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El fiasco de Bruselas y el desafío permanente de Mazón desnudan el liderazgo de Feijóo en el PP

Feijóo elige Atresmedia para su cara a cara con Sánchez porque cree que así jugará en casa

Alberto Núñez Feijóo, durante una entrevista en Antena 3.

Una regla de oro de la comunicación política dice que el candidato que va por delante en las encuestas electorales es el que más tiene que perder en los debates a dos por televisión. Si a eso se añade la experiencia de los cara a cara celebrados en el último año en el Senado, en los que claramente Pedro Sánchez se impuso a Alberto Núñez Feijóo, y la evidencia de que la dialéctica nunca ha sido el fuerte del candidato del PP, a nadie le extraña que los estrategas de Génova hayan dado largas durante semanas a las propuestas de cuatro grupos de comunicación (Atresmedia, Mediaset, RTVE y Prisa) para celebrar debates entre los dos candidatos con más posibilidades de alcanzar la Presidencia del Gobierno.

La situación es singular, porque esta vez, en contra de lo que viene siendo habitual, es el líder de la oposición el que está marcando las condiciones de dónde, cómo y cuándo se va a debatir. En primer lugar, el PP ya dejó claro que sólo aceptaría un debate a dos y que no entra en sus planes participar en debates a cuatro —PP, PSOE, Vox y Sumar—. Sólo uno a dos para minimizar el riesgo de exposición de su candidato. Y cero debates a cuatro para evitar que los electores visualicen que el 23J lo que se decide es una elección entre bloques, no entre partidos: la alianza PSOE-Sumar frente al pacto PP-Vox. Justo los que buscan los socialistas.

En segundo lugar, Feijóo ha optado por elegir Atresmedia (Antena 3 y laSexta) como el terreno de juego para el debate con Sánchez. Ha establecido además la fecha (el lunes 10 de julio), ya en plena campaña electoral y a solo 14 días de la votación. Y, en tercer lugar, ha incluido en el paquete una propuesta adicional que nadie en el PP ni en Atresmedia ha querido confirmar si es una condición sine que non para celebrar el cara a cara: un debate entre siete partidos en el que además de los cuatro de ámbito nacional participen también PNV, Bildu y Esquerra. Atresmedia, de momento, no confirma ni desmiente ese formato a siete y se limita a decir que ha “tomado nota” de la propuesta del PP. El PSOE, al menos por el momento, sólo ha anunciado su disposición a participar en el debate a cuatro, que es el único que propuso este grupo de comunicación.

El PP no quiere debatir a cuatro

En Génova están convencidos de que tienen mucho que ganar en un debate a siete, porque en él creen que los ciudadanos tendrán oportunidad de visualizar lo que denominan la “coalición frankenstein” en la que, aseguran, el PSOE se ha apoyado durante toda la legislatura. Y sería mucho menos visible su propia alianza con Vox. 

Con todo, en el PP también aseguran que tienen mucho que ganar. Porque un debate electoral en televisión está perfectamente acotado y los dos candidatos tienen los mismos tiempos, algo que no sucedió en el último año en el Senado, donde el presidente del Gobierno tenía una clara ventaja. Así que esperan que eso iguale las posibilidades de Feijóo de salir bien parado. Y no falta quien ve en el cara a cara una clara oportunidad de que los ciudadanos visualicen a Feijóo como la “única alternativa” a Sánchez, uno de los ejes de la campaña que había puesto en marcha el PP para tratar de desincentivar el voto a Vox pero que los pactos con las extrema derecha han desbaratado.

¿Y por qué un debate en Atresmedia? Fuentes no oficiales del PP ofrecen dos razones. En primer lugar, que se trata de grupo líder en audiencia de televisión y en particular en contenidos informativos. Y, en segundo lugar, que lo consideran “territorio amigo”.

La Corporación Atresmedia posee, entre otros medios, las cadenas Antena 3 y laSexta, lo que a menudo le sirve para presentarse como un grupo independiente al combinar una emisora claramente de derechas con una marcadamente a la izquierda. La realidad es mucho más prosaica: su peso mediático está claramente a la derecha: Antena 3, tiene una cuota de audiencia de un 13,8% (según los últimos datos disponibles) y por segundo año consecutivo está a la cabeza del sector en España. LaSexta, en cambio, ocupa la cuarta plaza con menos de la mitad de cuota que su emisora hermana (5,9%), por detrás de Telecinco (11,3%) y La 1 (9,6%).

Ubicación ideológica

De la orientación ideológica del grupo no tenía ninguna duda el fallecido José Manuel Lara. Cuando era presidente de Planeta, la empresa que controla Atresmedia con la ayuda del grupo italiano De Agostini (entre los dos tienen el 41,69% de las acciones) sabía dónde estaba Antena 3: “Es la televisión mejor definida de España, de centroderecha”. Pero tampoco el público. Un estudio publicado por la revista Communication & Society de la Universidad de Navarra que por primera vez midió en 2021 la inclinación política de los medios de comunicación españoles a través de las interacciones de los usuarios de Twitter fijó claramente la orientación de Antena 3 a la derecha.

El presentador estrella de los informativos de la cadena es el periodista Vicente Vallés, que en lo que va de legislatura se ha convertido en una referencia para los partidos de la derecha y sus seguidores en redes sociales, que a menudo jalean sus críticas al presidente Sánchez, al PSOE y a Unidas Podemos. En él, según fuentes no oficiales del PP, es en quien está pensando Génova para conducir el debate a dos.

Al frente de Atresmedia está desde hace un año Javier Bardají, que antes de llegar a este grupo de comunicación, en el año 2019, desarrolló toda su carrera en el espacio mediático de la derecha: El Mundo, Mediaset y Vocento. Él se ocupa de la dirección ejecutiva, aunque la presidencia sigue estando en manos de José Creuheras, el actual responsable de Planeta, que a su vez edita el periódico conservador La Razón. El director de este diario es el periodista Francisco Marhuenda, que fue diputado del PP en Cataluña y alto cargo de Mariano Rajoy en tres ministerios entre 1996 y 2001.

Un historial contradictorio

El historial de Feijóo en materia de debates es contradictorio. En 2016, siendo presidente de la Xunta, decía que “tomar parte de un debate electoral no es una cuestión opinable”, es “un acto obligatorio” en democracia. Eso sí, hablaba de un debate a cinco, como el que finalmente se celebró el 13 de septiembre con ocasión del las elecciones gallegas de aquel año con los candidatos del PP, PSOE, BNG, En Marea y Ciudadanos. Esos son los debates que parecen gustarle a Feijóo. De hecho, en 2020, los participantes no fueron cinco sino siete, en representación de PP, PSOE, BNG, Galicia en Común, Marea Galeguista, Ciudadanos y Vox. 

Pero no siempre. En 2009, en la campaña que le convirtió por primera vez en presidente de la Xunta, se negó a debatir al mismo tiempo con los candidatos del PSOE y del BNG, Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana, entonces presidente y vicepresidente de la Xunta, respectivamente. De hecho, aquel debate llegó a organizarse, pero acabó siendo suspendido por incomparecencia de Feijóo, que exigía tres debates a dos: Feijóo-Touriño, Feijóo-Quintana y Touriño-Quintana. Esa fue la fórmula que impuso el hoy líder del PP en las elecciones autonómicas de 2013: tres debates a dos (PP-PSOE, PP-BNG y PSOE-BNG). 

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