La salida de la crisis
Los hogares reducen deudas a niveles de antes de la crisis por la falta de crédito y de confianza
Las familias españolas debían a finales del pasado año 846.881 millones de euros, un 6% menos que en 2012, mientras que el valor de sus ahorros (efectivo, depósitos, acciones, participaciones y seguros) alcanzaba los 1,891 billones de euros. Los datos, del Banco de España, indican que la deuda de los hogares es la menor desde 2006 y que la riqueza financiera neta de las familias (la diferencia entre el ahorro y los préstamos que tienen concedidos) creció un 25,5% en un año hasta situarse en 1,04 billones, la mejor cifra desde 2007. ¿Buenas noticias que confirman la recuperación? No es tan simple. La falta de expectativas, la desconfianza, la fuerte restricción del crédito y el desplome del consumo han llevado a las familias a apretarse al máximo el cinturón. El resto es cosa de la Bolsa, que cerró 2013 con subidas del 21% y contribuyó a elevar la riqueza aparente de las familias con ahorros invertidos en acciones y participaciones en fondos.
Aparentemente, la evolución de las finanzas familiares es buena. Pero hay una cara oculta. En una situación como la actual, de caída de precios generalizada, desplome del consumo (5% desde 2011) y restricción del crédito (22,5% de caída desde 2008, según datos de la Fundación 1º de Mayo), empresas y familias toman sus decisiones de compra e inversión mirando a la caja: no gastan más de lo que ingresan.
"Las expectativas siguen siendo negativas", asegura José Antonio Rodrigo (Economistas Frente la Crisis), "lo que provoca que los hogares no consuman". De hecho, el aumento de la riqueza financiera de los hogares se debe más al ahorro y a la revaloración de los activos que a la devolución de los préstamos. El efectivo y los depósitos crecieron un 2,6% (hasta 882.115 millones)y las acciones llegaron a 664.479 millones (un aumento del 34,1%), mientras que las deudas sólo cayeron un 6%.
Esfuerzo en solitario
"Las familias están haciendo un esfuerzo en solitario, sin apoyo de las políticas públicas, para reducir su endeudamiento, lo que está restringiendo el consumo", destaca el economista Bruno Estrada (Fundación 1º de Mayo). El aplazamiento de las decisiones de compra afecta a la demanda y al empleo.decisiones de compra "A diferencia de lo que sucedió en Estados Unidos, donde un 6,6% del desendeudamiento de las familias se realizó mediante mecanismos de dación en pago, aquí no hay mecanismos que alivien a los hogares".
Estrada coincide con la opìnión del también economista José Carlos Díez, que en libros (Hay vida después de la crisis) y colaboraciones defiende la creación de un "banco malo" para hipotecas en riesgo de impago. "La deuda familiar apenas ha caído y el ajuste del crédito se ha cebado en las pymes que han tenido que cerrar o despedir a buena parte de su plantilla. Por eso estamos en depresión y en deflación. Hagamos cuanto antes un banco malo para hipotecas en riesgo de impago y frenemos los desahucios" sostiene Díez. Es la forma de apoyar el ajuste de los hogares, cuya renta neta ha caído un 25% (15.000 millones de euros) desde que se aprobó la reforma laboral.
La mejora de la situación financiera de las familias se debe más a las valoraciones de su activo (inversiones, acciones, participaciones...) que a la evolución del pasivo, "que ha bajado ligeramente", sostiene Carmelo Tajadura (Universidad Camilo José Cela).
Morosidad
Soufflé de deuda
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Efectivamente, en el lado de las deudas, del crédito y de la morosidad, el avance de la ansiada recuperación apenas se nota. Los datos de morosidad de febrero, que también ha dado a conocer el Banco de España, sitúan el porcentaje de los créditos morosos de la banca en 13,42% sobre la cartera total de sus préstamos. En enero, la tasa fue del13,53%.
El descenso, aunque mínimo, es el segundo del año. Pero hay que tener en cuenta otra circunstancia. La caída del indicador, que marcó alturas nunca vistas en diciembre de 2103, encierra un cambio en la forma de calcular. Desde enero, la cifra de morosidad incluye por primera vez en el cómputo total del crédito el correspondiente a los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), lo que aumenta el saldo total y hace que caiga la tasa de morosidad. Sin ese cambio, la ratio de créditos de dudoso cobro de enero habría aumentado al 13,78%, frente al 13,61% en diciembre, su máximo histórico.
La cifra de morosidad es otra prueba de que la recuperación que "vende" el Gobierno será muy lenta, en el mejor de los casos. Los ciudadanos lo saben. Así lo indica, por ejemplo, el último índice de confianza del consumidor elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Según ese índice, en febrero la confianza del consumidor bajó en 6,2 puntos en relación al mes anterior, hasta situarse en 71,5 puntos.