Europa se asoma al abismo económico de una guerra comercial con EEUU

La Unión Europea será una de las economías más perjudicadas por los aranceles que Estados Unidos piensa aplicar a productos procedentes de mercados donde los suyos sufren impuestos. El anuncio de Donald Trump ha hecho saltar todas las alarmas en el viejo continente, ya que los bienes y servicios estadounidenses están sujetos al IVA que las empresas y los consumidores pagamos, un régimen fiscal que afecta por igual a las mercancías estadounidenses, a las europeas o las de cualquier otra región del planeta.
La conclusión es clara, una guerra comercial con los Estados Unidos impactará en la economía europea, lastrando aún más su bajo crecimiento, teme el BCE, y poniendo en una situación complicada a los países más industriales y exportadores, empezando por la primera potencia, Alemania, que podría entrar de nuevo en recesión. En su reciente boletín económico, el Banco Central Europeo alertó que “una mayor fricción del comercio global generaría más incertidumbre en las previsiones de inflación de la zona euro”.
El importante instituto económico alemán IFO ha alertado que “por primera vez desde el final de la Guerra Fría, Alemania y Europa deben afrontar de manera intensa riesgos geopolíticos”. El IFO no sólo habla de la guerra en Ucrania y la amenaza rusa o de la dependencia exterior en materias primas o minerales raros, también sitúa en ese primer nivel una posible interrupción del comercio por culpa de las crisis políticas o los conflictos. El instituto alemán duda ya que de su país consiga crecer este año, como mucho sus economistas hablan de “un muy bajo 0,4%, el peor comportamiento entre los países industrializados”.
Ante este riesgo económico, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, abandonó su reciente actitud diplomática con la nueva Casa Blanca para criticar que “la política comercial 'recíproca' propuesta por el presidente Trump es un paso en la dirección equivocada”. Von der Leyen denunció que “la UE no ve una justificación a un aumento de las tarifas en los Estados Unidos” porque un 70% de las mercancías que entran en el mercado único europeo están exentas de esos gravámenes.
En un intento de llegar a un acuerdo con la Administración Trump, la presidenta de la Comisión recordó que “la tarifa media aplicada a la importación de bienes en la UE está entre las más bajas del planeta” y que los 27 ya han cerrado tres acuerdos de libre comercio con los Estados Unidos.
El IVA y el comercio en la Era Trump
Europa tiene poco más de un mes, hasta que el 1 de abril Trump conozca los análisis de sus ministros económicos, para intentar convencer a la Administración norteamericana de que no aplique el nuevo régimen de tarifas, porque como señala Inga Fechner, la economista senior de ING para Alemania y Austria, “un cambio en el régimen del IVA es muy improbable”. Básicamente, supondría poner patas arriba todo nuestro sistema fiscal.
En la Unión Europea, los ingresos por el IVA ascienden al 7,5% del PIB y suponen casi un 18,6% de la recaudación fiscal de las haciendas nacionales. La tasa media entre los 27 se sitúa en el 21%, Luxemburgo contaría con el tipo general más bajo, en el 16%, el de España es del 21% y el de Hungría, en el 26%, sería el más alto, según los propios datos de la Comisión. Son tasas a las que están sujetas los productos manufacturados estadounidenses, sus bienes y servicios cuando los consumimos.
Evitar tarifas recíprocas para los productos europeos, como ha anunciado Trump, parece difícil y “aun así, la ventana para un acuerdo todavía está abierta”, considera la economista Inga Fechner, ya que el estadounidense “las ha usado para arrastrar a los países a su agenda doméstica”. En el mayor banco holandés, uno de los gigantes europeos, esperan que la Casa Blanca “use tarifas concretas para conseguir concesiones”, como ya hizo con Canadá o México. Por eso, Bruselas no sólo debe centrarse en los Estados Unidos sino también abrirse a negociar con otros países, para reducir la dependencia trasatlántica. Es lo que acaba de recomendar Olivier Blanchard, antiguo economista jefe del FMI.
“Como los Estados Unidos están virando hacia el proteccionismo, la UE tiene una carta mayor que jugar”, escribe Blanchard, quien pide a los 27 “insistir en los acuerdos comerciales existentes” para “crear una nueva coalición dispuesta a ayudar en la reforma de la arquitectura comercial global”. El economista francés habla de Japón, Reino Unido, Canadá, Corea, India o México, además de los países sudamericanos, y también abrir “una gran negociación con China” defendiendo a la industria europea. Blanchar pide, en definitiva, que la UE se lance a por los espacios que Trump quiere abandonar en la esfera internacional, y la economía sería el caballo de batalla en medio de un enfrentamiento comercial.
El Eurogrupo estudiará el desafío económico abierto por Trump
El lunes y el martes los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea se reunirán en Bruselas con este delicado escenario comercial como trasfondo. El segundo punto de la agenda, y posiblemente más importante, es “la previsión macroeconómica y las perspectivas para la zona euro en un contexto global de rápidos cambios”. Una alta fuente comunitaria reconoce que “va a ser una parte importante de la discusión” y que los ministros europeos intentarán “interpretar las acciones y los anuncios de los Estados Unidos, cómo pueden impactar en la zona euro y que respuestas políticas pueden implicar”.
Fuentes del Tesoro español confirman la importancia de la cuestión en el Eurogrupo aunque haya “un debate más general del entorno macroeconómico” sobre la guerra comercial emprendida por la Administración Trump y que “en él la Comisión hará un análisis más exhaustivo”. “Lo importante”, insisten desde el equipo económico español, “es que la UE responda firme y unida”. La fuente comunitaria reconoce la incertidumbre en la que se mueven los gobiernos europeos. “No sabemos lo que puede pasar, así que inevitablemente la discusión va a ser sobre todos los escenarios”.
Aunque no está en la agenda ni del Eurogrupo ni del Ecofin, la reunión a 27 ministros, no sólo los del euro, en Bruselas también se hablará de otra de las dimensiones económicas en la creciente búsqueda europea de autonomía estratégica ante los desafíos de Trump: el gasto en defensa y su cuadratura presupuestaria.
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Desde Munich, Von der Leyen promete más ayudas a los Estados miembros que incrementen su inversión, en línea con lo exigido por los gobiernos de los 27 en la reciente Cumbre Europea informal. La alemana habló directamente de una cláusula de escape como la activada durante la pandemia para el gasto público, pero en este caso para las inversiones en defensa, y afirma “que lo va a proponer para permitir a los Estados Miembros que las incrementen sustancialmente”.
El lunes y martes los ministros de Economía mantendrán un debate al respecto, “aunque está en sus comienzos”, confirman fuentes conocedoras de la reunión “y no se esperan propuestas concretas”. La Comisión Europea debe concretar en las próximas semanas este anuncio de Von der Leyen. Fuentes del Tesoro confirman que la UE ya da estos primeros pasos, pero todavía “sobre las reglas fiscales no se espera un debate detallado”. España comparte la idea de que “las actuales reglas establecidas hace un año ya prevén un margen de maniobra y flexibilidad para todo tipo de eventos”. Ahí es donde clausula de escape probada durante la pandemia cobra vigencia.
Si para afrontar la guerra comercial la UE todavía titubea sobre la represalia que imponer a los productos estadounidenses, pese al abismo económico que ya se abre, en Bruselas y en las capitales europeas la idea de militarizar sus presupuestos sí parece estar más madura.