Investigación

Madera para mercenarios rusos: así regaló la República Centroafricana un bosque a Wagner

ilus

EIC / infoLibre / Open Facto

En Bangui, la "influencia extranjera" ha sido durante mucho tiempo sinónimo de Francia. La capital de la República Centroafricana, país independiente desde 1960, conserva tenaces huellas del antiguo colonizador francés: avenida de Francia, liceo francés Charles De Gaulle, estaciones de servicio Total, cervezas Castel y numerosos expatriados franceses.

En los últimos años, sin embargo, la marea se ha movido hacia el Este. Grandes vallas publicitarias presumen ahora de la cooperación entre la República Centroafricana y Rusia. Se ha abierto un centro cultural ruso, donde se imparten cursos gratuitos de idioma. La bebida de moda es un vodka llamado Wa na wa, que supuestamente proporciona a sus consumidores "los secretos del poder ruso" y "la salud siberiana". Moscú dona vehículos blindados, camas elásticas y cuadernos para niños, patrocina emisoras de radio y concursos de belleza.

Sobre todo, los homenajes a los mercenarios de Wagner están por todas partes. Los primeros empleados de esta empresa militar privada sin existencia legal, considerada el brazo armado no oficial del Kremlin, llegaron oficialmente a la capital centroafricana a principios de 2018, poco más de un año después de la retirada del ejército francés. La misión de Wagner era entrenar y apoyar sobre el terreno a las fuerzas armadas del país, que luchan contra grupos armados irregulares.

Cuatro años después, los "consejeros rusos", como se les apoda modestamente, tienen estatuas y películas que glosan sus glorias, ministros llevan camisetas con su imagen y los miembros de asociaciones financiadas por Moscú cantan sus alabanzas en las manifestaciones callejeras.

Su presencia en la República Centroafricana, y en otros países del continente (Malí, Libia, Sudán o Mozambique), es bien conocida. Al igual que los abusos perpetrados por algunos de los mercenarios de Wagner, que han sido documentados por investigaciones periodísticas e informes de ONG y de las agencias y grupos de expertos de Naciones Unidas. Estas violaciones de los derechos humanos llevaron a la Unión Europea a poner en marcha, en diciembre de 2021, sanciones contra Wagner y sus dirigentes (puedes consultar la lista aquí).

Pero otros aspectos de esta presencia siguen siendo desconocidos, especialmente los acuerdos industriales y financieros secretos firmados entre Wagner y los Estados donde opera el grupo militar ruso.

Hoy podemos revelar que una empresa vinculada a Wagner, denominada Bois Rouge, obtuvo en 2021 un jugoso permiso de tala en la República Centroafricana con condiciones muy ventajosas, que no se han concedido a otras compañías madereras comparables. Esto es lo que muestra una investigación de tres meses llevada a cabo por infoLibre, la red de medios de comunicación European Investigative Collaborations (EIC) y la ONG francesa OpenFacto, que lanzó el proyecto llamado All Eyes on Wagner (Todos los ojos sobre Wagner).

Nuestra investigación muestra que la empresa centroafricana Bois Rouge está, de hecho, fuertemente relacionada con la red de empresas de Yevgeny Prigozhin, el presunto financiador de Wagner. Las autoridades, que dependen de Wagner para garantizar su seguridad, vendieron a precio de saldo una parte de sus recursos naturales al autorizar a Bois Rouge a explotar la selva de forma intensiva, casi sin pagar impuestos, y a veces incumpliendo la ley. A pesar de este trato privilegiado, la empresa Bois Rouge ni siquiera respetó todos sus compromisos con el Estado centroafricano.

A preguntas de EIC, la gerente de Bois Rouge, Anastasie Naneth Yakoïma, afirmó que la empresa "respeta plenamente los requisitos y la normativa vigentes". Pero negó a responder cuestiones concretas, porque ello la llevaría a revelar "información confidencial" sobre Bois Rouge.

Un portavoz de la Presidencia del país centroafricana respondió que "el Gobierno, con plena soberanía, recibe los proyectos y concede las licencias de explotación a las empresas de inversión que se instalan en el país". Dicho portavoz tampoco respondió a preguntas concretas, con el argumento de que "no se corresponden con las preocupaciones” de la República Centroafricana “ni de su población", además de que la Presidencia "no tiene que justificar ni demostrar nada".

Varios países europeos importan madera de la República Centroafricana y nuestra investigación plantea también la cuestión de su trazabilidad. Las sanciones europeas dirigidas al grupo Wagner y a su jefe Yevgeny Prigozhin deberían, en teoría, hacer imposible la importación de "madera de Wagner" en suelo europeo, pero la debilidad de los controles existentes no garantiza que esta prohibición se aplique correctamente.

Bois Rouge: empresa centroafricana en apariencia, rusa en realidad

La República Centroafricana es un país rico en bosques. En 2021, la madera era la principal exportación del país, muy por delante de los diamantes. Sólo una docena de empresas se encargan de la explotación maderera.

El 9 de febrero de 2021, un nuevo actor entró en este entorno cerrado. Una empresa hasta entonces desconocida, Bois Rouge, ganó una licitación convocada cinco meses antes por el Gobierno centroafricano y obtuvo una concesión situada en el bosque de Lobaye, en el suroeste del país. El lote comprende 186.000 hectáreas de un bosque rico en gorilas, leopardos y elefantes.

El permiso pertenecía anteriormente a Batalimo Forest Industries (IFB), la empresa maderera más antigua de la República Centroafricana, controlada por intereses franceses. El 18 de julio de 2019, el permiso fue retirado a IFB y asumido por el Estado, mediante una actuación controvertida. De acuerdo con nuestra información, IFB presentó un recurso ante el Consejo de Estado del país centroafricano. La empresa declinó hacer comentarios sobre el caso mientras el proceso judicial esté abierto.

A principios de 2021, el bosque pasó a estar bajo el control de Bois Rouge ("madera roja" en francés). La empresa se describía en su página web, misteriosamente cerrada este año, como "una de las mayores empresas madereras africanas". Bois Rouge se presenta como una compañía 100% centroafricana, inscrita en su Registro Mercantil desde marzo de 2019 y dirigida por una ciudadana del país, Anastasie Naneth Yakoïma.

Pero en realidad es una pantalla para los intereses rusos en la República Centroafricana. "Todo el mundo sabe que se trata de una empresa de creación rusa", afirma un agente del sector. Varios elementos materiales avalan esta afirmación.

En octubre de 2019, siete meses después de su creación en Bangui, Bois Rouge acudió a un foro de la industria de la madera en Shanghái. Aparece con el mismo nombre y en la misma dirección (en el barrio de Gobongo, en Bangui) que en el Registro Mercantil centroafricano... pero está clasificada entre los participantes rusos. No está representada por su directora, Yakoïma, sino por un jefe de ventas llamado Artem Tolmachev. Una de las dos direcciones de correo electrónico de contacto de la empresa está alojada en un servicio de correo ruso, mail.ru.

Los vínculos de Bois Rouge con Rusia se ven confirmados por sus actividades sobre el terreno. Fotos fechadas en noviembre de 2021 y tomadas en la concesión, obtenidas por EIC y OpenFacto, muestran a varios hombres blancos junto a empleados centroafricanos, así como camiones y cajas de medicamentos de marca rusa y una puerta en la que está escrito "centro médico" en ruso.

Tras la pista de Wagner

Otros elementos más concretos confirman que Bois Rouge no está simplemente vinculada a empresarios rusos, sino a una red concreta: la de Yevgeny Prigozhin –empresario cercano a Vladimir Putin– y el grupo Wagner, del que se sospecha que es el financiero y el jefe.

El grupo Wagner no tiene existencia legal: ninguna empresa lleva este nombre. Wagner es el nombre utilizado para describir al grupo militar privado ruso, y más ampliamente la galaxia de empresas controladas por Yevgeny Prigozhin en los países donde los mercenarios están involucrados, que tienen actividad en recursos naturales y en propaganda online. Yevgeny Prigozhin ya está presente en la República Centroafricana a través de varias empresas, entre ellas Lobaye Invest y M Finans, que están bajo sanciones estadounidenses desde septiembre de 2020.

El primer elemento que vincula a Bois Rouge con Wagner es cronológico: la adjudicación de la concesión en el distrito de Lobaye coincide con la llegada de mercenarios rusos a la región. Según los documentos a los que hemos tenido acceso, el Gobierno centroafricano adjudicó la antigua parcela de la IFB a Bois Rouge el 9 de febrero de 2021, sólo quince días después de la reconquista de Boda, la principal ciudad de la región, por las fuerzas armadas de la República Centroafricana y sus aliados rusos. Boda estaba anteriormente controlada por una alianza de grupos armados denominada CPC (Coalición de Patriotas por el Cambio).

Los vínculos entre Bois Rouge y la galaxia Wagner/Prigozhin son también financieros. Los datos de los "conocimientos de embarque" de mercancías destinadas a Bois Rouge, consultados por EIC y OpenFacto, muestran que la empresa compra material a Broker Expert LLC, una compañía con sede en San Petersburgo.

Broker Expert abastece a otras entidades de la red Wagner/Prigozhin, incluida la empresa minera Meroe Gold, activa en Sudán, descrita por el Tesoro estadounidense como filial del grupo Yevgeny Prigozhin.

La ONG Dossier Center (dirigida por el opositor ruso Mijaíl Jodorkovski), cuyos tres periodistas fueron asesinados en la República Centroafricana en julio de 2018 mientras investigaban las actividades de Wagner en el país, también incluye a Broker Expert como "empresa afiliada a Prigozhin". Este vínculo se confirma con otros elementos, como un número de teléfono utilizado tanto por Broker Expert como por empresas pertenecientes a la familia Prigozhin: Soinvest LLC, dirigida por la esposa de Evgeny Prigozhin, Liubov Prigozhina, o Concord LLC, de la que Evgeny Prigozhin es el beneficiario efectivo.

Hemos identificado veintiocho transacciones entre Bois Rouge y Broker Expert sólo en noviembre y diciembre de 2021. En dos meses, la empresa maderera importó a través de Broker Expert un tractor, materiales de construcción (chapa de acero, espuma de arcilla, hormigonera, cemento, ladrillos), tornillos, alambre de espino, un ventilador, láminas de amianto o incluso una aspiradora industrial.

Además de estos vínculos comerciales, las pistas dejadas sobre el terreno también sugieren una conexión con Wagner. En dos fotos tomadas en la concesión de Bois Rouge, podemos ver a individuos con pantalones de camuflaje militar. Este diseño de camuflaje, llamado “multicam”, es el utilizado por Wagner en la República Centroafricana.

Recursos naturales negociados para los mercenarios

Entre las fuentes de financiación conocidas de Wagner está la explotación de recursos naturales. El grupo de Yevgeny Prigozhin se ha hecho con yacimientos de petróleo y gas del Estado Islámico en Siria (de los que Wagner recibiría el 25% de los ingresos en virtud de un contrato firmado con el Gobierno sirio) y con minas de oro en Sudán explotadas por una empresa vinculada a Yevgeny Prigozhin. Se sospecha que la asignación de permisos de explotación a empresas vinculadas a Wagner es una forma de que los gobiernos africanos sobreendeudados paguen los servicios de los mercenarios.

La República Centroafricana parece haber adoptado el mismo esquema de financiación. Un documento oficial redactado por el Gobierno centroafricano, revelado en un reciente reportaje de investigación emitido por la cadena de televisión francesa France 5, demuestra el vínculo entre "las inversiones rusas en el ámbito de la seguridad nacional" y la explotación de una mina de oro en la República Centroafricana por parte de una empresa llamada Midas Resources, constituida en Madagascar pero que en realidad está bajo control ruso.

"El Estado centroafricano tiene derecho a conocer el importe de las inversiones rusas en el ámbito de la seguridad nacional para poder gestionar las compensaciones", afirma el mismo documento.

¿El derecho a explotar la selva centroafricana forma parte de las "compensaciones" concedidas a Wagner a cambio de los servicios de sus combatientes, que proporcionan una estrecha vigilancia al presidente Touadéra y luchan junto a las fuerzas armadas del país?

Nuestra investigación demuestra en cualquier caso que las condiciones de explotación concedidas a Bois Rouge son más un regalo que una relación comercial normal.

Un bosque vendido a precio de saldo

Obtuvimos los documentos oficiales que regulan las actividades de Bois Rouge, que hasta ahora habían permanecido en secreto y comparamos los dos documentos principales –el acuerdo de explotación provisional firmado entre el Estado centroafricano y Bois Rouge el 28 de abril de 2021 y el acuerdo de explotación definitivo firmado el 3 de diciembre de 2021– con otros seis contratos firmados con otras empresas entre 2014 y 2020. El análisis muestra que Bois Rouge ha obtenido el derecho de explotación intensiva del bosque, así como ventajas nunca concedidas a otras empresas.

Tres ejemplos ilustran este trato privilegiado.

A Bois Rouge se le ha permitido explotar toda la superficie del bosque para el que obtuvo la concesión, incluso antes de haber firmado el "acuerdo de explotación definitivo" que se supone que debe regir sus actividades. Por contra, antes de firmar ese acuerdo definitivo, las demás empresas forestales sólo tienen derecho a explotar una parte de su concesión, generalmente alrededor de un octavo de su superficie.

Segunda ventaja: mientras que los contratos forestales definen "zonas de tala" (donde se permite la explotación) que cambian cada año, para dejar que el bosque se regenere, el acuerdo de Bois Rouge establece que las "zonas de tala anuales" que no son válidas por un año, sino por tres, y que son renovables a simple petición de Bois Rouge.

Por último, el contrato firmado con la empresa controlada por Rusia carece de una disposición importante, que sí figura en todos los demás acuerdos que hemos podido consultar: la prohibición de cortar árboles cuando el tiempo es lluvioso o ventoso, lo que normalmente se impide por razones de seguridad.

Además de estas condiciones de explotación sin precedentes, hemos obtenido un documento que demuestra que el Gobierno centroafricano ha concedido generosas ventajas fiscales y aduaneras a Bois Rouge.

Una carta firmada por el ministro de Finanzas y Presupuesto de la República Centroafricana, Henri-Marie Dondra, fechada el 23 de abril de 2021, indica que a Bois Rouge se le conceden derechos de aduana reducidos al 5% sobre sus importaciones, una exención del impuesto de sociedades (luego reducido al 25% durante un año más), una contribución al desarrollo social reducida en un 25% y una exención del pago de la licencia comercial, todo ello durante cinco años. También se "neutraliza" el IVA de las importaciones mediante un procedimiento denominado "pago diferido", y se concede a la empresa una exención del impuesto sobre bienes inmuebles durante ocho años en todas las nuevas construcciones.

La producción de madera comenzó ilegalmente

A pesar de este trato preferente, hemos podido comprobar que Bois Rouge no ha cumplido todos sus compromisos.

La empresa comenzó a operar en julio de 2021 sin elaborar ni un plan de desarrollo forestal ni un estudio de impacto ambiental, que son dos obligaciones legales. La ausencia de plan de desarrollo se menciona explícitamente en el acuerdo final de explotación del 3 de diciembre de 2021, lo que no impidió al Gobierno centroafricano firmarlo.

"El establecimiento de planes de desarrollo de explotación, que garanticen la preservación de los recursos forestales, sigue siendo nuestra prioridad y vamos a intensificar los controles", aseguró el ministro de Bosques centroafricano en 2016.

El hecho de que Bois Rouge no haya realizado un estudio de impacto ambiental nos ha sido confirmado por el Ministerio de Medio Ambiente centroafricano, contactado por teléfono el 12 de julio de 2022.

Eso no es todo. Bois Rouge debería haber pagado, a cambio de la adjudicación de la concesión, tres años de alquiler. Esta obligación aparece claramente en el decreto firmado por el primer ministro centroafricano que concede el permiso. La empresa disponía de quince días para hacerlo, y "cualquier incumplimiento o retraso dará lugar a la cancelación automática del permiso", especifica el documento, fechado el 9 de febrero de 2021. Bois Rouge no pagó. Sin embargo, su licencia no fue revocada.

Una carta del Ministerio de Finanzas demuestra que el 23 de abril de 2021, dos meses después de la expiración del plazo legal para pagar el alquiler, el Estado centroafricano aún no había recibido el dinero. La carta indica que Bois Rouge había solicitado el aplazamiento del pago hasta el 1 de abril de 2022, once meses después de la fecha prevista. El aplazamiento fue concedido por el ministro de Finanzas, Henri-Marie Dondra. A preguntas de EIC, no respondió.

Por último, pero no menos importante, otros documentos internos del Ministerio de Aguas y Bosques demuestran que Bois Rouge no pagó todos los impuestos obligatorios relacionados con la tala de árboles, al menos hasta febrero de 2022.

Además de estas deficiencias legales y financieras, las condiciones de trabajo en la concesión son problemáticas, revela el testimonio de una persona que conoce bien el lugar pero que pide el anonimato dado los importantes riesgos para su seguridad. Esta fuente informa de que Bois Rouge emplea un personal muy insuficiente (los equipos de tala están formados por dos personas, frente a las cinco o seis habituales), que trabaja en condiciones peligrosas.

Según este testigo, un empleado de Bois Rouge puede talar "de 15 a 20 árboles al día", mientras que lo normal en otras concesiones sería más bien 7 al día. Los responsables de la empresa obligan a estos trabajadores a trabajar "hasta las 3 o 4 de la tarde", mientras que en la región es habitual que las talas se detengan hacia las 11 de la mañana a causa del viento que se levanta y hace que dicha tarea sea especialmente peligrosa. Por último, este testigo afirma que Bois Rouge no archiva la información en el "libro de explotación", que enumera los volúmenes concretos de madera cortada, a pesar de que se trata de una obligación legal.

A preguntas sobre estas acusaciones, Bois Rouge se negó a responder.

A pesar de ello, Bois Rouge no habría explotado todavía grandes volúmenes de madera. Dos fuentes familiarizadas con el asunto indican que la empresa ha cortado hasta ahora un número relativamente modesto de árboles, lo que representaría un volumen de apenas unos cientos de metros cúbicos, que luego exportó a través de Camerún. "Parece que están en una fase de pruebas", indicó una de estas fuentes.

¿Habrá pronto muebles de "madera de Wagner" en Europa?

Es imposible, por el momento, saber a qué países se exportó esta madera. Preguntado al respecto, Bois Rouge tampoco quiso responder. SGS, la empresa encargada de controlar las exportaciones de madera centroafricana, no contestó a nuestras preguntas.

Varios países europeos importan madera centroafricana, entre ellos España (al menos hasta 2019), Francia, Italia, Portugal, Alemania y Bélgica. En total, según las cifras oficiales elaboradas por la UE, las importaciones de madera (y sus derivados, carbón y corcho) de la República Centroafricana a la UE aumentaron un 62% en 2021 hasta alcanzar los 11 millones de euros.

¿Se importa "madera de Wagner" a Europa o podría hacerse pronto? En teoría ese comercio está prohibido por dos razones: la normativa europea contra la tala ilegal y las sanciones de la UE dirigidas a Wagner. A esto se podrían añadir las nuevas sanciones adoptadas contra empresas y ciudadanos rusos tras la invasión de Ucrania, que también podrían afectar indirectamente a Bois Rouge: la empresa se abastece de la siderúrgica rusa Severstal, cuyo principal accionista, el empresario ruso Alexey Mordashov, fue sometido a sanciones europeas en marzo de 2022.

Pero, por ahora, no hay garantías de que los controles existentes sean suficientes para impedir que Wagner venda su madera centroafricana en Europa.

En 2005 y 2020, la UE adoptó dos reglamentos destinados a acabar con la explotación ilegal de los bosques: el reglamento de la Unión sobre la madera y el llamado reglamento FLEGT ("Forest Law Enforcement Governance and Trade"). En concreto, establecen que los importadores deben poner en marcha un sistema de "diligencia debida", que se supone que garantiza que la madera procedente de una explotación ilegal no se comercializa en el mercado de la Unión Europea.

Pero la Comisión Europea juzgó, en un informe de diciembre de 2021, que estas dos herramientas no habían alcanzado plenamente sus objetivos. Algunas de las empresas que importan madera a la UE tienen "un conocimiento y una comprensión limitados de las obligaciones que deben cumplir" y afrontan dificultades para verificar la información de sus cadenas de suministro. Según la Comisión Europea, algunos importadores aprovechan la flexibilidad de algunos países de la UE, donde hay menos controles, para introducir madera de origen dudoso.

De hecho, para el año 2020, sólo un Estado miembro declaró haber realizado una inspección sobre la madera importada de la República Centroafricana para verificar su cumplimiento con la normativa europea.

Las ONG son aún más críticas: "Las normas de confidencialidad dentro de la Unión Europea dificultan el seguimiento de la madera desde el origen hasta la empresa que la importa directamente", afirma Marigold Norman, experta en madera que trabaja con la ONG Forest Trends. Además, "hasta ahora, las sanciones a las empresas que incumplen las normas han sido limitadas. En algunos casos, las multas sólo se consideran parte del coste de abastecerse de madera tropical de alto valor".

A pesar de que las importaciones de madera centroafricana han aumentado mucho en los últimos años (hasta casi 6 millones de euros en 2021, según datos de las aduanas francesas), Francia tampoco parece estar aplicando suficientes controles. En 2019, la ONG Earthsight constató que una empresa francesa, F. Jammes, seguía importando madera producida por la empresa centroafricana SEFCA, a pesar de haber sido acusada por Global Witness de haber pagado dinero a un grupo armado centroafricano responsable de muchos abusos, llamado Seleka, para asegurarse su producción.

El comercio de madera con España

El comercio de madera entre España y la República Centroafricana es muy pequeño. Según las estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio, en 2019 España importó madera por valor de sólo 315.921 euros. El año en el que más se compró fue en 2001, cuando el volumen de las operaciones sumó 13,28 millones de euros. Desde entonces las compras de madera en ese país africano no han hecho más que descender. De hecho, la Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera (AIM) cifra en sólo 29 metros cúbicos la madera tropical aserrada que España trajo de la República Centroafricana en 2020, apenas 9.000 euros. En 2021 no aporta cifras siquiera.

La República Centroafricana firmó en noviembre de 2011 un Acuerdo Voluntario de Colaboración (AVA) con la Unión Europea, que le obliga a diseñar y aplicar un sistema que verifique la legalidad de la madera que exporta. A partir de entonces, debería haber comenzado a expedir las licencias FLEGT (Forest Law Enforcement, Governance and Trade), que certifican que la madera cumple los requisitos europeos. Sin embargo, hasta el momento no ha emitido ni una sola de estas licencias, explica el Ministerio de Transición Ecológica, que tiene las competencias sobre política forestal.

La AEIM evalúa los riesgos que cada país entraña para la compra de madera legal. Y advierte ante la elevada corrupción y “la falta de fiabilidad de la documentación que pudiera expedir el gobierno” centroafricano. En concreto, pide a sus asociados que extremen las precauciones cuando se trate de “madera en tronco (en bruto)”, procedente de “compañías asiáticas, que han proliferado mucho últimamente en este país”. Se refiere a empresas chinas. “Hace 20 años que no compro madera en la República Centroafricana, casi nadie [en España] lo hace ya, por el conflicto bélico, la mayor parte de la madera aserrada se la llevan los chinos”, confirma un importador español a infoLibre. Los países de la zona que ofrecen más seguridad, añade, son Camerún, Costa de Marfil y Gabón. No obstante, el ministerio precisa que tampoco Camerún, pese a haber firmado en su día su propio Acuerdo Voluntario de Asociación con la UE, emite licencias FLEGT.

Además, aclara que la mayor parte de la madera africana, la centroafricana y la procedente de otros países como el Congo, se exporta a través de Camerún, del puerto de Duala. Y se dirige rumbo a China. En la misma dirección apunta la AEIM: “Esas partidas figuran, según Aduanas, como provenientes del lugar de embarque” en lugar de sus países reales de origen.

Para cumplir el reglamento sobre maderas de la UE (EUTR), los agentes y comerciantes europeos –por tanto, también los españoles—deben asegurar la trazabilidad de sus importaciones, identificando a todos los que han participado en la cadena de suministro de los troncos que han comprado. Lo que resulta muy complicado en la República Centroafricana.

La AEIM recomienda a sus socios que recurran a “algún organismo externo” para que verifique el origen legal de la madera que quieran comprar en ese país africano, para sortear la escasa fiabilidad del gobierno local. La UE ha encargado a toda una serie de instituciones independientes que vigilen y verifiquen la legalidad de la madera de este y otros exportadores de la zona. En el caso de España, se trata de Aenor. infoLibre ha preguntado a esta sociedad de certificación por las operaciones que ha controlado desde 2015, cuando recibió el mandato de Bruselas. Y su respuesta ha sido que no ha monitorizado ninguna, debido a que las operaciones han sido muy pequeñas.

El rastro de los mercenarios rusos de Wagner se extiende ahora a Malí, el escenario de una nueva guerra fría

El rastro de los mercenarios rusos de Wagner se extiende ahora a Malí, el escenario de una nueva guerra fría

Tampoco la Guardia Civil, a través de la Ucoma (Unidad Central Operativa Medioambiental), ha echado el ojo hasta ahora a operaciones de tráfico ilegal de madera procedentes de la República Centroafricana. Según explica a infoLibre el teniente Sergio Martínez Moraleda, la mayor parte de la madera tropical que llega a España procede de Camerún, Gambia o Congo. Y no siempre se queda en España. Por lo general, añade, sólo está de tránsito hacia China. Los importadores están obligados a verificar que la madera que compran cumple con los requisitos establecidos por la UE, pero resulta “complicado”, precisa, comprobar su trazabilidad en países tan inestables y corruptos como los africanos de donde proceden los troncos.

La Guardia Civil está “intensificando” los controles de empresas, también de cargamentos en Aduanas, pero el teniente de Ucoma rechaza que en España haya “grandes traficantes” de madera tropical. En febrero de 2020, la Ucoma cerró la operación Quercus, en colaboración con Europol e Interpol. Fueron detenidas 71 personas y se incautaron más de 13.000 metros cúbicos de madera, procedentes de Brasil y de África. Entonces los agentes investigaron cientos de importadores, fabricantes de muebles, parquets, palets e instrumentos musicales, así como aserraderos en todo el país.

Y el pasado mes de abril, la Guardia Civil intervino en el puerto de Las Palmas dos contenedores que declaraban contener nueces, pero en realidad transportaban palo de rosa, procedente de Gambia, una especie de madera protegida por el Convenio sobre el Tráfico Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que regula su comercio internacional. Su destino era China. Esta operación forma parte de un dispositivo permanente organizado por Interpol y la Organización Mundial de Aduanas, la operación Thunder.

Más sobre este tema
stats