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Vivienda

El David contra Goliat inmobiliario: vecinas de tres edificios plantarán cara al fondo del familiar de Aguirre

Acción de los vecinos de Tribulete, 7 para defender el edificio frente a la compra del fondo buitre Elix.

 “Cuando murió la propietaria le dejó nuestro edificio a la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios, que lo vendieron al fondo buitre Real State SL, que luego se lo vendió a Intedisa y ahora estos nos venden a Elix. Vamos de manos de buitre agresivo a manos de buitre más agresivo y nos hemos levantado para luchar”. Son palabras a las que pone voz Pilar, una vecina de Salvia 1, bloque ubicado en el barrio de Tetuán de Madrid, que espera con temor a que llegue el martes 13 de febrero. Prevén que ese día "directivos y accionistas de la empresa Elix Rental Housing se reúnan para votar la ampliación de su capital" a través de la compra de esa edificación, más otras dos de la ciudad madrileña, Tribulete 7 y Boldano 5; y una cuarta de Barcelona, Vall d’Hebron 6.

“Nos hemos unido todos y estamos en pie de guerra”, proclama Pilar. Lleva 20 años habitando su piso y su madre anida en otro del mismo edificio desde hace más de 60. “Queremos que no nos echen a la calle, son nuestras viviendas y lucharemos por ellas”, garantiza. Asegura que se trata de “un bloque obrero” en el que “hay gente más y menos vulnerable, niños, ancianos…”. Arrendatarios que han asistido en el túnel del tiempo a cómo la construcción va pasando de fondo buitre en fondo buitre con ellos dentro mientras, “por el camino, ya se han librado de cinco vecinos”. “Cada vez el bloque es más jugoso para ellos porque somos menos viviendo. Hay personas que no quieren pelear, que se asustan. Hay a quien le cuesta una enfermedad. Un vecino se tuvo que ir por una depresión. Estamos pendientes de quién llama a nuestra puerta, de qué ejecutivo viene a ver cómo nos engaña para que le abras y medir tu casa. Le han mentido a vecinas diciéndoles que les iban a reformar… Estamos sometidos a mucha presión. Llevamos así desde 2020 y ahora para rematar nos va a comprar Elix”, relata en tono apesadumbrado pero enérgico.

El fondo inmobiliario que los vecinos perciben como una amenaza está vinculado a AltamarCAM Partners, firma de gestión global enfocada en la inversión en mercados privados cuyo presidente es Claudio Aguirre, primo de la ex presidenta madrileña Esperanza Aguirre y tiene como CEO global a José Luis Molina, ex vicepresidente senior de Lehman Brothers, para la que trabajó durante más de una década en Nueva York y en Londres. Previamente había adquirido “hace unos meses otros bloques en Chamberí y Canillejas -zonas de Madrid-”, según anota el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, que sostiene que “pretende echar a todas las vecinas para renovar los edificios y subir los alquileres desorbitadamente”. AltamarCAM y Elix, gestora de activos residenciales, lanzaron a principios de 2023 Elix Rental Housing Socimi II, un “vehículo destinado a la creación de una cartera institucional de edificios residenciales en alquiler”, según consta en la página web de la entidad. Con una capacidad inversora de alrededor de 150 millones, este se centra en “la compra, reforma y alquiler de edificios residenciales" sobre todo, "en el centro de Madrid”. En el mismo sitio de internet se puede confirmar que la Socimi contaba antes con dos edificios y se refleja que entre 2017 y 2021, AltamarCAM y Elix se asociaron para hacerse con 22 edificios residenciales en la capital de España y en Barcelona a través de Elix Vintage Residencial Socimi. La cartera fue vendida en 2021 a la aseguradora alemana Allianz, aunque Elix sigue gestionándola.

Antonia, moradora de Tribulete 7, radicado en la barriada madrileña de Lavapiés, se enteró por una amiga del inmueble de la posible enajenación de éste. Narra que todavía no hace tres años que su piso la alberga y que se lo han ido “pasando de unos amigos a otros” del ámbito del audiovisual, “durante más de 30”. “Me entregaron las llaves y me dijeron: lo que te encuentres lo arreglas tú y es tu problema”. Lleva como puede dos trabajos. "Pagando el alquiler que pago ahora, voy al raso. No es una renta antigua y no me están regalando nada”, aclara. Asevera que muchos vecinos han “invertido dinero en los pisos”. “Entré por la puerta y lo primero que tuve que hacer es gastarme 200 euros en el baño y la persona que estaba antes puso la instalación eléctrica, pladur, aislante en las paredes…”, enumera. Han cambiado la fisonomía de sus viviendas para convertirlas en “decentes” y en estos momentos pesa sobre ellos la sombra de la expulsión. Hasta que apareció Elix en mi vida yo estaba muy tranquila, tenía una vida sencilla, pero estaba a gusto con ella y mi casa”, confiesa Antonia. Y acopla: “El máximo capricho que me puedo permitir es ir al gimnasio, pero era feliz con esa vida pequeña. Ahora me despierto todos los días pensando dónde voy a ir si me echan, con los precios como están”. Se declara pobladora del centro de Madrid y no ha dejado de abonar el alquiler “ni un solo mes. Ha sido la máxima prioridad, pagar, aunque no me haya ido de vacaciones o no me haya comprado ropa”. Hasta que “el mercado te expulsa de tu casa”. Se pregunta: “Dónde me va a poner. Qué planes tiene para mí el señor mercado”. Insiste en que los afectados son “personas trabajadoras, de las que levantan España". A ellos, el mercado los "va a desalojar" y los "va a llevar a la exclusión social", pero podrían ser cualquiera mañana, remata.  

Las vecinas de los tres bloques, Tribulete 7, Salvia 1 y Boldano 5, han convocado junto al Sindicato de Inquilinas el martes 13 a las 17:00 horas una concentración en la calle Serrano 51, delante de la sede del fondo Elix Rental Housing, para protestar contra la compra de sus viviendas por parte de éste y exigir una negociación colectiva “con soluciones dignas para todas”. La mencionada organización sindical mantiene que “AltamarCAM y su Socimi Elix Rental Housing II pretenden replicar el negocio que ya explotaron al máximo con su anterior proyecto Elix Vintage, a través del cual adquirieron 22 bloques en Madrid y Barcelona. Tras desahuciarlos enteros, un total de 421 viviendas, los renovaron y volvieron a vender a la aseguradora Allianz por un precio mucho más alto en menos de cinco años". Desde el sindicato denuncian la "técnica estrella de la especulación inmobiliaria que busca sacar el máximo beneficio en el menor tiempo posible, sin importar el efecto que tiene en la vida de las vecinas expulsadas ni en los barrios gentrificados”, lamentan. Ponen el acento luego en la figura de la Socimo, “clave en todo este proceso”, dado que posee “unos beneficios fiscales escandalosos que fomentan la especulación sin límites al no tener que pagar impuestos sobre los beneficios adquiridos”. Si bien, ponen sobre aviso a la entidad de que se va a topar con “la organización inquilina y vecinal que lleva años gestándose en la ciudad contra la impunidad de la especulación inmobiliaria”.

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Del otro lado, fuentes de la empresa explican que la Socimi está cogestionada por AltamarCAM y Elix, siendo la primera responsable de la gestión corporativa y del vehículo, mientras que la segunda se ocupa de la gestión de los inmuebles. En relación a Tribulete 7, finca que ha acaparado primero la atención mediática por una protesta previa, comentan que "Elix no es la propietaria del edificio. La compañía ha mostrado interés en la compra" de éste, exponen, pero en la actualidad "Tribulete, 7 no es" de su propiedad, reiteran. En cualquier caso, señalan que "la trayectoria de más de 20 años de Elix demuestra que su intención es hablar con los vecinos para alcanzar la mejor solución para ellos, siempre a través del diálogo y el máximo respeto. La disposición de Elix al diálogo es total", cierran.

Una red que se extiende

Elix no es el único fondo que actúa en la Comunidad de Madrid. Entre las sociedades que tienen más de 50 propiedades, los súper tenedores inmobiliarios, siete lo son, con Blackstone a la cabeza, un “gran casero” que, como Néstar, Cerberus o Sareb, ya saben lo que es tener enfrente el muro sindical y ciudadano. Tampoco son Madrid y Barcelona las únicas ciudades en las que operan. Desde Valencia apuntan a Infolibre el caso de Nieves, quien tras diez años costeando un alquiler social de 450 euros, “se ha visto en la calle con sus hijos porque el banco que era el propietario de la casa se la traspasó a un fondo buitre que no le quiso renovar el alquiler social. La vivienda está vacía y ellos sin techo. Un trozo de suelo puede valer más que tú”, previenen.

Fuentes del Sindicato de Inquilinos de Zaragoza confirman, asimismo, que esa localidad no es ajena a esta problemática con nombres propios como el del fondo buitre Buildingcentre, ligado a un desahucio que levantó polvareda. Aunque su actividad diaria no se centra en ellos, avanzan que están "en proceso de investigar más esta realidad para conocer exactamente su nivel de implantación" en la ciudad y poder organizarse "frente a su especulación". "Sabemos que hay fondos buitre operando en Zaragoza, como Cerberus, Haya, Divarian, (Intrum, Hipocat 11), Cabot", o el citado Buildingcenter. Recuerdan que el año pasado, la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca (PAH) "emprendió una campaña contra Caixabank y Buildingcenter para frenar el desahucio de un vecino que residía en una casa cuya deuda se había vendido a este fondo, pero se ejecutó y hay varias personas afrontando una campaña de represión". En ese escenario, marcan posición: "Los distintos colectivos de vivienda de Zaragoza vamos a continuar luchando para que ni los fondos buitre ni los bancos o las inmobiliarias impidan nuestro derecho a acceder a una vivienda digna y asequible". Si adventicio es lo extraño, lo casual, lo esporádico, que compren tu casa, está dejando de serlo.

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