Emergencia sanitaria en África, hielo y limón en occidente

Gerardo Centeno

¿De qué sirve que la OMS declare la emergencia sanitaria internacional por la viruela del mono? La viruela del mono se propaga por el Congo sin cifras de contagio que resulten fiables. La Organización Mundial de la Salud es consciente, al igual que conoce que el virus ha pasado a territorios de Uganda o Kenia y que la nueva variante, a diferencia de la acaecida en 2022, se propaga entre humanos con mayor facilidad que su predecesora. Con esas premisas se declaró por el organismo la emergencia de salud pública de importancia internacional, instrumento que tan solo se ha utilizado en contadas ocasiones desde su creación en 2005.

Una vez rubricada la declaración, la noticia corrió por el mundo y todos los países fueron conocedores de que una pandemia se gesta en el corazón del continente africano. Para eso ha servido esta declaración, sin duda, pero se espera que tenga un mayor alcance en la lucha contra la enfermedad, que es lo verdaderamente importante. Muchos confían en que la OMS esté ya trabajando en su control. ¿Es así? ¿Tiene medios para ello? ¿Qué papel juegan los Estados en esto? La respuesta se encuentra en lo vinculante o no de la declaración de emergencia, y lamento escribir en estas líneas que la pomposa declaración de la OMS es una mera recomendación de actuación a los países para que estén atentos al peligro latente.

La pomposa declaración de la OMS es una mera recomendación de actuación a los países para que estén atentos al peligro latente

¿Quién se ocupará de la gestión del foco vírico en el origen? Sin legislación específica a nivel internacional que obligue a los distintos continentes a colaborar en la detención de las pandemias, nos encontramos con el panorama conocido hasta la fecha, en el que únicamente la solidaridad es el mecanismo accionado respecto a los países africanos en apuros sanitarios. Un brote de un virus, como el de la viruela del mono, requeriría más de quince millones de viales de la vacuna ordinaria contra la viruela —a la espera de vacuna específica para esta variante—. ¿África dispone de esa cantidad? Ni por asomo. De lo prometido en 2022 nada llegó. Es más, millones de dosis caducaron en manos de países como Estados Unidos y otras potencias occidentales.

Legislar en la materia y alcanzar un tratado internacional en materia de pandemias sigue siendo una tarea pendiente para los actores internacionales. Cuál será la medida que se imponga desde Europa, ¿tal vez no viajar al Congo? ¿Esa es la solución? Antiguos errores vuelven a tocar a las puertas de los países desarrollados, pero ya se sabe que el ser humano es la única especie que tropieza dos veces con la misma piedra. No pensemos que el invierno y África quedan aún lejos y que la única piedra importante es la de hielo que flota junto al limón en nuestro vaso

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Gerardo Centeno es Letrado Consistorial y escritor.

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