Brava: "Cuando no te están llamando gorda, viene un chico a explicarte cómo usar tu propio equipo"
Desde Aluche (Madrid) en lucha contra el mundo llega Brava, banda madrileña de rock cañí (no está mal la etiqueta autoimpuesta) con influencias de Leño o Los Chichos, Pata Negra o Extremoduro, comandada por la enérgica Nerea Santotomás (voz), perfectamente acompañada por Jorge (guitarra Montero), Mario Fuentes (batería) y Jaime Osuna (bajo). Ardiente asfalto, orgullo de barrio, Burning, Cucharada o Las Grecas. Su disco de debut, autoproducido con todo el ímpetu airado que da vivir fuera de la M30, lleva por título Fina estampa y les está poniendo en el mapa como un referente de todo lo que pasa (que es muchísimo) en cuanto te alejas un poquito del maldito centro. En la frontera misma entre Aluche y Carabanchel, de hecho, Nerea y Jorge se sientan con infoLibre mientras a lo lejos contemplamos Madrid arder.
¿Qué es Brava?
Nerea: Brava es una banda de rock de barrio en la que caben todos los tipos de rock. Nosotros decimos que hacemos rock cañí. No nos gustan mucho las etiquetas más allá de esta, porque nos la hemos inventado nosotros y estamos cómodos. Somos gente interesada en la música, en la reivindicación social. Pretendiéndolo o sin pretenderlo, además, Brava es una bastante feminista, ya no solo porque cante yo, sino porque nos preocupan estas cuestiones.
¿De dónde viene el rock cañí?
N: De Pata Negra, Cucharada...
Jorge: Las Grecas, Leño...
N: Un poco de Tabletom... pero también pop-punk de los 2000, un poco de hard rock. Rosendo y Extremoduro evidentemente son referencias. Luz Casal... También Azucena Dorado, a la que se menciona muy poco y hay que revindicar mucho más.
La gente es muy resistente y muy dura en Aluche. Un barrio que se sostiene por las asociaciones vecinales más que por las instituciones
¿Qué significa ser de Aluche para una banda como Brava? Lleváis bien alta la bandera del barrio.
N: Sí, desde luego. Para nosotros es importante la denominación de origen, porque al final todas las cosas que contamos nacen de vivencias de personas de un barrio obrero y no del barrio de Salamanca. Que no hay nada de malo en hacer música del barrio de Salamanca, cada cual que lo haga desde donde pueda y quiera, pero nosotros sí que estamos orgullosos de ser de un barrio que es importante para la Comunidad de Madrid, de gente muy peleona. La gente es muy resistente y muy dura en Aluche. Un barrio que además se sostiene gracias a las asociaciones vecinales más que por las instituciones, que lo tienen muy olvidado. Hace poco leía que el barrio de Salamanca se barre todos los días, mientras Aluche y Carabanchel se barren tres veces a la semana. Pues también merecemos que nos barran y un poquito de cuidado por todo lo que tenemos, que es por ejemplo mucha biodiversidad en grandes parques. Ser de Aluche es un poco todo eso: apreciar tu barrio y reconocerle lo que te ha dado.
¿Sois de alguna manera una banda contra la gentrificación?
N: Yo estoy muy pesada con la gentrificación, porque es para estarlo. Ahora te paseas por Carabanchel y ya hay muchos candados de alojamientos turísticos, que no es que me parezca mal que existan, no estoy en contra de que la gente se vaya de vacaciones, pero sí estamos en contra de que haya un consumo masivo, un turismo lamentable, y de que las instituciones estén empezando a cuidar las ciudades para el turista y no para los vecinos. Eso no puede ser, porque quienes hacen las ciudades son los vecinos, y no los turistas, que vienen aquí un rato, se toman tres cervezas y se van. El resto necesitamos infraestructuras para poder vivir bien. Aquí en Aluche había un cine chulísimo al lado del Metro que ahora es un gimnasio... que no está mal, pero igual también está bien que haya un cine, como la suerte que tenemos de que queden bibliotecas chulas. Pero hace falta un poco de mimo a la cultura en Aluche, porque por ejemplo la sala de conciertos que había ha cerrado y tampoco hay ninguna de teatro.
Yo no he estado en Brooklyn, pero estoy segura de que Carabanchel no es Brooklyn
Ahora se dice por ahí que Carabanchel es Brooklyn...
J: Vamos, es que no me fastidies...
N: Me da urticaria cuando lo escucho, porque una persona que diga eso no ha estado en su puta vida en Carabanchel. Yo no he estado en Brooklyn, pero estoy segura de que Carabanchel no es Brooklyn.
Fina estampa es vuestro primer disco. ¿Cómo ha sido llegar hasta aquí?
J: Llevamos mucho tiempo funcionando en el local de ensayo. En la sombra, como quien dice, desde 2016. Sin prisa, hasta que nos juntamos con unas cuantas canciones, algunas ya bastante antiguas, y grabamos en mayo de 2023, en El búnker de San Crispín, con David Baldo, que es un chico que produce muy bien y ha trabajado con Repion o Carlangas. Por eso, aunque acaba de salir, el disco está ya un poco lejos para nosotros ya en realidad, a pesar de lo cual estamos muy contentos con la acogida.
N: Hace mucha ilusión ver el feedback tan positivo con el que la gente está recibiendo el disco. Y creo que las canciones se lo merecen, porque son buenas. Se está viendo el resultado, desde la humildad, porque somos una banda minúscula en esta galaxia de bandas geniales. Pero estamos muy contentos con el recibimiento del público y de otras bandas que admiramos y nos gustan.
J: Eso alimenta el ego un poquito (risas).
¿Cuáles son esos grupos que os dicen cosas bonitas? Por saber en qué escena anda Brava.
N: Por ejemplo Los Jaleo, que nos gustan mucho y tienen una propuesta muy interesante. También Mallo. Estuvimos tocando hace poco con Montflorit. Hay buen recibimiento por parte de las bandas amigas.
Se dice mucho que no es buen momento para las bandas a la vieja usanza, que no están de moda, que la música comercial es ya otra cosa. ¿Por qué montar una banda en estos tiempos?
J: Bandas siempre ha habido y siempre habrá, el tema es la visibilidad que se le quiera dar.
N: Mira Maneskin, que a todo el mundo le gusta y nadie se plantea que Damiano sea un solista. Eso es porque los medios y las discográficas han decidido que ese grupo tiene valor y lo van a poner en la cara de todo el mundo. Si eso pasase con más bandas de rock, otro gallo nos cantaría. Porque el rock no está para nada extinto, aunque a lo mejor no tenga ahora esa atención de los medios.
¿Por eso cantáis que son malos tiempos para el rocanrol?
N: (risas). Bueno, es que no es buen momento para el rocanrol desde los noventa, igual hace 24 años. Pero siempre surgen cosas buenas y hay algunas que tienen cierta relevancia.
J: En nuestro caso, también puede ser que el rock que hacemos nosotros, como otras muchas bandas, mezcla un montón de cosas y eso hace que no tenga un público tan definido como el heavy, el punk o el rockabilly, que siempre tienen gente muy fiel y ahí siguen.
¿Es el rock contracultura otra vez?
N: Yo creo que lo más underground que puedes hacer ahora es rock. Porque la música urbana, que era lo más underground hasta hace no tanto, ahora es lo más comercial.
Hace no mucho tuvisteis una buena polémica en Twitter por una denuncia que hicisteis de unos comentarios machistas.
N: Que me habían llamado gorda, básicamente. Y es que me sienta muy mal.
J: Todo el mundo está muy acostumbrado ahora a hacer comentarios sobre el físico de las personas, que es algo de muy mal gusto.
N: A mí lo que me molesta es que siempre es mi físico, porque soy mujer. A un chico, en la vida le vas a decir nada sobre eso. Pero cuando somos mujeres o gente del colectivo LGTBIQ+, como le pasó a Sam Smith, se comenta, aunque él no se gane la vida con su físico. No lo comprendo y me quería quejar porque luego a las chicas nos están diciendo constantemente que somos muy exageradas y que eso ya no pasa. Pero sí que pasa. Y cuando no te están llamando gorda te tiene que venir un chico a explicarte cómo usar tu propio equipo. O te vas a comprar un pedal por Wallapop y el tipo te explica cómo se utiliza. ¿Tú te crees que a una persona que lleva tocando la guitarra toda la vida le vas a decir el pedal que necesita o no? Eso es porque es mujer, porque al final sigue habiendo hombres que se creen con el derecho a explicarnos cosas. No sé por qué, pero se sienten legitimados.
Es por eso por lo que este verano hemos creado la sección Ellas cantan. Dejando claro que eso de las 'bandas de chicas' no es una etiqueta válida, ni mucho menos un género, pero de alguna manera sí que parece necesario para conseguir una mayor visibilidad.
N: Nadie haría una lista con los 50 hombres más escuchados de Spotify. Pero es verdad que si no se hace una de las 50 mujeres luego sigue pasando lo que sigue pasando, que es que si a un festival de cincuenta bandas le quitas los nombres de hombres y dejas solo los de mujeres te quedan seis. Y ni siquiera son bandas formadas íntegramente por mujeres, que estoy dejando a las que tienen una unidad femenina. Por eso sí hace falta la reivindicación porque a día de hoy aún hay festivales en los que no hay ni una sola mujer en ningún sitio. Pero ya no te digo encima del escenario, detrás tampoco.
Eso lo comentamos en infoLibre hace un par de meses. En cuanto te fijas un poquito, solo un poquito, te das cuenta de la infrarrepresentación femenina concretamente en los festivales. ¡Y mira que hay festivales!
N: Es verdad que empieza a haber más bandas de chicas y más mujeres, pero al final esto no ha cambiado tanto. Cuando empecé a buscar músicos para Brava aluciné con lo que me encontré. Desde chicos que no quiere tocar contigo única y exclusivamente porque eres mujer, hasta alguno que se piensa que te vas a enrollar con él porque le has pedido que toque en tu grupo. Eso jamás me hubiera pasado si fuera un chico, igual que otras muchas cosas. Por suerte, yo he encontrado una banda con la que estoy a gusto e intento en la medida de lo posible que mi equipo sea siempre de mujeres. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que podamos crear espacios seguros, haya trabajo para mujeres y nos sintamos apoyadas. Y lo seguiré haciendo aunque aparezca cualquier tonto en Twitter, hasta que llegue un punto en que ese tonto no se sienta legitimado a decir una chorrada. Yo me voy a seguir quejando mientras siga pasando.
¿Cómo puede ser que tantos hombres se sigan sintiendo legitimados a tratar con semejante condescendencia a las mujeres en la música y en tantos otros ámbitos?
N: Es que el machismo lo impregna todo, no solo la industria musical, es tu vida entera.
¿De ahí la importancia de que las niñas y las chicas más jóvenes que van a festivales vean fotógrafas o mujeres en la mesa de sonido, además de tocando en el escenario?
N: Claro, para que cuando esas niñas vayan a los conciertos no sientan que ese no es su sitio. Porque, evidentemente, si una niña llega a un bolo y no hay ni una técnica, ni una fotógrafa, ni una mujer tocando, no se puede imaginar haciendo algo así. Eso lo ven.
¿Nos cuentas, Nerea, algún ejemplo concreto de machismo hayas padecido tocando?
N: Muchos. En un concierto que fuimos a dar Jorge y yo en un bar, una cosa sencillita de supervivencia, me vino un tipo en plena actuación y se puso a tocar mi amplificador. Me dice 'yo soy técnico de sonido', y le respondo 'me da absolutamente igual, ¿por qué no tocas el otro?' 'Es que el suyo suena bien', me suelta. ¿Qué legitima a ese señor a tocar mi equipo mientras estoy cantando? ¿Pero tú quien eres? Eso, y por supuesto, las pregunta de siempre: ¿de quién eres novia? También, otra vez, me preguntaron qué hago en la banda, y contesté que gran parte de las letras, las melodías vocales y temas burocráticos varios. Y coge y me dice el tipo: "ah, tú haces lo fácil". Claro, porque lo fácil es ponerte en un escenario a dar la cara y hacerme toda la logística de un bolo. También me han dicho que me visto como una furcia. Y peña desconocida que siente la libertad de decirme que las letras no están mal pero me lo podría currar un poquito más. Eso nunca van a decírselo a Jorge, me lo dicen a mí.
J: Al ser bandas pequeñas también se nota quizás incluso más esa condescendencia. Y una cosa, los técnicos a veces, la madre que los parió, qué asquerosos son (risas). Y mira, cada vez hay más, pero yo me sigo sorprendiendo cuando vamos a una sala y hay una chica encargada del sonido. Menos mal, espero dejar de sorprenderme, porque cada vez hay más chicas estudiando Imagen y Sonido, algo que antes era muy de chicos.
N: Recuerdo que cuando tocamos en el Monkey Week había una técnica, Simona, que era la tía más amable que me he encontrado nunca. Súper profesional, con un trato que jamás he recibido de un hombre, porque lo que siempre recibo es la indiferencia. A mí nunca nadie me pregunta nada, en general, acerca de si está todo bien o necesito algo. Claro que hay muchos hombres que se comportan normal, por supuesto, pero es que ensombrece mucho cuando vas a trabajar y das con alguien que te dice algo que te influye en tu estado de ánimo. Intento no darle importancia, pero es que la tiene y creo que es legítimo que me queje. De hecho, hay que quejarse más. La que se sienta cómoda y se lo pueda permitir se queje. Yo me lo puedo permitir porque no vivo de esto, pero hay gente que no se atreve. Yo les digo a todas las chicas del mundo que no dejen pasar ni una. Y se lo digo a los chicos también, que muchas veces son cómplices con su silencio. No necesito que ningún hombre venga a defenderme, pero no me importa tampoco sentirme apoyada.
Y mientras tanto, ahí están bandas como Ginebras o Hinds, con un éxito considerable después de ya bastantes años de trabajo, que siguen soportando el comentario de que 'ahora ya parece que tocan un poco mejor'.
N: A mí es que me parece tan atrevido meterte con alguien que vive de sus canciones cuando tú no vives de tus canciones... me parece alucinante. Pero es que no se están juzgando las canciones, se las está juzgando a ellas. Aparte de que está muy bien ir a ver a Joe Satriani, pero está también la actitud y lo que transmites a la gente, porque la música no es solo tocar como un virtuoso. Decir que esas bandas no saben tocar... anda, me voy a callar. Tampoco hace falta que todo el mundo cante bien, ahí está Bob Dylan, lo que pasa es que el foco al final siempre se pone en las mujeres. Y yo creo que bandas como Ginebras y Hinds son necesarias para las chavalas. ¿Tú sabes la cantidad de bandas que se están formando porque unas chicas fueron a un concierto de Ginebras o de alguna otra y dijeron 'yo quiero hacer esto'? Eso es importantísimo. Aunque se subieran al escenario y no dieran una, que no es verdad. Porque además tienen canciones buenísimas, el primer disco de Ginebras es brutal. No sé que le pasa a la gente que se mete con ellas, pero que vaya al otorrino, al psicólogo o donde tengan que ir.
¿Dónde va a ir Brava a partir de ahora?
J: El 29 de agosto volvemos a las fiestas de Alcalá de Henares con Whisky Caravan. Visitaremos Salamanca en octubre, Zaragoza en noviembre...
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N: Estamos disponibles para las tres B: Bodas, bautizos y botellones. Aunque a nosotros nos gusta más el parque (risas).
J: Y trabajando en nuevos temas y ensayando para que Brava suene como un cañón.
N: Este disco va a tener bastante recorrido. La buena acogida te anima mucho a seguir haciendo cosas, así que lo que pedimos es seguir teniendo inspiración y ganas para continuar este buen momento.