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"Las camas no caben por las puertas": así evacuaron los bomberos la Gran Residencia de Madrid en pleno incendio

Manifestación este sábado de Mareas Residencias.

El pasado 2 de julio, la Gran Residencia de Madrid, ubicada en el barrio de Carabanchel, totalmente pública y dependendiente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), sufrió un incendio. Se originó en una habitación de la planta baja, provocó 18 heridos leves y el traslado de dos trabajadores al hospital, además de la destrucción total de una habitación y la necesaria reubicación de 20 mayores residentes en el centro. Son los datos que reflejaron los bomberos en un informe al que ha tenido acceso infoLibre en el que, además, detectaron algunas deficiencias. La más grave, la inadaptación del tamaño de las puertas al del de las camas, lo que complicó el rescate de algunos de los ancianos. "El mobiliario existente en las habitaciones (camas) no se puede extraer de las mismas por tener ancho mayor que el hueco de las puertas", advirtió el equipo de emergencias.

"En el momento del incendio en la residencia había 334 plazas ocupadas por una mayoría de personas consideradas grandes dependientes que, por tanto, están encamadas", detalla la diputada socialista en la Asamblea de Madrid Lorena Morales, que hace unos meses pudo visitar el centro y constatar con las trabajadoras que el personal es "insuficiente" para dar una atención correcta a todos los usuarios. "Hay dos empleadas por módulo, y cada uno tiene 40 mayores. Esto provoca que muchas veces no dé tiempo a ducharlos a todos o que alguno tenga que desayunar sentado en su cama", lamenta.

Esa situación no es nueva. En 2020, una trabajadora denunció que no había material de protección contra el virus del covid-19, que no había protocolos de actuación y que ella y sus compañeros sufrían una situación de abandono que se extendía, necesariamente, a los mayores. La respuesta del centro fue sancionarla. El expediente disciplinario que contra ella abrió su directora fue resuelto por la AMAS con siete días de suspensión de empleo y sueldo y su traslado forzoso a otra residencia. La justicia ahora, sin embargo, le ha dado la razón, ha revocado la sanción y ha obligado a la Gran Residencia a readmitirla y a abonarle el salario que perdió durante el tiempo que estuvo en suspenso.

Pero los problemas en el centro, como han reflejado los bomberos y detalla una trabajadora con la que se ha puesto en contacto infoLibre, no han terminado, aunque desde la Comunidad de Madrid sí se han minimizado. Sobre el problema del tamaño de las camas, la Consejería de Familia, Juventud y Política Social asegura que "cuando llegaron los bomberos, los residentes estaban ya ubicados en lugar seguro en cumplimiento de las disposiciones del Plan de Autoprotección". Sin embargo, el informe de los efectivos que sofocaron las llamas es claro: "Se detecta la dificultad de que la mayor parte de las personas a rescatar se encuentran en camas, y éstas no caben por el hueco de las puertas de las habitaciones".

Por ello, recomendaban "confirmar esta circunstancia, dando traslado a quien proceda para que se adopten las medidas correctoras oportunas". infoLibre ha preguntado a la Consejería de Políticas Sociales si ya se habían acometido o estaban planificadas las obras para solucionar este problema, pero el departamento no lo detalla y se limita a afirmar que "evacuar mobiliario no es la prioridad en un incendio, ni a los mayores hay que sacarles en sus camas".

No fue ese el único problema. Según detallan los trabajadores, las alarmas que debían de alertar de las llamas se activaron en la lavandería, una zona distinta a donde se originó el incendio. "Esa debe de ser la primera señal de alarma y en este caso no funcionó bien. El sistema está obsoleto y no lo cambian, así que provoca errores", lamenta una de las empleadas. En el informe de los bomberos no se detalla qué ocurrió con esta alerta, pero desde la Consejería de Familia aseguran a infoLibre que "al estar localizado el siniestro en una zona pequeña y bien identificada, las alarmas no tienen por qué saltar en todo el centro ya que la compartimentación con las puertas 'resistentes al fuego' confinó el incendio y evitó la propagación a otras zonas de la residencia".

En una respuesta por escrito dada por la Comunidad de Madrid a la diputada Lorena Morales insistieron en ello. "Todo el sistema de protección de incendios funcionó correctamente, incluidas las alarmas", revisadas junto al resto de sistemas de protección contra incendios tan solo un mes antes, según añaden. La normativa, especifican, obliga a que estas comprobaciones se hagan trimestralmente, algo que aseguran que se cumple.

Sin protocolo específico

Por otro lado, y como critica Morales, no existe un protocolo específico contra incendios en la Gran Residencia. Se lo confirmaron desde la propia Comunidad de Madrid en otra respuesta escrita: "No existe un protocolo contra incendios específico, sino que se rige por el plan de autoprotección del centro" que, según asegura la Consejería de Familia, Juventud y Política Social a infoLibre, incluye "las medidas necesarias de protección ante cualquier siniestro", incluido un incendio. "El Plan recoge también la documentación relevante en cuanto a sistemas de detección, extinción y prevención de incendios" y "la realización de los simulacros de evacuación que se realizan periódicamente al menos una vez al año", detallan desde el departamento que dirige Concepción Dancausa.

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La trabajadora con la que se ha puesto en contacto infoLibre confirma que reciben charlas habituales sobre qué hacer ante una emergencia de este tipo, pero critica que el único documento de instrucciones del que se dispone es tan solo uno dirigido a los trabajadores de todas las "residencias de personas mayores de la Comunidad de Madrid (RPMCM)", sin distinción, y que la primera señal para detectarlo sean unas alarmas que, insiste, no funcionan de manera adecuada. "Nos dimos cuenta porque vimos el humo", lamenta. Su "labor en los primeros momentos del incendio", destacaron los bomberos, fue "determinante" para que no hubiera "mayor afectación a las personas que se encontraban en la zona afectada por el incendio". Según se refleja en su informe, las personas más afectadas fueron 18, que resultaron heridas leves, un número que desde la Consejería se rebaja, sin una explicación a esa diferencia de datos, a cuatro.

La rehabilitación de lo afectado, en el primer semestre de 2023

¿Y qué ha pasado con las personas reubicadas? Según el informe de los bomberos, tras el incendio fue "necesario reubicar a 20 mayores, unos en el propio centro y otros trasladados por el Samur Social". Preguntadas por este aspecto, fuentes de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social afirman que las zonas menos afectadas de la planta baja, que es donde se originó el incendio, ya fueron rehabilitadas. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con las cuatro habitaciones —que aglutinan ocho plazas— que quedaron destruidas con las llamas. "Se han iniciado los trámites correspondientes a la redacción del proyecto", indican, añadiendo que "se trata de unos trabajos de reconstrucción total de dichas habitaciones".

Sobre los tiempos, la Comunidad de Madrid confirmó a la diputada Morales que las obras se pondrán en marcha "durante el primer semestre de 2023". La residencia y sus usuarios podrían pasar, por tanto, hasta un año sin volver a la normalidad. Precisamente este sábado, Marea de Residencias se concentró a las puertas de este centro y de la Residencia Vistalegre para protestar "contra el deterioro de lo público" y "contra la privatización de los derechos.

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