Algunas reflexiones en el 46 aniversario de la Constitución

Ángel Díez de Miguel

La base sobre la que se asienta nuestra convivencia como conciudadanos españoles fue ratificada por el pueblo hace 46 años, son años de luces y sombras, como la propia Constitución, como la propia imagen que acompaña este escrito, por un lado, el cuadernillo que se mandó a todos los españoles y, por otro, la edición de los privilegiados con el escudo franquista que nos recuerda su origen, son años en los que se ha utilizado como arma arrojadiza por muchos que no la cumplen y que en muchos casos tengo la sensación que no la conocen y nunca la han leído.

Ya en el preámbulo nos dice que se hace “… deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran”, de todos. También pretende “garantizar la convivencia … conforme a un orden económico y social justo”. No creo que la mayoría de los ciudadanos piensen que se ha logrado asegurar un orden justo. Además, aspira a “promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida”. ¿De verdad creemos que todos nuestros conciudadanos disfrutan de una vida digna?

En este aniversario vemos con tristeza que la libertad está condicionada a disponer de una economía que permita elegir

En el artículo primero, nos dice que “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. En este aniversario vemos con tristeza que la libertad está condicionada a disponer de una economía que permita elegir, cosa imposible para quien no llega a fin de mes, vemos que la justicia, la aplicación de las leyes, está condicionada a la escasez de medios que alarga los pleitos hasta que ya no hay manera de hacer justicia.

En el artículo 1 dice con absoluta claridad: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”, y sin embargo vemos a los partidos de derechas reclamar que los jueces elijan a los jueces, que es tanto como decir que los políticos elijan a los políticos. ¿Dónde queda la soberanía popular?

El artículo 6 nos dice: “Los partidos…. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos". ¿Lo son?

En el artículo 31 nos dice que “todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad”. Salvo el IRPF, que sí es progresivo, no conozco ningún otro impuesto que lo sea.

En el 35: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo…, y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia”. Ni hay trabajo para todos, ni todos tienen salarios suficientes.

En el 39: “Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia”. No son paguitas, es cumplir la Constitución.

Artículo 47: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias …. regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Dice, textualmente, impedir la especulación. Otro artículo olvidado.

Y en el 50: “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad”. Lo dice claramente, “periódicamente actualizadas”.

También explica los derechos del Rey. Artículo 56: “La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”. Sinceramente no creo que ninguno de los ponentes de la Constitución, ni de los parlamentarios que votaron el texto en las Cortes Generales, y por supuesto ninguno de los millones de españoles que la votamos, imaginábamos nunca que esa irresponsabilidad fuera extensiva a las andanzas particulares del emérito, porque si el Rey es totalmente irresponsable, puede robar a manos llenas o preparar un golpe de Estado impunemente. ¿Queremos un jefe del Estado así?

Después vienen unos apartados sobre el funcionamiento de la Corona, las Cortes, el Gobierno, la judicatura, pero entrar en detalle sería demasiado prolijo.

Esto se votó como un paquete, todo o nada, y a todos nos afectan todos los artículos

Sí quiero destacar lo que nos dicen los primeros artículos que tratan de cómo debe ser la economía y hacienda:

El nº 128 dice: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”.

El 129: “Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentarán … las sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción”.

Y en el 131: “El Estado … podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución”.

No creo que estos artículos se los hayan leído todos los ofendidos constitucionalistas. Alianza Popular ni siquiera votaron SI, que tanto gritan en defensa del neoliberalismo económico. Va a resultar que nuestra Constitución es comunista.

Hablando de la igualdad de todos los españoles, en el artículo 138 dice: “Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales”

El artículo 167 nos habla de la reforma de la propia Constitución y dice: “Los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras”. Viendo la polarización que vive el país, esto hace que sea prácticamente imposible afrontar una reforma sustancial, es decir, tenemos que convivir con esta.

Es imposible estar de acuerdo con todos y cada uno de los artículos y cada cual tendrá sus preferidos y otros que no le gustan, pero esto se votó como un paquete, todo o nada, y a todos nos afectan todos los artículos.

Viendo el desarrollo que ha tenido nuestra Carta Magna en estos 46 años, casi resulta revolucionario exigir su total cumplimiento, eso sí, sin interpretaciones mezquinas de los de siempre, de los que aceptaron la Constitución como mal menor para seguir disfrutando de sus privilegios y luego cumplen solo los artículos que les parecen bien.

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Ángel Díez de Miguel es socio de infoLibre.

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