Italia perdonó 748 millones a la familia Pinault, dueña de Gucci, para cerrar su caso por evasión fiscal
Un regalo de 748 millones de euros. Ese es el importe de la rebaja fiscal concedida por las autoridades italianas al grupo francés Kering, el segundo grupo mundial de artículos de lujo controlado por la familia Pinault. Lo desvelan los documentos confidenciales obtenidos por Mediapart y compartidos con la red de medios de comunicación European Investigative Collaborations (EIC), entre los que se encuentran el periódico italiano Il Fatto Quotidiano e infoLibre.
Nuestras nuevas revelaciones sobre el asunto Kering demuestran que la justicia financiera es mucho más indulgente con los multimillonarios que con los pequeños delincuentes. François Pinault y su hijo François-Henri, que dirige el grupo familiar desde 2005, son las séptimas personas más ricas de Francia, con un patrimonio de 30.900 millones de euros, según el semanario económico francés Challenges.
Kering fue procesado en Francia e Italia por una gigantesca trama de evasión fiscal, revelada en 2018 por Mediapart y la EIC, que permitió al grupo evadir al menos 2.500 millones de euros en impuestos. El grupo trasladó ilegalmente los beneficios de sus principales marcas de lujo, entre ellas las italianas Gucci y Bottega Veneta, y las francesas Yves Saint Laurent y Balenciaga, a una empresa suiza llamada LGI.
Mediapart ya reveló el pasado mes de febrero que Francia había sido muy indulgente con los Pinault: la Fiscalía Nacional Financiera cerró la investigación penal, mientras que las autoridades fiscales concluyeron un acuerdo amistoso muy ventajoso para Kering: el grupo sólo pagó algo más de 200 millones de euros para saldar la evasión fiscal de Yves Saint Laurent y Balenciaga, pese a que la Hacienda gala le había reclamado inicialmente al menos el doble de esa cantidad. Debido a la falta de documentos, Mediapart no ha podido calcular el importe exacto de la rebaja.
En Italia, Kering anunció en mayo de 2019 que había firmado una transacción con el fisco para zanjar el mismo caso en relación con su filial Gucci, la máquina de hacer dinero del grupo. Kering dijo que había pagado 1.250 millones de euros, incluidos 897 millones de euros en impuestos y el resto por intereses de demora y sanciones. Se trata de la mayor multa jamás negociada entre las autoridades fiscales italianas y una empresa.
Pero Kering y las autoridades fiscales se cuidaron mucho de no especificar que el grupo francés hubiera tenido que pagar en realidad 2.000 millones de euros. Así lo revelan dos documentos confidenciales obtenidos por Mediapart: el acuerdo fiscal firmado el 9 de mayo de 2019 y el informe final de la Guardia di finanza, elaborado cuatro meses antes.
En enero de 2019, ese informe de la brigada financiera italiana calculó los beneficios de Gucci alojados artificialmente en Suiza, en LGI, entre 2011 y 2017: la cantidad es de 4.700 millones de euros en concepto de IRES (el impuesto sobre sociedades) y 2.400 millones en concepto de IRAP (un impuesto sobre los beneficios que se paga a las regiones). Aplicando los tipos de estos dos impuestos, el importe total de los impuestos que debía Gucci asciende a 1.391 millones de euros, sin contar intereses y sanciones.
Pero en el acuerdo amistoso firmado cuatro meses después por Kering y el fisco italiano, una frase especifica que el pago por parte del grupo francés "no constituye una aceptación, ni siquiera parcial, de la legitimidad y exactitud de las apreciaciones contenidas en el PVC", el acta de la brigada financiera. Y con razón. El acuerdo amistoso muestra que las autoridades fiscales aceptaron reducir el importe del impuesto en un 35%, hasta los 897 millones de euros. Es decir, 494 millones de euros menos que el cálculo realizado por la policía.
Y eso no es todo. Kering habría tenido que pagar, sobre estos 494 millones de euros de impuestos ahorrados, sanciones e intereses de demora por valor de 254 millones.
Al final, la rebaja concedida por las autoridades fiscales ascendió por tanto a 748 millones de euros.
¿Reducción pero no rebaja?
¿Por qué las autoridades italianas aceptaron una merma de ingresos para las arcas públicas de semejante volumen? Cuando EIC contactó con las autoridades fiscales italianas, éstas se negaron a justificar el descuento, afirmando únicamente que el cálculo se hizo de acuerdo con las normas de la OCDE, y que en un acuerdo, la Administración tiene derecho a tener en cuenta "elementos nuevos o elementos que no habían sido examinados previamente por las autoridades fiscales".
Las autoridades de Roma contestan a EIC que el documento firmado con Kering es un accertamento con adesione, una "liquidación con adhesión", que permite al contribuyente "beneficiarse de una reducción de las sanciones administrativas". Pero al mismo tiempo niegan que se trate de una "rebaja".
"Sólo la administración fiscal italiana es competente para determinar el impuesto adeudado, los intereses de demora y las posibles sanciones aplicables a raíz de una auditoría fiscal, independientemente de que ésta haya sido realizada por sus servicios o por la brigada financiera italiana. Kering no se ha beneficiado de ningún favor fiscal y no hará más comentarios sobre este asunto", respondió a EIC el grupo de la familia Pinault.
Acuerdo confidencial
Además, se ha hecho todo lo posible por mantener en secreto el importe de la rebaja. Una de las cláusulas del acuerdo fiscal establece que "este acuerdo debe ser confidencial (en cuanto a los hechos, elementos y documentos asociados), salvo las obligaciones previstas por la ley y la obligación de informar a la autoridad judicial".
“He visto docenas de acuerdos fiscales de este tipo, pero nunca he visto una cláusula de confidencialidad así", dice un experto fiscal al que EIC ha presentado el documento. “Es innecesario, ya que la Administración está sujeta al secreto fiscal de todos modos. La explicación más probable es que las autoridades fiscales hayan dado a Kering un trato muy favorable y no hayan querido que se supiera para no crear un precedente, es decir, para evitar que otras empresas reclamen lo mismo”, explica.
Una cosa es cierta: el sistema de evasión fiscal en Suiza de Kering, que terminó en 2019 tras la puesta en marcha de investigaciones fiscales y judiciales, resultó finalmente muy rentable para la familia Pinault.
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La investigación de EIC demuestra que Kering ha evadido al menos 2.500 millones de euros en impuestos desde 2002. El grupo pagó ajustes fiscales en Italia por valor de 1.250 millones de euros por Gucci y 186 millones de euros por Bottega Veneta, así como algo más de 200 millones de euros en Francia por Yves Saint Laurent y Balenciaga, por un total de unos 1.600 millones de euros.
Gracias a la normativa y a los ventajosos acuerdos fiscales firmados en Francia e Italia, el grupo se ahorró al menos 900 millones de euros en impuestos, mientras que François Pinault y su hijo François-Henri nunca han sido inculpados por la Justicia.