EL FUTURO GOBIERNO DE COALICIÓN
Podemos se aferra a Igualdad frente al PSOE mientras Sumar evita hablar de ministerios
¿De qué lado caerá el Ministerio de Igualdad si Pedro Sánchez logra la investidura? La respuesta es, a día de hoy, un misterio. A los socialistas les costó mucho ceder esa cartera, entonces dirigida por la exvicepresidenta Carmen Calvo, hasta el punto de ser uno de los detonantes de la repetición electoral de 2019. A menos de 24 horas de la segunda y definitiva votación para la investidura del socialista, Calvo envió un WhatsApp al exportavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, ofreciéndoles ese ministerio que este no leyó —la formación morada se comunica habitualmente vía Telegram— hasta horas después, cuando las negociaciones ya se daban por rotas.
Cuando finalmente Irene Montero llegó al Ministerio de Igualdad tras la repetición electoral, aseguró que "el feminismo" iba a ser "la bandera" del Ejecutivo de coalición. Una bandera que se convirtió, casi desde el primer momento, en un foco de conflicto con el PSOE por los sonoros enfrentamientos entre Calvo y Montero a cuenta de la ley trans y, más adelante, entre socialistas y morados por la ley del solo sí es sí, que los socialistas acabaron reformando con los votos del Partido Popular. La pasada legislatura demostró que Igualdad es una cartera complicada y, quizá por ese motivo, muy cotizada por los dos partidos de la coalición.
Tras las elecciones del 23J, Podemos ha pedido que Montero —a la que la líder de Sumar, Yolanda Díaz, dejó fuera de las listas— repita en esa cartera, pero desde el entorno de la vicepresidenta en segunda en funciones lo descartan e insten en que no están hablando de ministerios con los socialistas, ya que su prioridad es el contenido del acuerdo. Desde la dirección de Sumar evitan así dan pábulo a algunas informaciones publicadas que apuntan a que ya habrían pedido al PSOE cuatro carteras, entre las que estarían Vivienda o Sanidad pero no Igualdad.
Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran en privado que "no han renunciado" al Ministerio de Igualdad, ya que en el programa electoral para las generales Sumar propuso crear una vicepresidencia de Feminismos y Economía de los Cuidados con el objetivo de "dirigir y coordinar estas reformas con el resto de las Administraciones y de agentes sociales, así como recuperar la Comisión Delegada de Igualdad". Más explícita ha sido la portavoz adjunta de Sumar y dirigente de los comunes, Aina Vidal, en una entrevista en TVE al asegurar que no han renunciado "para nada" a esa cartera.
Dentro del espacio hay opiniones de todo tipo. Hay quien ve "muy difícil" que el PSOE vuelva a ceder esa cartera teniendo en cuenta "todos los problemas" de la pasada legislatura y las resistencias que ya hubo en su día, pero también los hay que opinan que los socialistas no tienen ningún perfil que encaje con ese cargo y defienden que no pueden "autoexcluirse" y dejar de dar la batalla. Por lo pronto, en el PSOE hay voces que han pedido recuperar esa cartera, pero oficialmente la respuesta es que la discusión va, de momento, por otros cauces.
Feminismo integrador frente a feminismo de trincheras
Por su parte, Podemos ha reafirmado que mantienen su reivindicación de que Montero, número dos del partido, repita al frente del Ministerio de Igualdad y ha criticado que Sumar debe ser "creíble" a la hora de "lanzar un órdago". "Pensé que en Sumar no estaban hablando de ministerios, pero si están hablando de ministerios, y de ministros y ministras, bien", señaló el coportavoz morado, Pablo Fernández, en rueda de prensa. "Respetamos lo que otras formaciones propongan pero nuestra apuesta sigue siendo Irene Montero", añadió la también portavoz María Teresa Pérez.
Desde la formación morada insisten en que hay que seguir avanzando en "derechos feministas" y consideran que Montero es la persona ideal para hacerlo, pero creen que Sumar no le da la misma importancia ni al movimiento ni a la cartera. Así, defienden que su formación es la que garantiza "dar la batalla ideológica" en materias clave aunque también provoquen el rechazo de una parte de la sociedad.
Un debate que ya se vio durante la campaña electoral del 23J, en la que Díaz defendía un "feminismo integrador" frente a un "feminismo de trincheras", representado a su juicio por Irene Montero, el Ministerio de Igualdad y Unidas Podemos. La formación buscaba, así, "interpelar a más gente desde el feminismo, convencer también a otras mujeres que no sean de izquierdas y a los hombres". Aunque las propuestas de Sumar y Podemos en cuanto a feminismo se refiere son muy similares en el fondo, no lo son en la forma. Díaz aboga por "rebajar el ruido" mientras que Montero hace de la confrontación uno de sus campos de batalla.
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La de la ley trans fue una de las batallas políticas más enquistadas en el seno del Gobierno de coalición. Aquello que se presentaba como el paso determinante hacia la consolidación de los derechos del colectivo fue, sin embargo, el principio de una serie de desencuentros continuados entre los socios de gobierno. El debate sobre la norma se convirtió en un auténtico campo de batalla: el departamento de Irene Montero insistía en blindar el derecho a la autodeterminación de género sin condiciones, mientras que el ala socialista, con Calvo a la cabeza, templaba el entusiasmo de sus compañeros al reprochar la ausencia de garantías y de una base jurídica sólida. La amenaza de un recurso en el Tribunal Constitucional ha pesado sobre la normas desde el inicio de su concepción.
El disenso escenificado entre Igualdad y Carmen Calvo guarda relación con la división en el seno del movimiento feminista. El sector que representa la socialista mantiene que la autodeterminación de género "desdibuja a las mujeres como sujeto político y jurídico, poniendo en riesgo los derechos, las políticas públicas de igualdad y los logros del movimiento feminista". Un argumento compartido por figuras del “feminismo clásico” como la exportavoz del PSOE, Ángeles Álvarez, la líder del Partido Feminista, Lidia Falcón o la escritora Carmen Domingo.
Sin embargo, la actual secretaría de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, sí respalda la ley trans, al igual que otros diputados socialistas como el secretario LGTBI, Víctor Gutiérrez, o el diputado del PSC, Arnau Ramírez. Fernández accedió al cargo en el congreso federal de Valencia, celebrado en octubre de 2021. Su nombramiento tuvo que ver mucho con la sensibilidad de su generación, con un concepto del feminismo no tan clásico y para tender puentes con los postulados queer. Su relación con Montero y Ángela Rodríguez Pam, secretaria de Estado de Igualdad en funciones, es mucho mejor que la que había con Carmen Calvo. La postura de los socialistas más jóvenes con la ley trans, por ejemplo, es mucho más proclive que la de algunas feministas clásicas.