Ni vacunaciones masivas ni control de las fronteras: la emergencia de la mpox debe preocupar pero no alarmar

Un niño infectado con mpox después de recibir tratamiento en el Centro de Salud de Munigi en Munigi, República Democrática del Congo, el 16 de agosto de 2024.

"El comité de emergencia me confirmó y me avisó de que, en su opinión, la situación constituye una emergencia pública de preocupación internacional. He aceptado ese consejo". El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció así el pasado miércoles que la mpox —más conocida como viruela del mono— pasaba a ser una alerta a nivel mundial. Hasta ese día, y desde hacía tan sólo 24 horas, la emergencia sanitaria se circunscribía exclusivamente al continente africano. Es allí donde la nueva variante de la enfermedad, más contagiosa y letal, ya se ha expandido hasta a 13 países, causando ya más de 18.700 diagnósticos y 540 muertes. Este lunes, la Unión Europea se reunió para evaluar la situación. Este martes hará lo propio la Ponencia de Alertas de las comunidades autónomas. Pero, ¿existe riesgo real en España por la enfermedad? ¿Tenemos que preocuparnos? ¿Qué medidas podemos o debemos adoptar?

No es la primera vez que se declara esta emergencia. Ocurrió lo mismo en 2022, cuando según los datos del Instituto de Salud Carlos III se registraron 7.521 casos en toda España, la mayoría en Madrid (que acumuló el 33,7%) y Cataluña (31%). Fue entonces cuando las autoridades reaccionaron y comenzaron a vacunar. Lo hicieron únicamente a los grupos de riesgo y sus contactos estrechos. Es decir, según recordó el Ministerio de Sanidad la semana pasada, a aquellas "personas que mantienen prácticas sexuales de riesgo, especialmente pero no exclusivamente GBHSH (Gays, Bisexuales y Hombres que tienen sexo con Hombres) y personas con riesgo ocupacional como personal sanitario [...] y personal de laboratorio que manejan muestras potencialmente contaminadas o personal que se encarga de la desinfección de superficies en locales específicos donde se mantienen relaciones sexuales de riesgo". Gracias a eso, al año siguiente los casos se redujeron hasta los 319.

¿Y cuál es la situación ahora? Este año, hasta el 8 de agosto, se han contabilizado 264 casos más — y cuatro en los últimos diez días—, una cifra que, sumada a las anteriores, ha convertido a España en el país europeo con más casos de viruela del mono.

En cualquier caso, el titular no debe llevar a la alarma. Así lo entiende al menos el epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en situaciones de crisis de la OMS Daniel López Acuña. "Esto no tiene que ser un motivo de preocupación, aunque sí de alerta", diagnostica en conversación con infoLibre. Es el objetivo que precisamente busca la Organización Mundial de la Salud con su declaración. "Cuando un organismo internacional declara una enfermedad como emergencia lo que pretende es que el resto de países pongan el foco en controlar los posibles diagnósticos", añade Patricia Guillem, epidemióloga de la Universidad Europea de Madrid. Por el momento en Europa tan sólo hay un caso de esa variante más peligrosa de la viruela del mono, así que el reto es ese: que no se contabilice ningún otro.

Podría pasar, aunque el riesgo es "bajo", como declaró este lunes el Comité de Seguridad Sanitaria de la Unión Europea en una reunión en la que, además, desaconsejó el control en las fronteras, una medida que reclamó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

En cualquier caso, el Ministerio de Sanidad ya ha anunciado que publicará semanalmente un informe epidemiológico para actualizar la información sobre la presencia de la enfermedad en nuestro país, además de reactivar el Grupo de Trabajo de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) con la sociedad civil y las sociedades científicas y valorar la posibilidad de realizar controles en aguas residuales para monitorizar la evolución del virus.

Incomparable al covid

Pero tras la declaración de "emergencia sanitaria internacional" surge la pregunta: ¿Ocurrirá algo parecido a lo que ocurrió con el covid? La respuesta es que no, en ningún caso. "No se puede comparar un virus con otro", sentencia, tajante, el exdirector de Sistemas de Salud de la OMS y exconsejero de Sanidad del Gobierno Vasco, Rafael Bengoa. Es más, que el riesgo sea "bajo", ciomo él también destaca, no es una afirmación simplemente optimista. Según explican los expertos consultados, la mpox no tiene nada que ver con otros virus como el SARS-CoV-2, fundamentalmente por su método de transmisión. "Se contagia por vía sexual, a través del intercambio de fluidos o mediante el contacto de piel con piel", explica López Acuña. En resumen: no basta un simple contacto con una persona contagiada. El coronavirus, en cambio, podía mantenerse en el aire de espacios cerrados y transmitirse de una persona a otra simplemente mediante una conversación. "Por eso tampoco tiene sentido epidemiológico el uso de equipos de protección de alta gama", continúa.

"En este caso no hay que tener miedo porque esto no va a suponer un problema de la misma magnitud que el covid. Que se haya declarado una emergencia sanitaria internacional no implica que haya una pandemia, sólo significa que es un problema serio que hay que vigilar", matiza.

Vacunar a grupos de riesgo (y de forma masiva en África)

Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué hacer ahora? Pues por el momento las autoridades descartan medidas drásticas. El departamento de Mónica García, de hecho, se limitará por ahora a valorar la realización de controles en aguas residuales para monitorizar la evolución del virus, además de reactivar el Grupo de Trabajo de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) con la sociedad civil y las sociedades científicas y de publicar semanalmente un informe de seguimiento de la situación.

Más allá de eso, Guillem cree que es ahora cuando podemos mostrar lo que aprendimos del covid. Y celebra que en cierto modo ya esté ocurriendo. "La crisis del coronavirus nos dio una lección. No hay que vivir bajo una alarma constante, pero ahora sí que sabemos que no somos invencibles. Todos los ciudadanos de todos los países del mundo somos vulnerables de contagiarnos de cualquier tipo de enfermedad", lamenta. Bengoa añade algo más: "Todos los años tenemos amenazas zoonóticas virales. Ha habido 335 en últimos 50 años y se están acelerando por la globalización, así que necesitamos reforzar la salud pública", insiste.

Y López Acuña señala específicamente la necesidad de frenar la enfermedad allí donde se está expandiendo con más rapidez y letalidad. Es aquella idea que también se puso de relieve en pleno 2020: nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo. O dicho de otro modo: es vital extender las vacunas en África. "Hace falta una vacunación masiva para frenar la expansión", reclama el experto. "Hay que lograr no logró el covid: más solidaridad norte-sur", añade Bengoa.

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En este sentido, la OMS elaboró precisamente la semana pasada un plan de respuesta regional para el continente que requería de 13,6 millones de euros para apoyar las actividades de vigilancia, preparación y respuesta. Según especificó su director, entonces ya se habían liberado 1,31 millones del Fondo de Contingencia para Emergencias y el resto planean financiarlo a través de donantes.

En Europa la situación es muy diferente. El Comité que se reunió este lunes, de hecho, rechazó la idoneidad de inmunizar a la población en general, algo que los expertos aplauden. "Vacunar por vacunar no sirve de nada. Además, el covid generó una reticencia en este sentido y es necesario que la gente siga creyendo en estos medicamentos, así que no me parece buena idea administrarlos sin razón", explica Guillem, que opta por tanto por ahora por mantener, únicamente, una "vigilancia epidemiológica" en la que la capacidad de reacción pueda ser rápidamente modificable en función de la situación. "Esta prevención nos permite generar protocolos para poder actuar si detectamos algún caso. No va a haber una explosión de contagios", asegura la experta.

López Acuña, por su parte, redoblaría la prevención vacunando, ya, a la población de riesgo. "En 2022 hubo muchas personas que se inyectaron tan sólo una dosis, por lo que todavía no tienen la cobertura completa. Es momento ahora de propiciar que lo hagan, sin esperar a que sean ellas las que acudan", detalla. Según informó Sanidad este lunes, la inmunización también se valorará para todo aquel que tenga planeado viajar a alguno de los países afectados, a quienes se recomienda asistir a un Centro de Vacunación Internacional para analizar, de forma exclusiva, su caso. Hay, para ello, medio millón de vacunas.

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