El rincón de los lectores
El resto es ruido
El ruido eterno Alex RossTraducción de Luis GagoSeix BarralBarcelona2009
Llevo semanas escuchando un libro en el que caigo lleno de curiosidad y alegría cada vez que necesito hacer algo por mi, llamémosle, espiritualidad. Me refiero a El ruido eterno de Alex Ross editado por Seix Barral y traducido por Luis Gago. No se trata de un audio-libro, sino el más acertado ensayo que conozco sobre la música clásica creada en el siglo pasado: su evolución, sus protagonistas, los escenarios de su influencia social y política, y los avatares sin fin por los que los músicos transitaron en la febril persecución de sus sueños creativos. Me he tomado al pie de la letra su subtítulo: Escuchar al siglo XX a través de su música y, siguiendo la recomendación del autor, lo he leído conectado a una plataforma online. Confieso que es una experiencia única.
En sus más de 700 páginas éste vademécum musical, no escrito sólo para connaisseurs, es una lectura apasionante y didáctica que, según el autor, “no tiene la pretensión de ser exhaustiva”. Nos ilustra sobre las diferentes mutaciones experimentadas por el género durante el siglo pasado y la infatigable lucha de muchos compositores por romper con lo precedente, por evolucionar.
El tránsito entre siglos lo comandan Strauss y Mahler, los últimos representantes del romanticismo tardío, o los primeros del postromanticismo. El libro comienza dando cuenta de su encuentro en Graz, el 16 de mayo de 1906, antes de la representación de la ópera de Strauss Salomé (“terrible engendro cacofónico” en palabras de Puccini) y termina comentando la ópera Nixon en China de John Adams. Entre medias, un excitante y pormenorizado trasiego secular de estilos superpuestos en el tiempo que abarca el impresionismo, el modernismo, la atonalidad, el dodecafonismo, la música electrónica y el vanguardismo, hasta llegar a la música minimalista.
Todo contado con lenguaje formativo y lleno de documentadas anécdotas que nos muestra las peripecias vitales, egos, éxitos, fracasos, pasiones y debilidades de los grandes músicos del siglo pasado. Es, además, un texto valioso para entender la globalización de la creación clásica y su desplazamiento de la vieja Europa al resto del planeta, así como las influencias y maridajes que han tenido las músicas populares, y sus músicos, con las de las élites y viceversa.
El texto de Ross nos ilustra sobre los momentos históricos y sociales en los que se compuso parte de la música más sublime jamás escrita, y también de las arbitrariedades a las que fue sometida por el poder. Y aunque en infinidad de ocasiones, fueron la banda sonora de lo mejor del hombre, cuesta creer que piezas tan bellas, sensibles y humanistas conmovieran, en determinados momentos, a mentes inhumanas y depravadas. En uno de los capítulos se habla de la melomanía de Hitler y de las atrocidades de sus secuaces en los campos de exterminio, donde no se privaban de tener orquestas con músicos condenados a muerte.
La colateralidad de lo clásico con lo pop le llevan a escribir: “En los comienzos del siglo XXI, el afán de enfrentar la música clásica a la cultura pop ha dejado tener sentido intelectual o emocional”. Las músicas han convivido y se han mestizado con más naturalidad de lo que los puristas hubieran deseado.
*Miguel Ríos es cantante y compositor.
Miguel Ríos