinión, la brecha que separa una misiva dirigida nada menos que al jefe del Estado con el objetivo oficial de defender la Constitución y la cadena de Whatsapp que durante meses mantuvo la llama de la dictadura en un chat de militares retirados de alto rango obedece a una razón básica: "En España no ha habido una educación democrática, pero eso no es problema de las Fuerzas Armadas. El problema es de la sociedad, porque aquí no hay una derecha civilizada. En Europa sí, hay una derecha antifascista: Angela Merkel es antifascista, lo era Sarkozy. Merkel hizo un homenaje a los que dieron un golpe de Estado contra Hitler. Sarkozy, cuando tomó el poder en Francia, lo primero que hizo fue acudir a un homenaje a un joven de la Resistencia, un joven del Partido Comunista; aquí es inimaginable que Rajoy hiciese un homenaje a ningún comunista: para ellos los comunistas son terroristas. Esa es la diferencia".
A Domínguez, "y a otros que incluso firmaron las cartas al rey y al Parlamento Europeo", le queman mensajes como el de los "26 millones de hijos de puta". O como aquel otro donde el capitán retirado José Molina –que encabeza la lista de firmantes de otra carta de reproche al Ejecutivo, esta remitida al Parlamento Europeo– expresa este deseo: "No quiero que estos sinvergüenzas pierdan las elecciones. No. Quiero que se mueran todos y toda su estirpe". Verlos en el chat que compartía con sus compañeros de promoción, la que ingresó en la Academia en 1963, le hizo sentirse "ofendido como demócrata y personalmente". "Ellos sabían que yo estaba en ese chat y que yo no comparto esas ideas", agrega. Pero ya había abandonado el grupo de Whatsapp una vez, cuando le reprocharon que tras la elecciones enviase un mensaje donde bromeaba con el concepto de "derechita cobarde" asignado por Vox al PP. Le pidieron que regresara y lo hizo.
José Ignacio Dominguez Martín-Sánchez.
De por qué no intervino al ver disparos verbales como los lanzados por el general de división Francisco Beca o el capitán José Molina, habla así Domínguez: "La única postura es guardar silencio o irse del chat y, claro, tenía que haberlo hecho. Pero lo veía como una falta de cortesía. Me habían invitado a volver. Ahora bien, entrar en discusión sobre si hay que matar a 26 millones o sólo a 24, pues no es una discusión posible. No hay que matar a nadie".
En su opinión, el crecimiento de Vox tuvo un peso relevante en el chat de la XIX promoción del Aire por su influencia en ciertos miembros. "Antes de que existiera Vox nosotros teníamos buenas relaciones. Nos reuníamos a cenar y tal. Ahora ya después de esto, pues creo que la promoción ya se ha hundido".
"En público se atreven a defender la Constitución y en privado defienden la dictadura"
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Mensajes como los enunciados o como aquel otro cuyo autor se quejaba de no estar en activo "para desviar un vuelo caliente de las Bárdenas a la casa sede de estos hijos de puta..”, en referencia a la Asamblea Nacional Catalana (ANC), solo merecen un sustantivo, según Domínguez: "Cinismo". "En privado defienden la dictadura abiertamente y luego en público se atreven a defender la Constitución. Se muestran como constitucionalistas y defensores del rey y ni son monárquicos, ni son demócratas, ni constitucionalistas. Y no lo digo en tono ofensivo, sino simplemente porque ellos mismos se manifiestan como franquistas, porque defienden a Franco y defienden la dictadura en privado". En público, añade, eso es ya "indefendible hoy día".
En el chat, relata Domínguez, llegó a discutirse "sobre la inviabilidad de un pronunciamiento militar" que no apoyaría nadie en Europa.
Ahora no habrá debate: el miércoles, el grupo comenzó a disolverse en cuanto Molina envió un mensaje donde aseguraba que una periodista tenía "copia de todo lo dicho en este chat" y que ello implicaba la existencia de "un topo". También Domínguez se marchó, al igual que muchos otros. En privado y al margen del chat, otros habían manifestado también su descontento con el rumbo de las conversaciones. Y así lo pudo constatar este periódico a lo largo de su investigación.