ENTREVISTA CON EL MINISTRO DE EXTERIORES

Albares: "Se puede subir el gasto en seguridad y, a la vez, muchísimo más el social"

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

Son días en los que la historia del mundo está cambiando. A un ritmo vertiginoso. Y Europa busca una salida ante la pinza que representan Donald Trump y Vladímir Putin. La Comisión Europea ha lanzado un plan de rearme sin precedentes. Las cancillerías continentales negocian el incremento del gasto en defensa y las vías para que el conflicto en Ucrania no acabe beneficiando al agresor.

En este complicado mapa geopolítico se mueve José Manuel Albares (Madrid, 1972), ministro de Asuntos Exteriores y hombre clave de Pedro Sánchez para una coyuntura internacional que se enfrenta a un desafío comparable, según él, a la caída del Muro de Berlín. El responsable de la diplomacia española cree que es la hora de que los europeos tomen las riendas de su futuro y abracen un concepto de seguridad más amplio que el de la defensa. Aboga por la puesta a punto de fondos europeos y manda un mensaje durante la entrevista a Alberto Núñez Feijóo para que invierta en unidad y no en desgaste.

En poco tiempo están sucediendo movimientos geopolíticos difíciles de asimilar. ¿Ha cambiado el orden mundial?

El orden mundial está cambiando por motivos estructurales previos. Hay países emergentes que quieren su sitio en la mesa de decisión mundial y tienen una visión alternativa del mundo occidental y la guerra ha vuelto como forma de resolver disputas entre Estados. Se ve claramente en Oriente Medio y desgraciadamente en Europa. Además, hay una nueva administración norteamericana que tiene nuevos postulados sobre la seguridad y la relación con Europa. Todo eso conforma un cambio similar al que se produjo con la caída del Muro de Berlín. También cuestiona el orden mundial que nace en el año 1945 frente a las fuerzas de extrema derecha que intentaron aniquilar la idea de Europa y de democracia. Por eso es tan importante lo que estamos haciendo desde el Gobierno de España con nuestros socios europeos. En estos momentos de cambio histórico tan definitorios o se es espectador o se es actor. España está en todas las mesas en las que se decide el futuro.

¿Ha dejado de ser Estados Unidos un aliado para Europa?

EEUU es el aliado natural histórico para los europeos. Juntos hemos atravesado décadas de crisis. Las últimas han sido la pandemia del covid y la agresión a Ucrania. La relación es mutuamente beneficiosa desde un punto de vista comercial y de seguridad euroatlántica. Juntos hicimos la OTAN. Trabajamos para que siga siendo así, pero también reconocemos que la nueva administración tiene nuevos postulados y planteamientos. No tenemos que preguntarnos tanto qué va a hacer el presidente de Estados Unidos, que ha sido democráticamente elegido y tomará las decisiones que considere, sino qué vamos hacer los españoles y los europeos. Podemos tomar nuestro destino en nuestras manos. Es imperativo, tenemos la capacidad y ahora lo necesario es tener la voluntad de hacerlo.

Estados Unidos se enfrenta ahora a sus aliados tradicionales e incluso amenaza con anexionarse Groenlandia, que es parte de Dinamarca. ¿Cuál es el sentido actual de la OTAN?

La OTAN sigue siendo una organización de disuasión y de defensa absolutamente indispensable. De hecho, la organización ha permitido a los aliados no enfrentarse a la amenaza real de la guerra. Por eso, países como Finlandia y Suecia, que tienen entre sus señas de identidad la neutralidad y el pacifismo, decidieron ser miembros. Todo el mundo sabe que bajo el paraguas de la OTAN uno vive en paz y además consigue una disuasión absoluta. Lo que ahora hay que decidir es que esa disuasión la tengamos los europeos en nuestras manos. No es nada nuevo, ya que llevamos décadas teorizando sobre el pilar europeo de la organización. OTAN y la UE no son dos realidades que se oponen sino que se pueden fortalecer. Ahora hay que llevarlo a la práctica.

La OTAN sigue siendo una organización de disuasión y de defensa absolutamente indispensable

Hemos escuchado a Vladímir Putin agradecer a Donald Trump sus esfuerzos por la paz. ¿Hay una especie de pinza entre ellos que afecta al proyecto europeo?

Para nosotros lo importante, respecto a la paz en Ucrania, es que todos demos el mismo significado y el mismo contenido a esa palabra. Cuando hablamos de paz, debe ser justa, respetar la soberanía de Ucrania y los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas. Y duradera, no un alto el fuego que sea un paréntesis entres dos guerras para que uno de los dos bandos se rearme. Vamos a apoyar la paz y para conseguirla vamos a estar junto a Ucrania tanto tiempo como sea necesario. El presidente del Gobierno estuvo hace poco en Kiev comprometiendo mil millones de euros. Lo verdaderamente importante es la reflexión que tengamos entre europeos. Poco importa especular sobre lo que puedan querer terceros. Es el momento de tomar nuestro destino en nuestras manos y esto supone dar un salto en la seguridad común que incluya la defensa pero que vaya mucho más allá. Y dejar claro que somos un actor global con voz propia especialmente cuando toca la seguridad continental.

Habla de una paz justa y que respete la integridad territorial, ¿pero no ha dejado esto de estar sobre la mesa hace tiempo? ¿Cree viable un acuerdo de paz en el que Ucrania recupere ese 20% que ahora controla Rusia?

La paz tiene que tener claramente dos parámetros. Una guerra de agresión no puede tener un premio para el agresor porque el mundo sería más inestable al día siguiente. Queremos que el orden mundial siga basándose en reglas predecibles y en la igualdad soberana de todos los Estados. La segunda cuestión: cualquier decisión que se tome para alcanzar esa paz tiene que tener en cuenta la voz del Gobierno de Ucrania. 

El presidente del Gobierno reunió este jueves a los representantes políticos. Seguimos sin conocer de cuánto será el aumento en gasto de defensa y cuándo se implementará. ¿Puede concretar el dato o hacer una previsión?

El presidente del Gobierno lo dejó claro en la rueda de prensa: en estos momentos se está cuantificando el gasto en 2024 con la métrica OTAN. Hay que saber de dónde partimos. También es nítido el compromiso del Ejecutivo español de alcanzar el 2% del PIB. Hemos demostrado que hemos dado pasos para ello. Cuando el presidente Sánchez llegó al Gobierno, España tenía el gasto más bajo de su historia con un 0,9%. Se ha ido incrementando y ha sido compatible con subir mucho el gasto social. Hay que saber de dónde partimos en 2024 para poder hacer toda la planificación.

Sobre el gasto social, Podemos dijo el jueves que era imposible aumentar el presupuestos en Defensa y a la vez las partidas sociales, pero Sánchez se ha comprometido con los españoles a que no habrá ni un recorte de un céntimo. ¿Cómo se puede lograr?

Hasta ahora lo hemos hecho, no se trata de una hipótesis. Se ha incrementado el gasto en Defensa y hemos subido muchísimo más el gasto social. El ascenso en pensiones y becas, por ejemplo, es absolutamente contrastable y lo saben los españoles. Pero es que, además, cuando hablamos del salto que tiene que dar Europa en estos momentos abordamos la seguridad, que va más allá de la defensa. Hablamos de una inversión en nuestras propias industrias que va a redundar en la creación de puestos de trabajo muy cualificados con remuneración de calidad. Se trata de altísima tecnología. Y no sólo es un esfuerzo en los presupuestos nacionales sino que también son fondos europeos. Se van a dar más pasos y somos favorables a que una parte de esa inversión sea mutualizada. Por lo tanto, no hay ninguna oposición entre el gasto en seguridad y el gasto social. Hemos demostrado que se puede hacer. La seguridad es un precondición absolutamente necesaria para el bienestar. En las guerras de agresión, los hospitales y las escuelas son siempre el primer objetivo.

Hablamos de inversión en nuestras propias industrias que va a redundar en la creación de puestos de trabajo muy cualificados

Respecto a la financiación, ¿se utilizará como fórmula el fondo de contingencia o puede pasar una parte de ese plan por el Congreso?

No soy el ministro de Hacienda y no conozco exactamente las técnicas y partidas. Lo que sí puedo decir es que lo que tenga que pasar por el Congreso evidentemente pasará. Estuve esta semana en la Cámara Baja y el presidente va a acudir el 26. No hay ningún problema.

Fue muy duro en su comparecencia en La Moncloa con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a quien acusó de no estar a la altura del momento. ¿Qué le pareció su actitud?

La posición de Feijóo me duele como ciudadano y me preocupa como ministro de Exteriores de España. Son momentos de un cambio evidente que no viene producido por el Gobierno de España, por ningún Ejecutivo europeo ni por la Comisión. Son cambios impuestos desde fuera: hay una guerra de invasión que inicia su cuarto año y nuevos postulados de la administración norteamericana. Lo que esperaría del PP es que se convirtiera por primera vez en oposición de Estado. No se lo pedimos eternamente ni le solicitamos apoyo para el programa electoral del PSOE sino unidad para la seguridad de los españoles y para relanzar el proyecto europeo de paz y democracia. No es estar junto al Gobierno sino junto a los españoles, por su bienestar y su seguridad. Si le cuesta tanto decir que apoya al Gobierno, que diga que está unido a su familia política europea. Es un momento de altura de miras. Hay muchos momentos para ser oposición de desgaste al Gobierno, pero también hay algunos en la Historia para ser oposición de Estado. Feijóo o no lo ve, y entonces está incapacitado para gobernar, o no lo quiere ver, lo que supone darle la espalda al bienestar de los ciudadanos.

¿Ve algún tipo de margen para el acuerdo con Feijóo?

Espero que sí. Es el espíritu del presidente al recibir a las fuerzas políticas en La Moncloa. El mensaje como ministro de Exteriores y como ciudadano español que le traslado a Feijóo es que no se trata de unidad con el programa electoral de un partido, sino con los españoles y con el resto de socios europeos.

Es un momento de altura de miras

España está en minoría de momento reclamando que el fondo de 150.000 millones para gasto en Defensa anunciado por la Comisión sea para subvenciones y no préstamos. ¿Cómo lo va a lograr? 

Con diálogo y con consenso. También en el fondo del covid empezamos siendo unos cuantos los que solicitábamos una estructura determinada. Y también hablamos de solidaridad con aquellos que ven en estos momentos su seguridad amenazada. Todo el mundo es consciente de que son necesarios fondos europeos. Asimismo, tenemos el apoyo de los socios para incluir la vecindad sur dentro de las amenazas para la UE. Ya hay unos mimbres sobre los que estamos trabajando.

Todavía no se conoce la cifra de gasto de Defensa en España calculada por la OTAN para 2024, ¿qué clase de partidas se van a tener en cuenta? ¿Puede haber algún tipo de ingeniería fiscal para contar inversiones que hasta ahora no se contemplaban?

No puede haber ingeniería fiscal porque hay una métrica OTAN que utilizamos todos los aliados. No hay ninguna duda al respecto.

¿Qué se puede esperar de la cumbre de los líderes europeos de la semana que viene?

Acudo este lunes al Consejo de Asuntos Exteriores con el espíritu de unidad de acción. Tenemos que mostrarnos todos unidos en torno a la seguridad de los ciudadanos, el apoyo a Ucrania y una paz justa y duradera. Al mismo tiempo, la acción pasa por integrar mejor las industrias de defensa y seguir planteando un plan de inversión. Insisto en que no se trata solo de defensa sino también de la competitividad de nuestras empresas, la defensa de nuestro mercado único y garantizar los recursos energéticos.

La paz en Ucrania tiene que ser justa y duradera

¿Cuál es la posición de España sobre el envío de tropas a Ucrania para garantizar la paz? ¿Por qué a España le cuesta tanto reconocer esa posibilidad que han puesto sobre la mesa incluso Macron y Starmer?

Veo que hay mucha desinformación y personas y alguna fuerza política interesada en ampliarla. Bajo ningún concepto España va a enviar tropas a una guerra. Ni España ni ningún otro país están planteando enviar tropas a un frente. Tampoco lo está solicitando Ucrania. En estos momentos no hay paz, ni siquiera tenemos una posibilidad de alto el fuego real porque Rusia está poniendo una serie de condicionantes. No es que sea prematuro sino casi política ficción hablar en estos momentos de una misión de paz. El compromiso de España con la paz está fuera de toda duda. España participa en muchas misiones de paz. Al mando de FINUL, en la frontera entre Israel y Líbano, está un general español. Seamos claros con los españoles y no generemos duda: ni España ni nadie va a enviar tropas a un frente de guerra. Y ni siquiera estamos en el amanecer de una paz todavía. Ojalá lo estemos, España no va a escatimar esfuerzos.

Antes citaba el Sahel, ¿qué tendría que cambiar para garantizar la protección en el flanco sur?

Lo hicimos ya en la cumbre de la OTAN en Madrid con un epígrafe por primera vez sobre el flanco sur y con redacción e impulso español. Todos los socios europeos están totalmente de acuerdo. No se trata de la misma intensidad de amenaza para la integridad territorial, pero hay terrorismo en el Sahel y puede haber un uso espurio de los flujos migratorios.

Se siguen dando pasos en la escalada de una guerra comercial. Ahora está en el punto de mira de la administración de EEUU el vino español. ¿Qué repercusiones puede tener esta guerra comercial para el tejido productivo de nuestro país?

Esta guerra comercial no la quiere España ni la Comisión Europea. La política comercial está comunitarizada para defender ese mercado único. Lo que queremos es que cualquier diferencia se pueda resolver a través del diálogo, como hemos hecho siempre. Estamos hablando de la relación comercial más importante del mundo. Somos el primer proveedor y el primer cliente recíprocamente. El mercado único es uno de los grandes logros de la construcción europea y lo vamos a defender y proteger con firmeza y serenidad. Tenemos que ir un paso más, como señalan los informes de Letta y Draghi, y liberar toda la potencialidad que tenemos para generar riqueza y puestos de trabajo. 

Vamos a defender el mercado único europeo con firmeza y serenidad

Hay una línea directa entre Trump y Santiago Abascal. Vox es el partido que más sube en las encuestas, ¿le preocupa un auge de la extrema derecha en España?

Por supuesto, la ultraderecha siempre es contraria a los valores y al proyecto europeo. No nos olvidemos que el proyecto europeo nace para garantizar la paz y contra las fuerzas de extrema derecha que quisieron aniquilar la idea de Europa. Son momentos de cambios históricos y todos nos tenemos que definir. La disyuntiva es muy clara: o se está con el proyecto europeo de valores democráticos, tolerancia, paz e igualdad o se está con aquellos que quieren dividirnos y debilitarnos. O se está con la democracia o se está con aquellos que no creen en ella. 

¿Hay previsión de un encuentro entre Sánchez y Trump?

El presidente Sánchez y Trump tuvieron una conversación telefónica muy cordial. En estos momentos no me consta que haya alguna reunión agendada.

Después de la crisis que hubo entre España y Argentina, ¿cómo está la relación entre los dos países? ¿Cómo ve el Gobierno las imágenes de la represión de las protestas de jubilados en Buenos Aires?

El embajador español regresó a Buenos Aires. Con el pueblo hermano argentino tenemos una relación fraternal. No solamente porque la mayor colonia de españoles en el mundo se encuentre en Argentina, sino porque aquí hay 250.000 argentinos conviviendo en armonía y participando en el crecimiento económico y social. Y hay relaciones de todo tipo, pero sobre todo humanas que pasan por ese idioma y esa historia compartidos. Siempre vamos a querer lo mejor para el pueblo argentino.

España se ha implicado de lleno en intentar buscar la solución de los dos Estados en Israel y Palestina. ¿Qué le parece, primero, el plan de Trump de crear un gran resort en la franja? ¿Los esfuerzos por una conferencia de paz han quedado abandonados?

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En absoluto, al revés. Los estamos relanzando aún más. En junio habrá una conferencia muy importante en Naciones Unidas en cuya génesis estuvo España. No olvidemos que fue en Madrid donde se dio el impulso a la alianza global para la solución de los dos Estados. Vamos a participar activamente. Gaza es la tierra de los palestinos gazatíes y tiene que ser parte del futuro Estado palestino. 

Se cumplen cinco años de la declaración del estado de alarma. La gestión de las residencias en Madrid vuelve a estar en primera línea con la emisión del documental 7291. ¿Cómo recuerda ese momento y lo ocurrido en las residencias?

El Gobierno de España claramente hizo lo que tenía que hacer y de forma conjunta con nuestros socios europeos. Demostramos con el estado de alarma y con la forma de la que salimos de la crisis, tanto desde el punto de vista sanitario, con las vacunas, como el económico con los Fondos Next Generation, que cuando estamos juntos nos enfrentamos mejor a las crisis y las atravesamos con mayor rapidez. Con respecto a lo que ocurrió en las residencias, todo el mundo tiene claro que las cosas no se hicieron como se tenían que hacer y no fue la vida humana lo que se intentó privilegiar en todo momento. Hubo una clara negligencia política que debería tener responsabilidades políticas. Y, sobre todo, faltó humanidad.

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