Marine Le Pen obtiene de un banco húngaro un préstamo de 10,6 millones para financiar su campaña
En la formación francesa de ultraderechas Agrupación Nacional (RN), abogan por el cierre de las fronteras, salvo en lo que respecta al dinero. Otra vez en el extranjero, Marine Le Pen ha obtenido un préstamo para financiar su campaña presidencial.
Según RTL, un banco húngaro acaba de prestarle 10,6 millones de euros a la candidata. Así lo confirma a Mediapart (socio editorial de infoLibre) Wallerand de Saint-Just, extesorero de la formación RN, quien dijo haberse “ocupado algo de los aspectos jurídicos y técnicos del asunto”.
“He tenido la impresión, si lo comparo con todas mis gestiones en otros países europeos, de que la atmósfera era de más libertad en Hungría que en otros lugares”, señala, tras precisar que no realizaría “ninguna confirmación” de la información. “Eso no quiere decir que este banco no haya hecho el 100% de su trabajo, es considerable la documentación que nos pidieron para la obtención del préstamo. Los banqueros belgas, italianos o españoles, o incluso de Chipre, no pueden hacer nada, están todos paralizados. En Hungría, a ese banquero no lo vimos paralizado”.
Wallerand de Saint-Just se niega a indicar qué intermediarios colaboraron en la consecución de dicho préstamo, así como el importe de sus posibles comisiones. Se limita a asegurar que “hasta donde él sabe, no hubo ninguna intervención política”; “llegamos de una forma completamente tradicional a este banco, por referencias y ya está. Como se hace en estos casos”.
Por su parte, la responsable de prensa de la RN no quiere comentar la información: “No vamos a confirmar la nacionalidad ni el nombre del banco, ya que nos hemos comprometido con la entidad”, responde Caroline Parmentier a Mediapart, tras indicar que dicha información se hará pública “en su momento, cuando se publiquen las cuentas de campaña de los candidatos”.
¿Podría Viktor Orbán, su Gobierno o personas de su entorno haber facilitado la obtención del préstamo? También en este caso, la Agrupación Nacional guarda silencio. Sin embargo, se plantea la cuestión de la posible injerencia de un país extranjero en una campaña francesa.
En los últimos cuatro meses, Marine Le Pen se ha reunido tres veces con el primer ministro húngaro. A finales de octubre, durante una visita de varios días a Budapest, se mostró satisfecha por la “acogida” y la “confianza” que le había brindado Viktor Orbán:
Durante una rueda de prensa conjunta, la candidata de la RN declaró que “Hungría en 2021, bajo el liderazgo de Viktor Orbán, estaría a la vanguardia de la lucha por la libertad de los pueblos”. A principios de diciembre, Marine Le Pen volvió a entrevistarse con el líder húngaro en Varsovia, donde se daban cita varios partidos europeos de extrema derecha.
Recientemente, el 29 de enero, volvieron a verse en Madrid, en el marco de un encuentro entre aliados europeos, y Viktor Orbán, esta vez, dio un apoyo oficial a la candidata de RN. “Compartimos el amor a nuestro país y seguimos trabajando juntos por una Europa de naciones libres y soberanas”, se congratuló Marine Le Pen, publicando en Twitter un vídeo de su apretón de manos.
Al igual que Éric Zemmour o Marion Maréchal, la candidata de la RN ha multiplicado las declaraciones a favor del primer ministro húngaro. En 2019, por ejemplo, se pronunció contra el deseo del Partido Popular Europeo de suspender al partido de Orbán por sus campañas difamatorias y conspirativas contra Bruselas.
Este préstamo y estas visitas no son diferentes de otros préstamos obtenidos en el extranjero por el partido de extrema derecha. En 2014, Mediapart reveló que Marine Le Pen y su padre habían obtenido dos préstamos rusos, respectivamente de 9,4 y 2 millones de euros, tras un largo trabajo de lobby y un posicionamiento prorruso intensificado.
El préstamo, de unos nueve millones, con bastantes zonas grises, lo habrían comprado empresas opacas y, a día de hoy, la RN todavía no lo ha reembolsado en su integridad. “Estaba previsto para septiembre de 2019, se ha reescalonado”, explica Wallerand de Saint-Just, sin querer precisar las fechas.
En 2017, otra campaña y otro préstamo. Desde un banco de Abu Dabi, tal y como reveló Mediapart, se ingresaron ocho millones de euros. Este préstamo llegó in extremis a las arcas del Frente Nacional, una semana antes de la presentación de la cuenta de la campaña presidencial de Marine Le Pen. La suma, que ya ha sido devuelta, la adelantó Laurent Foucher, un empresario francés afincado en África, pero con fondos cuyo origen no se habían determinado con claridad. El dinero lo reembolsó Noor Capital, una empresa financiera emiratí.
Este préstamo llegó unos años después de un acercamiento a los Emiratos Árabes Unidos. En julio de 2014, la presidenta del Frente Nacional había recibido a un representante emiratí que se había ofrecido a “ayudar” al partido. En mayo de 2015, su viaje a Egipto habría sido “financiado por los Emiratos Árabes Unidos”, según fuentes de su entorno.
En ambos casos –préstamos ruso y emiratí–, la Justicia francesa investigó las comisiones percibidas por el intermediario, el exeurodiputado de la RN Jean-Luc Schaffhauser, que ya ha abandonado el partido. La Fiscalía financiera nacional abrió una investigación preliminar en 2016.
La Agrupación Nacional repite que si se financia en el extranjero es porque los bancos franceses se niegan a prestarle fondos para su campaña. “Una discriminación escandalosa”, denuncia Wallerand de Saint-Just.
El partido de extrema derecha tiene todavía más dificultades para financiar sus campañas, ya que la ley se endureció en 2017 para evitar las donaciones encubiertas y prevenir cualquier injerencia extranjera en la vida política francesa. Con la entrada en vigor de la ley de confianza en la vida política votada en 2017, los préstamos de personas físicas están más regulados y los de personas jurídicas están prohibidos, salvo los concedidos por partidos políticos y bancos con sede en la Unión Europea. Por tanto, un Estado extranjero o un banco no europeo ya no pueden prestar dinero.
Sin embargo, el partido de Marine Le Pen pudo contar con la ayuda del nuevo “mediador de créditos”, encargado de facilitar el diálogo entre los candidatos y los bancos. “Hizo un gran trabajo”, reconoce Wallerand de Saint-Just. “Con su asesoramiento y apoyo, a partir de septiembre, el caso de Marine Le Pen se les presentó a los seis principales grupos bancarios franceses”.
Pero en su opinión, la Agrupación Nacional sólo tuvo “negativas o ninguna respuesta”, con la excepción del Crédit Mutuel, que habría aceptado con la condición de que el partido obtuviera “la garantía de una persona física, por importe de al menos 10,5 millones”. “No disponíamos de eso. ¡Sólo a nosotros se nos pide un requisito así!”, dice, citando un préstamo del mismo banco que habría obtenido en 2017 el candidato Emmanuel Macron.
El 19 de enero, en France Inter, Marine Le Pen aseguró que había recibido medio centenar de negativas de otros tantos bancos para ayudar a financiar su campaña. “Esta situación debería escandalizar a cualquier demócrata”, había declarado, lamentando que “el banco de la democracia que había prometido Emmanuel Macron [había] acabado en la basura sin la menor explicación”.
Para las elecciones europeas de 2019, la Agrupación Nacional solicitó un préstamo a sus simpatizantes con el fin de reunir los 4,5 millones de euros necesarios. Para las elecciones autonómicas de 2021, asegura que son los candidatos/as los que han conseguido recabar la cantidad con las aportaciones de unos y otros. “En Isla de Francia y en [la región de] Provenza-Alpes-Costa Azul, necesitábamos 900.000 euros, que no es poco”, precisó Wallerand de Saint-Just.
El viernes 28 de enero, la Agrupación Nacional se felicitó, a través de su presidente, Jordan Bardella, de haber obtenido un préstamo de 10,6 millones para su campaña presidencial, correspondiente al importe máximo total de gastos reembolsables por el Estado. Pero se volvió a mostrar evasivo sobre el origen de los fondos y se limitó a aludir a “un banco europeo”.
Traducción: Mariola Moreno
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