Periodismo
Fórmulas para garantizar el compromiso social del periodismo
Difícilmente se podría negar que nos encontramos metidos de lleno en la era de la información. Los datos fluyen a raudales por los cauces de los medios tradicionales y de Internet pero, en una muy buena parte de los casos, pasan de largo para perderse en el olvido. Una mayor eficiencia a la hora de desentrañar las historias que se esconden tras los números es sin duda uno de los grandes retos a los que se enfrenta el periodismo a día de hoy. No es, en absoluto, la única. Dispuestos a exponer, debatir y extraer conclusiones, una veintena de periodistas latinoamericanos y españoles se han reunido esta semana en Huesca bajo el epígrafe El periodismo como herramienta de denuncia universal, un encuentro organizado por Oxfam Intermón como parte de su campaña Periodismo Comprometido.
Las jornadas, que tuvieron lugar a puerta cerrada el lunes y martes, clausuraron con una serie de conclusiones en forma tanto de bases éticas como de propuestas concretas, que han servido además de antesala del Congreso de periodismo digital que desde hace 15 ediciones se celebra en la ciudad aragonesa, este año los días 13 y 14. Encontrar nuevas fórmulas de financiación que no se fundamenten únicamente en la publicidad, investigar sobre nuevos modelos periodísticos que garanticen la sostenibilidad, no abandonar nunca el lado de los más vulnerables, organizarse para compartir los ejemplos de éxito y luchar contra la corrupción con las armas del periodismo de datos son las claves de las resoluciones alcanzadas, que se han recogido en un manifiesto.
“Ha sido un debate muy dinámico, muy intenso”, explica a infoLibre la periodista costarricense Giannina Segnini, una de los participantes y hasta hace poco jefa del equipo de investigación del diario La Nación. “Hemos discutido sobre lo que significa el periodismo comprometido, hemos hablado del modelo de financiamiento, de la capacitación de los periodistas, de cómo se puede aprender de los proyectos nuevos, de las nuevas experiencias y los nuevos modelos, porque hasta ahora no se han compartido los errores”.
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Las diferencias entre las situaciones que vive cada país a nivel de transparencia y seguridad ha sido otro de los puntos que han definido el rumbo de las conversaciones. Frente al caso de Costa Rica donde, como explica Segnini, “nos cobran sumas desproporcionadas por información pública que debería ser libre” (hace un año y medio, ilustra, el periódico La Nación solicitó al Estado información sobre el censo, por la que les solicitaron un millón de dólares), se encuentran otras coyunturas como la de Panamá. “Para nosotros, el principal obstáculo es el cerco informativo que imponen los gobiernos”, señala Rolando Rodríguez, editor de la Unidad de Investigación del diario La Prensa. “Redondear una información tiene muchas dificultades, porque hay mucho que no se revela, aunque también he de decir que muchas personas deciden ayudarnos de forma anónima y valiente”.
La violencia y la inseguridad que marcan el trabajo de los periodistas en países como Colombia, El Salvador o Guatemala, es otro de los grandes retos que deben enfrentarse. Lo mismo que la falta de conciencia democrática, como ocurre en Panamá, donde este régimen llegó en 1990. “La mejor arma del periodista es divulgar lo que ocurre y divulgar la reticencia del gobierno a cumplir la ley”, apunta Rodríguez. “Pero ahora mismo en Panamá hay una sociedad adormecida. En los últimos cuatro años se ha triplicado el número de escándalos, pero como la sociedad vive muy bien desde el punto de vista del desarrollo, le da igual lo que ocurra con el gobierno”.
Junto a Segnini y Rodríguez han compartido sus experiencias periodistas de diez países - Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, España, Guatemala, Panamá, México y Paraguay-, entre los que se encontraban nombres como Óscar Martínez, director de Sala Negra, sección sobre violencia en Centroamérica del diario salvadoreño ElFaro.net, la mexicana Carmen Aristegui, que dirige un programa de entrevistas en CNN en español, la colombiana Olga Lucía Lozano, fundadora de La silla vacía, sitio web dedicado a la cobertura de temas políticos que se ha convertido en referencia, o el español Gumersindo Lafuente, fundador de porcausa.org.