El ‘Brexit’ coge a contrapié al mundo financiero

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Martin Orange | Mediapart

¿Cuántos centenares de millones de dólares han desaparecido de los mercados financieros este 24 de junio marcado por la votación de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea? ¿Cuatrocientos, quinientos, más? Es imposible cuantificarlo. Pero si hay algo claro es que la elección de los británicos pilló por sorpresa a los grandes centros financieros.

La libra se desplomó al nivel más bajo desde 1985. Siguiendo su estela, el euro perdió más de un 2%, mientras que el Banco Nacional Suizo (BNS) decidió intervenir en los mercados de cambio para proteger al franco tras la victoria del Brexit. Los inversores se refugiaron en el oro, que llegó a subir un 10%. Según avanzaba la jornada, los mercados bursátiles fueron acusando el golpe. El índice Nikkei de Japón perdió un 7,92%; el francés Cac 40, un 8,04%; el alemán Dax 30, un 6,82%; y el londinense FT100, un 3,15%. 

La relevancia de estos movimientos es la evidencia de que el Brexit cogió a contrapié a mundo financiero. A principios de junio los inversores sí tenían dudas sobre cuál sería el resultado del referéndum. Sin embargo, el asesinato de la diputada laborista Jo Cox contribuyó a disipar esas incertidumbres. Estaban convencidos de que los británicos votarían a favor del remain. De hecho, a pocas horas del fin del escrutinio, los inversores daban por segura la permanencia en la UE, pues el mismo jueves la libra escaló desde los 1,47 hasta los 1,49 dólares, un 6% por encima de los niveles que registraba una semana antes. 

Pero, en el medio de la noche, las primeras noticias sobre una posible victoria del Brexit instalaron el modo pánico. En la bolsa de Tokio los inversores comenzaron a sentir la presión nada más hacerse públicos los primeros resultados que cambiaban la tendencia y apuntaban hacia la salida de Gran Bretaña de la UE. Los inversores comenzaron a sentir la presión y el Nikkei empezó a registrar pérdidas de hasta un 3%. Finalmente cerró con una caída del 7,92%, su octava peor caída de la historia.

A niveles de 1985

Como no podía ser de otra manera, el punto más caliente estuvo en el mercado de divisas, donde las transacciones sobrepasan los 4.000 millones de dólares cada día. La libra se desplomó en apenas unos minutos. La moneda británica perdió, durante la jornada, un 11% de su valor respecto al dólar. Es la caída más fuerte desde el Nixon shock, en 1971, cuando el presidente de Estados Unidos decidió cancelar la convertibilidad internacional directa del dólar a oro. 

Ni siquiera el descenso fue tan fuerte en el miércoles negro de 1992, cuando el ataque especulativo de George Soros logró sacar a la libra esterlina del sistema de cambio europeo. La moneda británica se situó en el nivel de los 1,3224 dólares, lo que supone un retroceso del 11,9%, su menor nivel desde septiembre de 1985. Este descenso tuvo réplicas en todo los mercados financieros. Las bolsas italiana, española, francesa y alemana registraron bajadas del 10% o más. Los valores bancarios y financieros fueron los más afectados. Los británicos Barclays y Lloyd's registraron descensos de cerca del 30% en las primeras operaciones. 

Los bancos europeos también resultaron arrastrados en la caída. Société Générale perdió más del 20% durante la sesión, el BNP Paribas el 17,4%, el grupo de seguros AXA, alrededor del 15,5%. El banco italiano Unicredit mostró una caída del 23,8%, el español Santander bajó un 19,8% y Deutsche Bank un 14,3%. Algunos sectores ya venían mostrando su alarma por la capacidad de resistencia del sistema bancario europeo y su respuesta a un nuevo golpe como el de Lehman. Un riesgo sobreestimado –según algunos analistas– ya que los mercados rebosan liquidez. 

Lo cierto es que, desde las primeras turbulencias, los bancos centrales acudieron al auxilio para intentar traer un poco de calma. Minutos después de la apertura catastrófica de los mercado europeos, el gobernador de la banca de Inglaterra, Mark Carney, anunció que la institución estaba preparada para inyectar alrededor de 250.000 millones de libras para calmar a los mercados. El Banco Central Europea y la Reserva federal enviaron mensajes similares. 

Los líderes de los bancos centrales, los miembros del G-7 y el Fondo Monetario Internacional reiteraron las llamadas a la calma. Su mensaje se resume en una línea: no hay riesgo de un nuevo golpe como el de Lehman. Todos insistieron en la reorganización y consolidación del sistema bancario y financiero tras la crisis financiera de 2008 y en el desarrollo de la cooperación internacional para tratar de prevenir los riesgos.

Las rápidas intervenciones de los bancos centrales permitieron llevar un poco de calma a los mercados, si bien no disipan la inquietud que se ha sembrado en el mundo financiero. De repente, los analistas financieros son tomados en duda: no son capaces de anticipar todo. El Financial Times, por ejemplo, se preguntaba este viernes cómo habían podido apostar de forma mayoritaria por el mantenimiento del Reino Unido en la UE cuando los sondeos de las últimas semanas apenas preveían una distancia de uno o dos puntos en favor del remain

De manera brusca los inversores parecen que han descubierto el divorcio con las élites, la medida de las rupturas sociales, las cuestiones políticas de las que, hasta ahora, habían escapado. Pero, ¿qué alcance tiene realmente la decisión de los británicos? ¿Es el fin de Europa como aseguran algunos analistas financieros? ¿Va a suponer un cambio brutal que va a marcar una ruptura con los tres decenios anteriores de mundialización y financiarización, como predicen otros? ¿O va a ser una crisis que no cambiará gran cosa?

Si bien los defensores de permanecer en la Unión mostraban seguridad durante la campaña augurando un desastre económico en caso de q ganara el 'no', los analistas se muestran mucho más perplejos el día siguiente a la votación. Observan la crisis política en el Reino Unido, la división del país, una incertidumbre generalizada. No obstante, no se atreven a ir más allá en su análisis. Al menos, por el momento. 

Traducción: Elena Herrera 

¿Cuántos centenares de millones de dólares han desaparecido de los mercados financieros este 24 de junio marcado por la votación de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea? ¿Cuatrocientos, quinientos, más? Es imposible cuantificarlo. Pero si hay algo claro es que la elección de los británicos pilló por sorpresa a los grandes centros financieros.

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