PRIMERO DE MAYO
El combate contra la "máquina del fango" espolea un 1 de Mayo que duplica asistencia
El combate contra la bautizada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la "máquina del fango" que se empleado para intentar "deslegitimar" al Ejecutivo de coalición, ha avivado la manifestación central del 1 de Mayo que se ha celebrado en Madrid y que ha superado las expectativas que barajaban semanas antes los dos grandes sindicatos convocantes, UGT y CCOO. Si en 2023, asistieron unas 60.000 personas, según los cálculos de aquéllos, este año se han aproximado a los 120.000, de acuerdo a lo indicado por las mismas fuentes, el doble. Aunque la Delegación del Gobierno en el territorio ha disminuido la cifra hasta las "algo más de 10.000", como hizo el año anterior.
“Vivir no puede ser trabajar todo el día”, lanzaba María, una de las asistentes a la marcha promovida bajo el lema Por el pleno empleo: menor jornada, mejores salarios y que ha tenido su réplica en más de 70 ciudades españolas. Ya en Gran Vía un cartel sintetizaba el espíritu de la jornada: “Nuestra unión, nuestra fuerza”.
A estas movilizaciones se ha llegado tras la confirmación de que la economía española continúa su buena evolución: se ha expandido un 0,7% en el primer trimestre del año, según Eurostat, superando el doble del crecimiento de la media del conjunto de la Unión Europea (UE), a lo que hay que sumar más de 21 millones de afiliados a la Seguridad Social, más de 10 de ellos mujeres. De hecho, el Ejecutivo prevé un incremento del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) para este año y del 1,9% para 2025, al tiempo que mantiene en el 3% sus estimaciones para el déficit público este año y lo rebaja hasta el 2,5% para el siguiente ejercicio.
Se ha alcanzado este Primero de Mayo tras encadenar un alza del 54% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), impulsada por los gobiernos de Sánchez, como ha subrayado el propio presidente en su perfil de la red social X. Pero también con una tasa de paro juvenil que dobla a la europea, y con una CEOE que anima a “mantener la cautela” por la “elevada incertidumbre” derivada de las tensiones geopolíticas, “la debilidad económica de Europa y medidas de política económica que merman la competitividad empresarial por el aumento de costes”. La patronal avisa de que, en contraste con el dinamismo de la actividad, en términos interanuales el empleo desacelera su ritmo de progresión al comienzo de 2024, hasta una tasa del 1,3% en el caso de las horas trabajadas y el 3,4% para los puestos laborales.
En ese contexto, miles de personas han optado por tomar las calles, tal vez para reconocer en el aire el alivio de reivindicaciones conjuntas. La protagonista este 1M: la reducción de la jornada laboral que los sindicatos negocian junto a la CEOE y al Gobierno, para llevarla de las 40 horas semanales actuales a 37,5 horas para 2025, sin merma salarial. Una poda que se realizaría en dos tramos, hasta las 38,5 horas este 2024, que se convertirían en 37,5 en 2025; y que el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha urgido a incluirla “en el BOE -Boletín Oficial del Estado-” en el "menor tiempo posible", para lo que será necesario que el Ejecutivo contribuya a que la patronal se siente a negociar, ha deslizado.
Pero quedan en el tintero sindical otros asuntos por abordar a los que tanto el propio Álvarez como el secretario general de CCOO, Unai Sordo, han puesto voz en medio del hervidero de gente. “Celebramos un Primero de Mayo con una reivindicación a la ofensiva. España está en disposición de situarse en el pleno empleo en un número de años razonable”, ha aseverado Sordo, para lo que es necesario, a su juicio, “desplegar políticas industriales y de desarrollo sectorial, movilizar inversión pública, que, a su vez, movilice inversión privada y genere los empleos dignos que necesitamos”. El cambio de modelo energético mundial es, asimismo, para los sindicatos “una oportunidad para que España atraiga inversión productiva y de largo plazo”. “No nos conformamos, no nos resignamos a tener tasas de desempleo por encima del 10%, hay que aspirar al pleno empleo”, ha reiterado el líder nacional de CCOO.
Y hay más peticiones pendientes de ser atendidas como “recuperar el valor y el vigor de los servicios públicos, que se han deteriorado durante una década” para lo que han instado a “invertir en sanidad, educación, pensiones y en una estrategia de cuidados”, recortar la brecha salarial de género, recuperar poder adquisitivo, en general, o facilitar el acceso a la vivienda. Imprescindible para lograrlo: “Una fiscalidad suficiente y justa”, han proclamado desde las centrales sindicales.
En definitiva: “Es el momento -ha afirmado Sordo- de revitalizar una agenda social que dé sentido a la legislatura y que haga que la conversación pública pivote en torno a los problemas de la gente”. O dicho de otra manera, en boca de Álvarez: “Merece la pena que este Primero de Mayo planteemos una agenda reformista clara”.
Sánchez, en el retrovisor
Ha marcado el día, sin duda, el periodo de reflexión que se ha tomado el presidente tras conocerse que un juzgado había admitido a trámite una denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, y que finalizó con su decisión de continuar al frente del Ejecutivo “con más fuerza si cabe”. El líder del Ejecutivo no se ha quebrado en un rincón y dice estar dispuesto a liderar ahora una ofensiva por la “regeneración democrática”.
Así, los sindicatos han defendido que la agenda social que reclaman “es compatible” con otra de “profundización democrática”. “Lo voy a decir por derecho, la justicia es, ante todo, un servicio público de la ciudadanía y el poder judicial es un poder del Estado y, por tanto, se tiene que resolver su renovación en términos democráticos”, ha mantenido Sordo. Y ha añadido contundente: “El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no es una asociación de petanca y su renovación no puede corresponder en exclusiva a los jueces”. En la misma línea, Álvarez ha abogado por actualizar el CGPJ, ya que, “al igual que los ingenieros no eligen a los ingenieros, los jueces no pueden elegir a los jueces para tomar decisiones que afectan a la ciudadanía”.
Los líderes sindicales han verbalizado otra aspiración en un día de equilibrios entre lo laboral y lo político: “Hay que limitar la utilización nauseabunda de la mentira, la calumnia y la insidia que ha tomado cuerpo en nuestro país” desde hace tiempo, en palabras de Sordo, y que “no se pueden usar para tratar de cuestionar la legitimidad democrática de las elecciones políticas en España”. A su entender, lo esbozado por el presidente “no va de cuestionar la libertad de expresión o de prensa, sino de discernir el trigo de la paja, a los verdaderos profesionales de la información de los intoxicadores”, ha resumido.
En la cabecera de la manifestación, los dirigentes sindicales han estado acompañados por las tres vicepresidentas del Gobierno, María Jesús Montero, Yolanda Díaz y Teresa Ribera; así como por la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, entre otras autoridades. Tanto Montero como Díaz han empujado a “defender la democracia” y a "extenderla". La titular de Trabajo, en concreto, ha prometido actuar para "democratizar la economía" incidiendo en que la clave está en "repartir la productividad, los beneficios y el tiempo de trabajo".
Las alusiones a "la derecha y la ultraderecha" que "rabian" han estado presentes en los discursos de los representantes sindicales, como las llamadas a la lucha para "seguir exigiendo derechos", y el reconocimiento de "un Estado libre palestino". Antes de la lectura del manifiesto, han denunciado que "el Ayuntamiento de Madrid" ha intentado dificultar la movilización. En ese punto del ritual del 1M, ya en la Plaza de España de la capital, Álvarez ha hecho notar que "no se puede maltratar, perseguir, a las organizaciones sindicales decentes de este país, como se ha estado haciendo los últimos años" ni se puede "crear una Policía fascista para controlar a los partidos políticos", aunque éstos sean independentistas.
"La guerra sucia no sirve nunca en democracia", ha elevado el tono, antes de solicitar que toda la ciudadanía haga suyo el parón de Sánchez y que esto se traduzca en una exigencia "de cambios en profundidad". "Queremos una democracia decente que nos proteja a todos", ha voceado.
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"Hemos cometido un pecado, las organizaciones sindicales", ha ironizado luego Unai: "Tener razón". Y se ha preguntado "dónde están la hecatombe, las siete plagas de Egipto" que pronosticaron economistas y "friquis de internet", cuando lo que hay son "21 millones de cotizantes" y la "tasa de temporalidad más baja desde los años 80", ha rematado. Pero, no se conforman, por lo que ha recalcado que no cejarán en unas demandas que creen imprescindibles, incluso frente a situaciones de "acoso".
Una fusión bancaria, en el aire
Los sindicatos ya no tienen un poder metalúrgico, pero han demostrado ser útiles para lograr, por ejemplo, convenios en sectores como la banca. Es más, la posible fusión entre BBVA y Sabadell es otro de los elementos que ha sobrevolado este Día del Trabajo y las organizaciones sindicales han puesto el foco en que, de producirse, no debe perjudicar a los trabajadores de esas entidades financieras y en que no admitirán ninguna medida no negociada con la representación legal de las plantillas.
Temen que el movimiento financiero suponga un coste para empleados y usuarios. Y así lo han contado en una jornada en la que manifestarse ha sido un acto “político, económico y de justicia social”, dice un asistente al acto, mientras se escucha de fondo El Vals Del Obrero.