Raquel Martí (UNRWA): "De Gaza no se puede escapar, está cerrada a cal y canto por Israel"
En apenas tres días, la cifra de muertos ya supera el millar y las víctimas se cuentan por centenares tanto en Gaza como en Israel. Allí, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, anunció la activación de una orden "de emergencia" para permitir que los civiles se armen y compren hasta un centenar de balas. Hasta ahora, el límite estaba en 50. La medida es excepcional. Lo que está ocurriendo, también. El Consejo de Seguridad de Israel activó este domingo, oficialmente, el estado de guerra en todo el país. Y advirtió: "Será larga y difícil. Ganaremos". Este lunes anunciaron el "completo asesio" de Gaza: ni electricidad, ni alimentos, ni combustible. "Estamos luchando contra animales", llegó a decir el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
Todo comenzó el sábado, cuando el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) lanzó uno de los mayores ataques que se recuerdan desde que asumieran en 2006 el control de la Franja. Lo hicieron coincidir con el trigésimo aniversario de los Acuerdos de Oslo, teórico marco para una paz que nunca se ha alcanzado. Después la constitución del Estado de Israel en 1948, y tras la guerra de los seis días, en 1967, este país ocupó los territorios de Cisjordania –incluyendo Jerusalén Este– y Gaza, el territorio en el que se concentran ahora los ataques y en el que, antes de que comenzara el conflicto, ya había una "crisis humanitaria cronificada" que ahora puede alcanzar una dimensión imprevisible, como explica Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España, la agencia de la ONU para refugiados palestinos.
¿Cómo era la vida en Gaza antes de que el sábado estallara esta guerra?
Nosotros advertimos de que la Franja de Gaza sería un lugar inhabitable en 2021 y nos equivocamos totalmente en la fecha. Ya antes era un lugar inhabitable. Cada año la situación ha ido a peor, si cabe. No hay agua potable. El 95% de los acuíferos de Gaza están contaminados, por lo que sólo se puede comprar agua embotellada y no todas las personas pueden afrontar esos precios, lo que hace que las enfermedades, sobre todo en menores de 5 años, sean elevadísimas.
Por otro lado, al estar bloqueada por tierra, mar y aire, es Israel el que controla todos los suministros y mercancías que salen y entran de Gaza, por lo que nunca hay ni todo lo necesario ni en las cantidades que hacen falta. Sólo a Naciones Unidas se le permite introducir lo que se considera ayuda humanitaria. Hay que imaginar lo que significa para una población llevar desde el año 2007 recibiendo sólo garbanzos, arroz, latas de atún o de carne... Antes del bloqueo había 60.000 personas recibiendo ayuda humanitaria, hoy son 1.200.000 personas. Creo que es un indicador muy gráfico de lo que ha significado el bloqueo: 1.200.000 personas necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Pero la ayuda no cubre las necesidades de la población. Ni UNRWA, que es quien atiende a la población refugiada de Palestina, ni el Programa Mundial de Alimentos, que es quien atiende al resto de la población que no es refugiada, tienen fondos para continuar distribuyendo alimentos u otro tipo de ayuda.
Esta crisis cronificada ha provocado el cansancio de los donantes. Además, cada vez hay más crisis y catástrofes y emergencias en el mundo, para lo que cada vez hay menos dinero para UNRWA. No tenemos capacidad para continuar y se nos viene encima esta catástrofe sin precedentes.
¿Por qué sin precedentes?
Aunque ha habido otras ofensivas militares sobre la Franja de Gaza, y algunas con resultados muy cruentos y con un número elevadísimo de hogares destruidos, la rapidez con la que se están sucediendo ahora todos los acontecimientos ha provocado que en dos días y medio de bombardeos ya haya más de 500 muertos y casi 3.000 heridos en Gaza. Y nada parece indicar que esto vaya a acabar en un corto plazo. Israel ya está advirtiendo de que esta operación va a llevar semanas y que podría llevar a cabo una operación terrestre. Esto ya pasó en 2014, cuando ya entraron en Gaza. Para hacerlo, lo que hicieron fue arrasar toda la zona por la que iban a pasar. Hay que entender que Gaza es una zona densamente poblada donde hay sitios, como los campos de refugiados, que son verdaderos laberintos de calles estrechísimas sin apenas espacio, por donde es muy difícil avanzar. Israel obligó entonces a la población a desplazarse de un lado de la Franja al otro, dejándola totalmente expuesta a los bombardeos y al fuego de artillería. Que se vuelva a repetir esto es lo que más tenemos en estos momentos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo a la población de Gaza que debía salir del territorio para no sufrir los ataques. ¿Pueden realmente escapar?
No hay ningún sitio al que ir, de la Franja de Gaza no se puede salir. Lo que se va a repetir es lo que ya vimos en 2014: gente desplazándose de un lugar a otro sin estar a salvo en ningún sitio. No entiendo este llamamiento que ha hecho Netanyahu porque Gaza está cerrada a cal y canto por Israel. No se puede escapar. No hay refugios antiaéreos. Lo único que puede dar un poco de seguridad a las personas es alojarse en un edifico de Naciones Unidas, que se supone que son zonas neutrales porque la legislación internacional prohibe atacarlas. Sin embargo, ayer [este domingo] cayó un proyectil en una de nuestras escuelas con 225 personas. Afortundamente no pasó nada, pero en otra ocasión puede ser diferente. Ahora mismo tenemos abiertas más de 60 escuelas. Esta mañana [el lunes] ya teníamos a 65.000 personas alojadas y por los acontecimientos que estamos viviendo ahora mismo seguro que están llegando más. Otro de nuestros grandes temores es que las ataquen.
Netanyahu ya ha amenazado con que la guerra será “difícil y larga” y que no parará hasta que consigan sus objetivos. ¿Cuánto podría alargarse y qué consecuencias puede tener para la situación de Gaza un alargamiento del conflicto?
Cuánto podría alargarse es algo que sólo puede decir Israel. Dependerá de las decisiones militares que tome el Gobierno israelí y de las que tome Hamas, además de la negociación que probablemente encabece Egipto. El problema es que Israel ya ha cerrado todos los cruces de Gaza, lo que significa que ahora mismo no está entrando ayuda humanitaria. Nosotros tenemos un stock humanitario que podemos utilizar para un par de días, pero si esto se prolonga no vamos a poder distribuir alimentos a las personas que están ahora mismo alojadas en nuestras escuelas. Ya están haciendo llamamientos los hospitales porque no hay medicamentos esenciales para atender la avalancha de heridos que están llegando. Tampoco hay electricidad porque Israel ha cortado también el suministro eléctrico. Sólo permite hasta ahora dos o tres horas al día, pero si esto se alarga no va a haber absolutamente nada de electricidad en Gaza, con las consecuencias que eso podría tener en un hospital o en un quirófano.
Esta mañana [el lunes] ya había 400.000 personas sin acceso a agua porque han bombardeado las cañerías, igual que otras muchas infraestructuras civiles como comercios, mezquitas, carreteras... Han bombardeado varios campos de refugiados, como el de Jabalia, en el que ha habido 50 muertos tras un ataque al mercado central en el que había muchas personas abasteciéndose de alimentos. Ha sido una masacre. También se están bombardeando edificios residenciales y el Ministerio de Salud palestino dice que hay muchísimas personas bajo los escombros que todavía no han podido ser rescatadas. Es muy probable que esto continúe a lo largo de los días porque repito: lo hemos vivido otras veces, ya se ha masacrado a la población civil y ahora está volviendo a ocurrir.
No hay medicamentos esenciales para atender la avalancha de heridos que están llegando. Tampoco hay electricidad porque Israel ha cortado también el suministro eléctrico
¿Podríamos hablar de crímenes de guerra?
Eso tendrá que ser determinado por una investigación, si la hay. Aun así, bombardear zonas densamente pobladas se puede considerar un crimen de guerra. El cortar el suministro eléctrico y la entrada de materiales y bienes a Gaza es un castigo colectivo que está prohibido por el derecho humanitario internacional. Se podría hablar de muchísimas violaciones de los derechos humanos, pero para ello haría falta llevar a cabo una investigación cuando todo esto pase. Habrá que constatar todos estos datos, pero Israel no lo permite. En las anteriores ofensivas militares ha prohibido la entrada a los investigadores designados por Naciones Unidas.
¿Este conflicto va a marcar un antes y un después para la situación en la Franja de Gaza?
En lo que no había precedentes hasta ahora es en la masacre que han realizado los grupos armados de Hamas en Israel. Nunca hasta ahora el número de víctimas había sido mayor en Israel que en Gaza durante los primeros días de conflicto. Las cifras de israelíes muertos son espeluznantes y nada justifica la matanza de civiles por parte de Hamas, es absolutamente condenable. Nada justifica el secuestro de familias, de ancianos o de niños por parte de Hamas. Estos hechos, absolutamente deleznables, tampoco justifican los bombardeos sobre la población civil en Gaza.
Nada justifica la matanza de civiles por parte de Hamas y nada justifica los bombardeos sobre la población civil en Gaza
Volviendo a la ayuda humanitaria, ¿está comprometido el apoyo internacional que podría estar llegando hasta ahora? La Comisión Europea ha anunciado este lunes que "suspende todos los pagos" relativos a la ayuda al desarrollo a Palestina.
La semana pasada comparecimos en la Asamblea General de Naciones Unidas para hacer un llamamiento internacional a todos los países miembros porque UNRWA se queda sin financiación este mes de octubre. Esto significa que los 30.000 trabajadores de UNRWA no van a cobrar sus sueldos, y hablamos no de personal internacional, que prácticamente no tiene, sino personas refugiadas de Palestina que trabajan en la agencia y que son personal sanitario, logístico, profesorado, administrativos... No tenemos dinero tampoco para comprar más medicamentos en las clínicas de salud o para pagar la luz y el agua de las escuelas. Tras esta comparecencia en la Asamblea hubo respuesta de algunos países, pero no ha sido suficiente para mantener las operaciones más allá de octubre.
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Este es el primer año en el que hay dos grandes escaladas sobre la Franja de Gaza: uno fue en mayo y el otro es el que estamos viviendo ahora. Nosotros estábamos todavía intentando cubrir las necesidades generadas por la ofensiva del mes de mayo y no hemos recibido casi fondos para distribuir ayuda a esas personas que perdieron sus hogares o estuvieron desplazadas y ahora vamos a tener que abrir otro llamamiento. La ofensiva está destruyendo un número elevadísimo de residencias, de clínicas de salud, de escuelas... Vamos a necesitar muchísimas más financiación. No sé qué piensa hacer la comunidad internacional con la situación de los refugiados de Palestina en general y con los de Gaza en particular, pero esto es absolutamente insostenible.
¿Cómo ha sido el papel que ha jugado España en este tema?
España es un donante de UNRWA y en los últimos años ha aumentado sus contribuciones, pero lamentablemente antes era uno de los países que estaban en el top 10 y ahora no llega a los niveles en los que estaba antes. Lo que realmente espero es que, ante esta situación, el Gobierno de España y las comunidades autónomas destinen más fondos para paliar todo este desastre y que en los años venideros se aumente la financiación. Espero también que la comunidad internacional ahonde en las raíces del conflicto y que busque una solución política para acabar con esta situación, que se repite cada año. Es insostenible, lo único que estamos haciendo es aumentar el número de víctimas de ambos lados. No hay viso de avance ni de que esto vaya a mejorarse. ¿Hasta cuándo va a estar la comunidad internacional impasible ante lo que está ocurriendo? Nunca hemos visto nada igual a lo que está pasando ahora.