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Eva Orúe: "Vamos a intentar que todo el mundo nos acompañe y lea por tierra, mar y aire"

La directora de la Feria del Libro de Madrid, Eva Orúe

Eva Orúe (Zaragoza, 1962) está literalmente "de los nervios" ante la inminente apertura el 27 de mayo de la Feria del Libro de Madrid. Es su primera vez desde que a finales de diciembre del pasado año se convirtiera en la primera mujer directora de este gran acontecimiento del libro en sus 81 ediciones y, en apenas cinco meses, ha hecho todo lo que ha podido "y un poquito más".

Hola Eva. ¿Qué tal está a apenas diez días de la apertura de la Feria?

Estamos de los nervios, pero bien (risas). Hemos trabajado mucho. Hablas desde hoy y parece que llevas trabajando cinco meses, pero la Feria está hecha básicamente desde antes de Semana Santa. Luego hemos ido puliendo mil cosas, pero lo que era la búsqueda de patrocinadores, cerrar todos los expositores o la mayor parte de las actividades estaban antes de Semana Santa. Es decir, que hemos montado una Feria muy grande en muy poco tiempo. Se ha hecho un gran esfuerzo, hemos trabajado mucho y esperamos que nos salga bien.

Estamos ante una edición de relanzamiento. Al fin podemos volver al Retiro sin mascarilla y sin las medidas del año pasado.

Efectivamente. A esos efectos, va a ser una feria normal, con extensión normal y obviamente sin control de aforo. Con 378 casetas y más de 400 expositores, que es mucha gente. Y tenemos cuatro pabellones, que es algo muy novedoso.

¿Cuatro pabellones?

Tenemos el pabellón CaixaBank, que es digamos el oficial de la feria. También el pabellón infantil, que es otro clásico. Además, en la Biblioteca Eugenio Trías, donde otros se han hecho actividades, este año se hacen más actividades. Y, por último, en esta edición no tenemos país invitado pero tenemos un pabellón de la Comisión Europea.

No tenemos país invitado pero nos abrimos a muchos países a la vez entonces.

Sí, no fue algo que buscáramos de manera voluntaria. Teníamos otra idea en la cabeza, pero surgió esta posibilidad y decidimos aprovecharla, más aún porque en un año tan difícil para Europa es importante que el mundo del libro se acerca también a lo que está pasando. Y cuando digo Europa no me refiero solamente a la Unión Europea, sino al continente europeo, con lo que también se mirará mucho hacia el este, a Ucrania y a Rusia.

Ha dicho 378 casetas y más de 400 expositores. Eso es, efectivamente, mucha gente.

En 2021 se hizo una feria necesariamente pequeñita y se habló del reencuentro. Pero en realidad la feria del reencuentro es esta, que es cuando viene todo el mundo que no pudo estar en 2021 por pequeñita y en la de 2020 por no celebrada. Para que esté mucha gente que a lo mejor en otras circunstancias no hubiera podido entrar, los editores, los distribuidores y algunos libreros han renunciado a espacio. Es decir, se han ido a casetas más pequeñas o los grandes grupos han renunciado a una caseta para que entrara más gente. Es una medida un poco excepcional. El año que viene habrá que plantearse otras cosas para que todos los que quieran participar de alguna manera estén en un espacio que es limitado y que no puede ser más. Es la feria más grande del siglo XXI, pero más que nada por este carácter excepcional que le hemos querido dar.

Lo que hace de esta feria algo diferente es el tamaño, y el tamaño viene en buena parte dado por el hecho de que vienen editores de toda España. Es algo que al lector normal no debe importarle, pero me gusta subrayarlo

Después de estos dos años tan complicados, la idea será volver a 2019, con aquellos 10 millones de euros de facturación y más de 2 millones de visitas.

Sí. Las cifras hablan de 2,3 millones de visitas en 2019, que es mucha gente. Y aproximadamente algo más del 25% llega de fuera de Madrid capital, desde la Comunidad y el resto de España.

Y aquí les esperan 110 librerías madrileñas junto a editores de todas partes.

Editores vienen de todas partes, sí, de todas las Comunidades. Hay muchos y eso es lo que hace que la feria sea lo más diversa posible. Lo que hace de esta feria algo diferente es el tamaño, y el tamaño viene en buena parte dado por el hecho de que vienen editores de toda España. Es algo que al lector normal no debe importarle, pero me gusta subrayarlo. En Madrid está el 30,5% de la producción editorial española, lo que quiere decir que hay un 69,5% que se hace fuera. Bueno, pues todo ese porcentaje viene a la Feria del Libro de Madrid.

Cuando fue elegida para el cargo ya anticipó su deseo de atraer a grandes empresas patrocinadoras. Supongo que buscar patrocinadores a contrarreloj habrá sido de lo más complicado desde que se puso al frente de la feria.

Bankia era un patrocinador y nos tenía que heredar, por así decirlo, CaixaBank, y nos ha heredado por dos años ya firmados. Y luego, este año, además, se han sumado como patrocinadores Iberia y Publishers Weekly en español. Lo agradezco mucho porque empezamos a buscar patrocinios muy tarde y la gente ha hecho un esfuerzo para estar. Aparte, tenemos también otros colaboradores importantes. Esto suena a peloteo, pero no lo es, porque cuando llegamos la gente tenía cerrados sus presupuestos y de verdad que han hecho un esfuerzo grande para estar todos en la Feria de una manera u otra.

¿Cuál es el presupuesto de la Feria del Libro de Madrid para este año?

El presupuesto ronda los 1,3 millones de euros. En la parte de subvenciones recibimos 66.000 del Ayuntamiento -con quien hay acuerdo asegurado para disponer de El Retiro hasta 2024, con la idea de ampliarlo- y 85.000 de la Comunidad de Madrid. Luego, hay 447.000 euros de patrocinadores oficiales y colaboradores. El resto, 790.000 euros, de los expositores.

La feria se abre a la ciudad. Ahí están como colaboradores el Círculo de Bellas Artes, la Casa de América, la Biblioteca Nacional, el Instituto Cervantes o la Real Academia.

Creo que trabajar en red es importante en los tiempos que corren. Y además creo que la feria está en una ciudad que tiene los mejores vecinos, por lo que es lógico establecer relaciones de buena vecindad con todas las instituciones que nos rodean. Este año ha sido tímido y rápido, confío en poder hacer algo más, pero de momento estoy muy contenta. Y lo estoy sobre todo porque cuando hemos llamado a las puertas todo el mundo nos ha recibido con muchas ganas, lo cual da mucha alegría.

Ya tenemos actividades previas con el Museo del Prado, Reina Sofía y Thyssen. Ya se abre la Feria por ahí.

Lo que han hecho los museos nacionales, la semana pasada el Reina Sofía, esta semana el Thyssen y la semana próxima el Prado es, en sus redes sociales, hacer tuits y otros mensajes de obras que tienen ellos relacionadas con el mundo de la lectura. Siempre citando a la Feria del Libro. Con eso se consigue que nos acompañen, por decirlo así.

Y no se quedan ahí las actividades previas.

Efectivamente. Porque también hemos hecho proyecciones cinematográficas con el Barcelona Film Fest de películas relacionadas con el mundo de la literatura. Con esto conseguimos que los expositores disfruten de una tarde de relajación y cine. Y ganar amigos.

Otro de sus propósitos desde el primer momento es aumentar la influencia cultural de la feria.

Sí. Yo tengo una edad y aquello de todo está en los libros lo llevo grabado a sangre y fuego. Es verdad que los libros están en cualquier cosa que pienses. En los museos hay librerías que venden libros, el cine está basado muchas veces en obras literarias. De modo que la relación con toda esta gente con la que estamos colaborando es casi natural. La otra cosa que nos queda es ver de qué forma la Feria del Libro puede mantenerse de alguna manera a lo largo del año y, sobre todo, cómo podemos llegar a aquellos sitios y aquella gente que todavía no vienen a la feria.

Atraer a los jóvenes. Eso también lo viene diciendo desde que fue elegida directora.

Sí, y eso hay que potenciarlo. De momento, hemos trabajado mucho y hemos hecho lo que hemos podido, que es menos de lo que nos hubiera gustado, eso sí. Pero esa es tarea a partir del 13 de junio, cuando empecemos a desmontar esta feria y empecemos a trabajar en la siguiente. Suena a tópico, pero te juro que es verdad.

Veo que ya piensa en la feria de 2023. ¿Es más importante para usted la feria del año que viene que la de este, por así decirlo?

Lo es, lo es. Sobre todo, la de 2023 será la Feria en la que podremos demostrar todo lo que queremos hacer. Porque en esta hacemos lo que podemos y un poquito más. La idea de hacia donde queremos ir está marcada en esta feria, pero la siguiente será la que indique claramente qué es lo que vamos consiguiendo y hasta donde hemos logrado abrirnos. Para mí la prueba, efectivamente, es la feria del año que viene.

Aprovechando, además, que el sector editorial vive un buen momento tras el auge lector de la pandemia.

Sí. El libro y las plataformas de streaming. No sé lo que va a pasar, pero sí sé lo que quiero que pase. Lo que sí sé es que necesariamente las cifras caerán porque una vez que hemos recuperado la vida normal y tenemos otras posibilidades, mucha gente que empezó a leer o que retomó los libros o que leyó por primera vez de pronto vuelva a otras cosas. Pero una de las tareas del sector y concretamente de esta feria es que sobre todo el público adolescente que ha leído por primera vez o que ha leído más que nunca no nos deje. 

Ese interés por atraer a los jóvenes es lo que transmite el cartel oficial de la feria, obra del historietista Isaac Sánchez, con esa chica que se lo pasa fenomenal leyendo.

Sí. El cartel de la feria es joven, comiquero y alegre. Y está evidentemente destinado al público joven. Es la idea. Que leer no es aburrirse. Leer requiere concentración pero no necesariamente es un tedio, todo lo contrario, y leer te da posibilidades. El cartel es leer por tierra, mar y aire. Pues eso, vamos a intentar que todo el mundo nos acompañe y lea por tierra, mar y aire.

Es usted la primera mujer que dirige la feria en 81 años. ¿Diría que un evento de este tipo necesitaba ya una visión femenina?

Yo creo que no es tanto una visión femenina... por no decir perspectiva de género. Yo creo que esa perspectiva hay que dársela, pero lo que hay que hacer en realidad es abrir un acontecimiento como este a todas las perspectivas posibles. La de género es una de ellas, pero hay otras. Y el hecho de que por primera vez una mujer esté al frente de la feria evidentemente supone un cambio. Es una obviedad y negarlo sería una tontería. Dicho esto, desde el momento en que empecé a trabajar, no sé si con un hombre hubiera sido distinto, pero sí me interesa pensar que cuando cambian el proceso de elección es porque quieren que haya un cambio y que el hecho de ser mujer puede ser parte de ese cambio. Pero no porque por ser mujer yo lo vaya a hacer mejor, sino porque hasta ahora ha habido cosas que probablemente no se han tenido en cuenta en un sector que es evidentemente femenino.

Hay mayoría de mujeres en todo tipo de puestos del sector editorial.

El 65% de los trabajadores del mundo editorial son trabajadoras. En todos los ámbitos: editoras, correctoras, traductoras, servicios de prensa... en el mundo editorial es muy notable y mi elección es normalizar lo que en otros sitios es normal.

Almudena Grandes representaba el espíritu de la feria, sin duda

No sé si puede anticiparnos algo acerca de los homenajes que habrá este año en la feria. Por ejemplo, a Almudena Grandes.

Sí, obviamente, porque Almudena Grandes representaba el espíritu de la Feria, sin duda. Preparamos también un homenaje al crítico literario Javier Goñi, quien falleció hace poco y nos servirá para hablar del papel de la crítica. No te puedo contar todo ahora mismo (risas), pero habrá algún homenaje a algún editor grande y otros para poetas desaparecidos en los últimos dos años. La feria reconoce a los suyos y es normal que así sea. Por otro lado, vamos también a impulsar acciones solidarias para devolver a Madrid algo de lo que recibimos.

¿Piensa en una feria que no sea solo para lectores?

Se trata de que la feria sea el lugar donde se encuentra la gente a la que le gusta leer y también el lugar al que viene gente que igual no le gusta tanto leer pero sí le gusta pasear entre libros. Y luego hay algo relevante, que con el pabellón infantil y todo lo juvenil estamos también apostando por el fomento de la lectura, que es una de las obligaciones de un evento como este.                             

¿Y a esos que pasean pero no compran qué les decimos?

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Pues que sigan paseando. Que le den una oportunidad a los libros que se encuentran en su pasear. 

¿Qué tendría que haber pasado para que cuando esta edición eche el cierre el 12 de junio haya sido un éxito para usted?

Me gustaría muchísimo que todas las actividades que ponemos en marcha, que son muchas, tengan público. Esto es algo que no siempre ocurre en la feria, porque hay una oferta cultural tan grande en esta ciudad que no siempre eres capaz de programar cosas que resulten interesantes o diferentes. Quiero creer que hemos hecho un esfuerzo que ha quedado bien y que en Madrid hay público suficiente para esas actividades. Me gustaría que la gente que está aquí se declare contenta, que vendan mucho, que los autores firmen mucho y que las pequeñas novedades que introducimos hayan recibido una buena aceptación. Porque las cosas que hemos puesto en marcha las hemos hecho con la idea de probar: si funciona, adelante y, si no funciona, el año que viene intentaremos hacer mejoras por otro camino.

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