La García Márquez de Barcelona o el Ateneo de Madrid: bibliotecas como refugio del ruido navideño
“Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”, dejó dicho Jorge Luis Borges. “Mi patria es mi hijo y mi biblioteca", sentenció Roberto Bolaño. "Saqueo las bibliotecas públicas y las encuentro llenas de tesoros hundidos", recalcó Virginia Woolf. Refugio, cobijo, asilo, bunker, trinchera. Casa, en definitiva. Hogar rebosante de historia y sabiduría. Lugares donde detener el tiempo y escapar del mundanal ruido. En la evasión está la victoria de conseguir huir de las dichosas luces navideñas, la tremebunda banda sonora de los villancicos y el soniquete incesante de las cajas registradoras en pleno frenesí consumista. Guaridas de paz.
Bibliotecas hay de muchos tipos y tamaños, pero lo que está meridianamente claro es que en España tenemos algunas absolutamente impresionantes. Como la Biblioteca General Histórica de Salamanca, la más antigua de España (y de Europa), fundada en 1218 por voluntad de Alfonso IX de León, si bien no fue hasta 1254, cuando Alfonso X 'El Sabio' le otorgó su primera carta constitucional, el momento en el que empezó su andadura definitiva. De valor arquitectónico incalculable, en la actualidad alberga casi 3.000 manuscritos y 500 incunables, entre ellos el Libro del buen amor de Arcipreste de Hita, una copia del Códice Calixtino del siglo XIV, el Liber Canticorum de la reina Doña Sancha de mediados del siglo XI o una copia de Los elementos, del griego Euclides.
De la más antigua a la más grande, que no es otra que la Biblioteca Nacional de España (BNE). Abrió al público en 1712 y en 1716 Felipe V firmaba el Real Decreto fundacional, que aclaraba el carácter público de la biblioteca, abierta a "todos los estudiosos" y establecía las normas fundamentales para su funcionamiento. Como organismo autónomo, se encarga del depósito del patrimonio bibliográfico y documental del país, y está dedicada a reunir, catalogar y conservar fondos bibliográficos. Custodia alrededor de treinta millones de publicaciones producidas en territorio nacional desde comienzos del siglo XVIII: libros, revistas, mapas, grabados, dibujos, partituras y folletos. Entre ellos destacan la colección de manuscritos, que abarca obras desde el siglo IX hasta un total de 23 000 obras, y la de incunables, 2.298 ediciones representadas por 3.159 ejemplares, incluidos dos libros xilográficos.
La segunda biblioteca más grande de España está bien cerquita de la BNE, apenas a veinte minutos caminando, lo que se tarda desde el Paseo de Recoletos hasta la calle Prado, en pleno Barrio de las Letras. Hablamos de la del Ateneo de Madrid, epicentro de la cultura española de los dos últimos siglos, núcleo de conocimiento prácticamente inabarcable de 300.000 títulos, de los cuales 235.000 son libros y el resto, en torno a 65.000, revistas, diarios, panfletos o folletos que conforman una hemeroteca monumental en la que tampoco faltan grabaciones, fotografías o mapas. "Si quieres seguir la historia de la cultura española en los últimos 200 años -esta institución nació en 1835- no puedes dejar de pasar por la biblioteca del Ateneo de Madrid", afirmó a infoLibre meses atrás Pedro López Arriba, socio bibliotecario y uno de los grandes conocedores jde la riqueza incalculable que se reparte por estas estanterías y depósitos.
Otro gran tesoro es la Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Fundada en 1565 por el Felipe II, contiene alrededor de 1.400 manuscritos de códices latinos (llegaron a ser 4.000 antes del incendio de 1671) que forman la parte más valiosa de sus fondos. Cuenta también con miles de otros manuscritos griegos, árabes, hebreos y castellanos. Tiene una vocación humanista y es preciso también destacar la riqueza de libros impresos antiguos, especialmente de ediciones de los siglos XV y XVI, de los más prestigiosos talleres tipográficos de toda Europa. Se encuentran en el Salón Principal y parte de ellos en el actual Salón de Manuscritos. El número de volúmenes asciende a unos 40.000 y la cantidad de incunables, a su vez, supera los 600. Cuenta, además, con una gran colección de grabados, con más de 7.000 piezas de los mejores artistas europeos de la época.
Damos un importante salto temporal para llegar a la Biblioteca Pública Gabriel García Márquez de Barcelona, inaugurada hace tan solo dos años, en 2022, y galardonada en 2023 con el premio internacional a la Mejor Biblioteca Pública nueva, galardón otorgado por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA). Está ubicada en el barrio barcelonés de San Martín de Provensals, está especializada en literatura latinoamericana y recibe su nombre en honor al escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien residió en la Ciudad Condal entre 1967 y 1975. En el momento de su inauguración contaba con un fondo documental de 40.000 libros, destacando un espacio de unas 500 obras dedicado al autor de cómics Francisco Ibáñez, vecino del barrio.
No salimos de Barcelona para visitar la biblioteca de la Universidad Pompeu Fabra, construida aprovechando un depósito de aguas, lo cual la convierte en una de las más originales y a la vez impresionantes de España. La institución docente se hizo con el espacio en 1992 y, después de un siglo de usos diferentes, empezó a funcionar como Biblioteca General de la Universidad en 1999. Es una construcción calcada de un prototipo romano, con grandes muros de fábrica de ladrillo de 1 metro de grosor y 14 metros de altura, que se cruzan con bóvedas de cañón y se extienden como por efecto de un espejo a lo largo de 65 metros de profundidad, con una gran cisterna en la cubierta. Un lugar privilegiado donde entregarse al conocimiento aislándose en plena Ciutadella del frenético ritmo de la ciudad.
Mucha historia tiene también la Biblioteca Municipal Central de Jerez de la Frontera (Cádiz). De más de 188.000 piezas (materiales bibliográficos, gráficos, hemerográficos y audiovisuales) se hace el patrimonio literario de esta biblioteca fundada en 1873, lo que la convierte en la más antigua de las bibliotecas gestionadas por ayuntamientos de Andalucía. Destaca el Fondo Antiguo, unos 37.000 volúmenes aproximadamente, con impresos que van de los siglos XV al XIX, así como importantes secciones de temática local y andaluza, periódicos de los siglos XIX y XX, y una colección de 77.500 diapositivas donadas por el pintor José R. Fernández Lira. El libro impreso más antiguo es el Epigramatum Opus in Amphiteatrum Caesaris, un incunable de M. Valeriis Martialis impreso en Venecia en 1475. En cuanto a los manuscritos, la Biblioteca conserva un fragmento de los XII tratados del De preconiis Hispaniae, códice medieval del franciscano Juan Gil de Zamora, datado por los especialistas entre finales del siglo XIII y principios del XIV.
Igualmente histórica y de una riqueza extraordinaria es la Biblioteca del Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla (La Rioja), cuya grandeza es más cualitativa que cuantitativa, pues se debe más al mérito de algunas obras que en ella se guardan que al número de volúmenes que contiene (en torno a 10.000). Una de estas rarezas bibliográficas es el Evangelario de Jerónimo Nadal, impreso en Amberes en 1595 y si raro es poseer un ejemplar de esta edición príncipe, más raro es que todas las láminas estén policromadas, una a una. Especialmente luminoso fue el descubrimiento de la Summa Casuum de Bartholomeus de Sancto Concordio, un incunable en perfecto estado, editado antes de 1475 y del que solo se conservan cinco ejemplares en el mundo. Este lugar se conserva tal como quedó definitivamente amueblado a finales del siglo XVIII (no hay, intencionadamente, luz eléctrica, por ejemplo).
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Seguimos por el norte peninsular para visitar la Biblioteca y casa-museo de Marcelino Menéndez Pelayo. Se encuentra en la ciudad de Santander (Cantabria), fue inaugurada en 1923 y perteneció en vida al célebre escritor, pasando a su muerte al ayuntamiento de la ciudad por decisión testamentaria. Su colección responde a las inquietudes investigadoras de un especialista en Humanidades, Bibliografía y Pensamiento histórico y literario. Su fondo bibliográfico está compuesto por 1.032 manuscritos, papeles y correspondencias de 17 legados de diferentes autores, y 41.500 títulos de impresos, de los cuales 22 son incunables, 1.124 del siglo XVI y 1.225 del siglo XVII. El XVIII está representado por 2.839 títulos y el XIX y XX (hasta 1912, año de su muerte en que se cierra el fondo) por 35.260. A esto habría que añadirle los 870 títulos de publicaciones periódicas.
La Biblioteca Universitaria de Santiago de Compostela es, por la riqueza de sus fondos bibliográficos, una de las bibliotecas universitarias más importantes de España. Cuenta con 862 manuscritos, 141 incunables, 27.725 impresos de los siglos XVI al XVIII y 29.727 impresos publicados entre 1801 y 1900. La colección de libros, revistas, mapas y otros materiales bibliográficos permiten comprobar, por ejemplo, la riqueza cultural de las órdenes religiosas, como se puede apreciar en las valiosas contribuciones bibliográficas recibidas con motivo de la expulsión de los jesuitas en el siglo XVIII y de la desamortización del siglo XIX. En la actualidad, la Biblioteca General acoge más de 300.000 volúmenes y 4.700 publicaciones periódicas.
Mención al menos merecen la Biblioteca Arús de Barcelona, la Biblioteca de la Universidad de Valladolid, la Biblioteca Real Casa Consulado de A Coruña, la más moderna Biblioteca TEA en Santa Cruz de Tenerife o la hermosa Biblioteca de las Escuelas Pías en Lavapiés (perteneciente a la UNED, en Madrid). Pero para terminar vamos a fijarnos en la Biblioteca del Congreso de los Diputados, una joya contra la crispación que los parlamentarios usan más de lo que pudiera parecer y que cuenta con un fondo histórico maravilloso con un Erasmo de Rotterdam de 1521, un Boecio de 1500, una edición del Fausto de Goethe de 1878 o más de ochenta ediciones de El Quijote. También numerosos ejemplares medievales de gran valor, ocho incunables, códices del siglo XV y textos de los siglos XVI y XVII. Toda la vida parlamentaria española desde el siglo XIX, pasando por el XX hasta llegar al presente. Más de 550.000 ejemplares entre libros, revistas y recursos digitales. Un refugio para escapar del mundanal ruido bebiendo de semejante manantial de sabiduría y cultura, en definitiva.