‘Univerxo Dabiz’, viaje al fondo de la mente de un genio atormentado
El guion de Spider-Man, escrito por David Koepp, ponía una frase en boca de Peter Parker, que enseguida se convirtió en clásico: “Es mi don, es mi maldición”. Un resumen de algo visto mil veces. Como un talento genial condiciona la vida al completo de quien lo posee, para bien y para mal.
La serie documental de Netflix Univerxo Dabiz profundiza en este dilema que marca el ánimo de Dabiz Muñoz, un cocinero sobresaliente atormentado por la vida que se siente obligado a llevar por su talento.
Un trabajo que profundiza
El director, Juanjo López, ha logrado con su equipo una apariencia de intimidad considerable. Esta claro que vemos una representación autorizada por sus protagonistas, Muñoz y su esposa, Cristina Pedroche, pero la sensación final es la de haber conocido algo verdadero. La presentadora, por ejemplo, habla con una cruda franqueza sobre su marido, algo que se agradece.
Muñoz ha evolucionado desde el que se mostró en otra serie, la que puede verse en Prime video, El xef, dirigida por David Miralles y con colaboración en el guion de Mar Martínez. Han pasado ocho años entre un retrato y otro y vemos el efecto de esa vida al límite del estrés.
El nuevo documental sigue a Muñoz en su recorrido cotidiano por sus varios restaurantes con el hilo conductor de tener que decidir si mantendrá abierto Diverxo, su buque insignia, elegido durante varios años como uno de los mejores restaurantes del mundo.
Un poderoso dilema central
En busca de una nueva ubicación por el fin de su alquiler, la cara mudanza obliga a una permanencia de una década para cuadrar las cuentas. El cocinero debe decidir si quiere mantener el nivel de esfuerzo al que le obliga Diverxo, e incluso si será capaz de soportarlo, física y mentalmente durante tanto tiempo.
La serie consigue que participemos del dilema de Dabiz Muñoz que está desesperando también a todo su entorno. Muñoz busca un consejo que nadie le puede dar porque él mismo es incapaz de decantarse.
Diez años de compromiso inquebrantable
El documental tiene pues un argumento muy potente que aún no se ha resuelto y que el chef ha anunciado que desvelará en breve. Cualquiera puede identificarse con la presión de decidir algo ahora que tendrá consecuencias vitales durante diez años.
Es una de esas disyuntivas que encantan a guionistas. En ficción incluso se ha convertido en un tópico desarrollar las dos historias, la de la decisión A y la de la decisión B y contar las dos vidas que surgen de ahí. Se recurre tanto a ello porque en la vida real no tenemos esa opción de anticipar las ramificaciones de una elección vital.
Un cerebro privilegiado
Además de su línea central, Univerxo Dabiz nos lleva a entender la forma de comportarse de Muñoz. En algunos episodios lo presenta de viaje y es entonces cuando podemos apreciar el disfrute de su don.
Muñoz posee una mente privilegiada para recordar sabores que almacena y combina en la memoria. Es prodigioso verle detenerse en partes de un animal, hierbas, especias, salsas y las diversas preparaciones de cada una de ellas. Y por su puesto, en su cabeza se combinan sorprendentemente, como en la melodía de un músico las notas forman ritmos más y más complejos.
Sabotaje interno
Cuando vuelve a los fogones, que es la mayor parte del tiempo, todo ese conocimiento se convierte en ansiedad, angustia y perfeccionismo decepcionado. Además, la cocina es una actividad puramente presencial y tal como se organiza en el mundo de Muñoz no se concibe sin jornadas maratonianas.
Uno de los episodios sigue un día al completo a Dabiz Muñoz. A esas alturas ya conocemos su trabajo, pero el detalle del ritmo horario se hace agobiante. Podría pensarse que esas labores están llenas de momentos gratificantes, de hallazgos, de halagos, de creatividad. Pero es el propio protagonista el que habla abiertamente de insatisfacción.
En la consulta de la psicóloga
En este sentido, la serie ofrece la rara oportunidad de presenciar partes de las sesiones de terapia del chef. Cristina Pedroche anuncia la importancia de tener a la terapeuta Amaya López en sus vidas. En algunas escenas Dabiz Muñoz comenta con ella su pensamiento obsesivo. Lo que llama su “problemita”.
Los padres y el hermano del madrileño recuerdan su precocidad y su determinación desde niño para conocer sabores y cocinar. Muñoz llega a tener un gesto altivo ante su madre a la que dice que no sabe de eso cuando opina sobre un plato.
La incapacidad de dejar de ser como somos
Dabiz Muñoz ha cambiado el deporte de correr por el pádel en búsqueda de una actividad más lúdica y menos solitaria. Pero ha conseguido también convertirla en algo ya obsesivo y con la competitividad a tope.
Los únicos amigos con los que se relaciona ante las cámaras de este documental son aportados por su pareja. Su vida parece estar consagrada en grado extremo al trabajo. Una dedicación que se puede entender en cualquiera que esté en la élite de una profesión, de una actividad creativa, pero que sorprende incluso a sus iguales.
Obsesivo entre los obsesivos
Chefs como Andoni Luis Aduriz, de Mugaritz, o René Redzepi, de Noma, también en la cumbre de la cocina, miran con ternura a Muñoz durante el metraje. Incluso ellos, que comparten la estresante realidad de las listas de mejores restaurantes del mundo, tratan de que Muñoz encuentre un buen equilibrio en su desempeño.
La cocina como un taller de excelencia y una fábrica agotadora de platos está siendo magistralmente contada en la serie estadounidense The bear. En Univerxo Dabiz se retratan rasgos del protagonista muy parecidos a los del protagonista de la ficción.
A diferencia de aquella serie, se echa de menos en este documental la presencia de mujeres en la cocina. Habría que analizar y en su caso corregir el que no puedan acceder a puestos de trabajo en este univerxo de élite.