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Desigualdad

Los superricos son los responsables de buena parte del fraude fiscal

Mossack Fonseca fue protagonista en los 'papeles de Panamá', una de las filtraciones utilizadas para el estudio.

Una de las quejas habituales de colectivos como el de los técnicos de Hacienda es que el principal foco del fraude y la evasión fiscal se encuentra en las grandes fortunas y las grandes empresas. Pero, de entre ese grupo, hay un colectivo mucho más reducido que tiene tasas de fraude mucho mayores que las habituales: el del 0,01% más rico de la sociedad, que evade de media más del 30% de sus obligaciones fiscales. Así lo asegura un estudio realizado por tres economistas, que apunta además que el hecho de que la evasión fiscal esté tan concentrada en un grupo tiene implicaciones importantes a la hora de abordar la lucha contra la desigualdad.

Los autores del artículo académico son los economistas Gabriel Zucman, Niels Johannesen y Annette Alstadsæter, de las universidades de Berkeley, Copenhague y Noruega de Ciencias de la vida, respectivamente. En el texto, encabezado por el título Evasión fiscal y desigualdad y difundido recientemente por el semanario británico The Economist, los tres académicos analizan los niveles de evasión fiscal de Dinamarca, Noruega y Suecia y cómo estos afectan a los cálculos sobre la concentración de la riqueza y, en última instancia, a la desigualdad. Para ello, el estudio utiliza fundamentalmente dos fuentes de información: los papeles de Panamá y los Swiss Leaks –investigaciones periodísticas que pusieron al descubierto sendas tramas de evasión de impuestos a través de entramados situados en paraísos fiscales–, por una parte, y las estadísticas oficiales de renta y riqueza de los tres países escandinavos, por otra.

Y las conclusiones que obtienen son claras. "Mientras la probabilidad de evadir impuestos deliberadamente [...] es generalmente baja y no aumenta con la riqueza" entre la población que no se encuentra en el grupo del 1% de los más ricos, "la probabilidad de esconder bienes en paraísos fiscales asciende muy sensiblemente dentro del 1% más rico", señala el estudio. Pero incluso dentro de ese colectivo de privilegiados hay grandes diferencias. "Combinando auditorías aleatorias y filtraciones [las de Swiss Leaks y los papeles de Panamá], estimamos que el 0,01% más rico [...] –un grupo que incluye a hogares con más de 40 millones de dólares de riqueza neta– evade alrededor del 30% de sus impuestos sobre rentas personales y de sus impuestos sobre el patrimonio", aseguran los economistas.

La comparación es flagrante si se tiene en cuenta que, tal y como refleja el artículo, "la tasa media de evasión es de en torno al 2%" de la factura fiscal. De hecho, en la gente que pertenece al 99% menos acaudalado de la sociedad, no hay muchas diferencias en su nivel de fraude: aquellos que pertenecen al 10% más pobre de la sociedad y quienes se encuentran entre el 10% y el 20% más rico tienen niveles algo superiores al resto, pero ni siquiera evaden un 5% de los impuestos que deben pagar. Por el contrario, entre el 1% más rico de la sociedad –quienes poseen activos netos de al menos dos millones de dólares– y, especialmente, entre el 0,05% más acaudalado, el fraude se dispara: los primeros evaden en torno al 10% de sus obligaciones, y a partir de ahí el porcentaje de fraude asciende hasta alcanzar el 30% de media de los superricos.

La desigualdad, la principal afectada

Estas cifras de fraude no sólo tienen como consecuencia el obvio problema que supone que los Estados no ingresen parte del dinero que deberían a través de impuestos. Existe un segundo perjuicio que los investigadores analizan y que, en última instancia, perjudica la lucha contra la desigualdad. "Debido a que los ingresos y la riqueza que eluden los impuestos están sumamente concentrados, la evasión impositiva tiene implicaciones importantes para la medición de la desigualdad", señalan las conclusiones del artículo, que apuntan que se ha podido minusvalorar notablemente "el aumento de la concentración de la riqueza en las últimas cuatro décadas" a causa de los bienes ocultos por los superricos.

Contra la creciente desigualdad, otra fiscalidad

"En el caso de Noruega, tener en cuenta [a la hora de evaluar el reparto de la riqueza] la evasión fiscal conduce a un aumento del 30% de la riqueza declarada en la parte superior de la distribución. Nuestros resultados ponen de relieve la necesidad de ir más allá de las inspecciones fiscales para registrar los ingresos y la riqueza [...], incluso en los países donde el cumplimiento de las obligaciones tributarias es generalmente alto", señala el estudio. Y es que, apuntan los investigadores, "como la mayoría de economías latinoamericanas y muchas de las asiáticas y las europeas tienen mucha más riqueza en paraísos fiscales que Noruega", las conclusiones del estudio probablemente sean aplicables al resto de los países del mundo e incluso es posible que sean más graves.

"Afortunadamente, muchos países tienen acceso a datos filtrados similares a aquellos que hemos utilizado en este artículo", señalan los autores, que se muestran confiados en que las conclusiones de su análisis "pueda ser implementadas por las autoridades fiscales y los investigadores en todo el mundo, incluyendo los países donde la evasión fiscal es mucho más frecuente que en Escandinavia".

En España, el Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) calcula que el 70% del fraude fiscal es cometido por grandes empresas y grandes fortunas.

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