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‘Nada’, una serie diminuta en la que cabe mucho de Buenos Aires

Fotograma de 'Nada'.

Disney + ha estrenado recientemente una original y grata microserie argentina, Nada. 159 minutos repartidos en cinco episodios. Poco o nada se puede esperar de la trama, porque no es en ese plano en el que se desarrolla el guion.

La gracia está en el estilo libre, literario en la palabra y cinematográfico en lo visual. Se cuenta bonito en esta serie que, a pesar de ser breve, no tiene prisa en llegar a ningún punto concreto.

Un personaje excéntrico con mucho estilo

Toda la sustancia se encuentra en los personajes, y especialmente en su protagonista, Manuel Tamayo Prats, un hombre maniático y huraño, un admirador de la belleza y la autenticidad, cultivado, exquisito y decadente. Este protagonista absoluto está interpretado por el actor y político Luis Brandoni, quien ha conseguido un auténtico hito para la ficción, la presencia de Robert de Niro en el primer papel de su carrera para la televisión.

Artista invitado, Robert de Niro

Ambos intérpretes se conocían hace décadas y habían tenido sus momentos, pasando incluso una Nochebuena juntos. Brandoni solo chapurrea el inglés y ambos se entienden en una mezcla entre este idioma, algo de español y frases en italiano.

Esta divertida relación se replica en la serie. Animados por la conexión, los autores del guion contactaron con de Niro, que resultó ser admirador de su trabajo y de Buenos Aires, así que de manera afortunada todo cuadró.

Otra estrella de cine que sucumbe a las series

De Niro viajó hasta Argentina y pasó una semana en la que su profesionalidad se ganó la admiración del equipo técnico y artístico. La resistencia de la estrella americana a la televisión parece haberse vencido puesto que prepara una serie de intriga para Netflix, Zero day, en la que ejercerá tanto de productor como de actor.

Junto a estos dos pesos pesados una joven y sutil intérprete paraguaya, Majo Cabrera, aporta otro tipo de inteligencia que llega desde la naturalidad y la sensatez. Cabrera y su personaje muestran una mirada extranjera al carácter porteño.

Homenaje a Buenos Aires

Y es que la serie ha sido definida por sus creadores, Mario Cohn y Gastón Duprat como un homenaje a la ciudad de Buenos Aires, y concretamente a su cocina como declararon en su presentación en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Cohn y Duprat forman pareja artística desde hace más de treinta años y asumen la producción desde su propia compañía, la escritura y la dirección en sus proyectos. Recientemente hemos podido disfrutar su original serie El encargado, de la que están preparando una segunda temporada.

Cruces con ‘El encargado’

Quienes vieron la serie recordarán a Brandini por un pequeño personaje allí y ahora disfrutarán del gran Guillermo Francella, protagonista de El encargado en otra breve intervención.

Cohn y Duprat se han unido en esta ocasión al guionista Emanuel Díez, que ya había colaborado con ellos y ha trabajado en ocasiones con otro mito del cine argentino, Juan José Campanella.

Un viaje con guía al corazón porteño

El punto de partida de los creadores fue su propósito de retratar una ciudad, Buenos Aires, que sentían que no había sido convenientemente fotografiada. Su vehículo para hacerlo es un peculiar crítico gastronómico que ejerce de guía con la audiencia.

Como la propia economía argentina Manuel Tamayo Prats vivió tiempos mejores, pero conserva su sofisticada belleza, un aire de esplendor y una rica cultura. A la vez que explica a sus asistentas el porqué de sus preferencias lo hace con nosotros.

Manías que no lo son tanto

Entendemos que algunas de sus manías no lo son, tienen una base meditada. Para un alma sensible no es lo mismo un aceite que otro en una salsa de veinte ingredientes y muchos bocados sabrosos se degustan más tras un ordenado ritual.

En cambio, a Manuel le solivianta que esas ceremonias estén vacías, la impostura, el mezclar por mezclar y para parecer interesante, como hacen algunos restaurantes con ínfulas. Ante ellos prefiere la sencillez de un perrito caliente, o pancho, como se llama en Argentina.

Aunque la serie tiene la duración de una película no es una película partida en trozos. Una de las cualidades interesantes del dúo creativo formado por Cohn y Duprat es que parecen ajenos a los géneros y por tanto crean obras que encajan difícilmente en una categoría.

En busca del asado perfecto

El dúo realizó en el 2016 un film que mezclaba documental con ficción en el que recorrieron toda Argentina en busca de los secretos y costumbres en torno a la carne, Todo sobre el asado, y aquí retoman esa pasión. Sitúan las piezas de vacuno como estrellas del mundo gastronómico de su protagonista.

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“En el asado está el extracto de la Argentina, de lo que significa ser argentino”, dijo en su día Cohn. Luís Brandoni, el actor, añadió en su paso por San Sebastián que “más que la comida, la mesa tiene un componente ceremonial”.

La estética como medio de comunicación

Esta pasión por la gastronomía se une en el personaje a toda una celebración de la estética, ya sea su propio vestuario, la pintura o la ciudad. Y el arte se convierte en una forma de comunicación.

Al tener un argumento mínimo, Nada deja mucho espacio para divagar sobre esto y sobre aquello, y ahí es donde la serie gusta o no. Si en los primeros minutos no interesa, mejor abandonarla, porque trata exclusivamente de una mirada particular a muchas cosas.

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