La importancia de la decisión del Consejo Europeo sobre Ucrania y el rearme de la UE
Las decisiones adoptadas por el Consejo Europeo extraordinario del 6 de marzo de 2025 reflejan que la Unión Europea ha necesitado tiempo para tomar medidas en torno a los temas fundamentales que tiene sobre la mesa, como consecuencia de los incumplimientos del Presidente Trump de sus compromisos internacionales. A saber, el apoyo a Ucrania, después de la cancelación de la ayuda estadounidense desde el día 4 y la necesidad de plantear un refuerzo de la Política Europea de Defensa para hacer frente a las posibles amenazas rusas y otras. De tal forma, en caso de un ataque, la Unión tendrá que aplicar el Artículo 42.7, ya que, posiblemente, los Estados Unidos, y por lo tanto, la OTAN, no cumplan con el compromiso del Artículo 5 de la OTAN, que exige la intervención de los miembros frente a una agresión exterior. Es decir, la Unión Europea tendría que defenderse sola.
La preparación de la citada reunión del Consejo fue laboriosa, ya que, por un lado, hubo un primer encuentro informal en febrero, y otras varias citas también de carácter informal, como el de Londres del 2 de marzo. Unos días antes de la reunión del 6 de marzo, el COREPER se reunió al menos tres veces, con objeto de conseguir acercar posiciones entre los Estados miembros, ya que Hungría, Italia, Eslovaquia y Chequia, al menos, ponían bastantes objeciones para su aprobación. Al final, después de más de doce horas de reunión, el Consejo Europeo extraordinario aprobó las conclusiones relativas a Ucrania a 26, dado que Hungría siguió manteniendo su posición contraria. Las conclusiones en torno al rearme, que recogía las propuestas de la Presidenta de la Comisión, que había enviado a los jefes de gobierno el día 4, se aprueba por unanimidad a 27.
A pesar de que en el próximo Consejo Europeo ordinario del 21 de marzo se tratará el tema con más profundidad, se subrayó ya que ninguna negociación de paz puede llevarse a cabo sin Ucrania, ni sin Europa, cuya seguridad está interrelacionada, ni sin una garantía creíble de seguridad para Ucrania. En este sentido, se quiere conseguir la posición más fuerte para Ucrania, especialmente tras el reciente parón de la ayuda estadounidense. Para ello, se prevé destinar este año unos 30,6 mil millones de euros a Kyiv a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz y la iniciativa ERA del G7, la cual se sustenta en los activos rusos inmovilizados.
Respecto a la propuesta de la Presidenta de la Comisión Europea sobre el rearme, su aprobación por parte del Consejo Europeo fue un gran paso, ya que significa que los Estados miembros están tomando en serio las decisiones de Trump
Respecto a la propuesta de la Presidenta de la Comisión Europea sobre el rearme, su aprobación por parte del Consejo Europeo fue un gran paso, ya que significa que los Estados miembros están tomando en serio las decisiones de Trump. Así, aceptan, en términos generales, este plan de rearme que busca la autonomía en materia de defensa, es decir, sin los Estados Unidos o, en su caso, sin la OTAN, lo que significa que hay una gran cohesión entre los Estados miembros. Sin embargo, el plan de Von der Leyen contempla la posibilidad de movilizar hasta 800.000 millones de euros, incluso cifra superior a la del Fondo de Nuevas Generaciones, que se aprobó para responder a la pandemia de la Covid-9.
No obstante, se plantea que la mayor parte de esa cuantía se establezca a través de cuatro medidas que corresponden al incremento de gasto de los Estados nacionales. Solo hay un fondo de 150.000 millones, que tiene una estructura similar al Fondo de Nuevas Generaciones, lo que quiere decir que, en ese caso, va a depender del presupuesto europeo. Si bien no se sabe cómo se financiará, posiblemente se hará a través de deuda mancomunada. Por lo tanto, la mayor parte de las propuestas son claramente intergubernamentales, ya que tres cuartos de esa cifra de 800.000 millones corresponderá a los Estados miembros.
Dichas medidas, que contemplan el incremento del presupuesto de los Estados, las orientadas a incrementar el presupuesto nacional sin que contabilice para el pacto de estabilidad, o incluso la aportación de los créditos del Banco Europeo de Inversiones, van a posibilitar el aumento del gasto en cada uno de los Estados miembros. Sin embargo, no se pone en marcha un mecanismo europeo que permita una planificación conjunta, que evite las duplicidades en las inversiones estatales o incluso la realización de otros gastos que no van dirigidos directamente a los objetivos de la defensa común europea, como, por ejemplo, la subida de los salarios de las Fuerzas Armadas.
Al día siguiente del Consejo extraordinario, el 7 de marzo, la Presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, y el Presidente del Consejo, António Costa, se reunieron con los líderes de otros países aliados, como el Reino Unido, Turquía y Noruega, entre otros, donde dieron cuenta de las importantes decisiones adoptadas en relación a Ucrania y sobre el rearme para conseguir una fuerza autónoma de disuasión y defensa, donde el resto de los, hasta ahora, países aliados en la OTAN respondieron con su apoyo. Si bien esta relación más profunda habrá que acordarla próximamente.
Estas decisiones son un primer paso, que refleja que la Unión Europea no está dormida, ni paralizada, ni sin liderazgo. Sin embargo, el sistema de decisión de la Unión es completamente distinto al de los Estados Unidos de Trump, ya que este decide vía órdenes ejecutivas, que tienen gran repercusión incluso internacional, de forma inmediata. Mientras, en Europa, especialmente la Unión Europea, necesita acuerdos y propuestas, primero en la Comisión Europea, después el Consejo decide, pero habiendo pasado varios filtros del COREPER. Por último, el Parlamento Europeo, en algunos aspectos de estas decisiones, tiene que aprobarlos. Esta semana, el Parlamento Europeo discute estas propuestas.
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Francisco Aldecoa Luzárraga es catedrático emérito de Relaciones Internacionales en la UCM y presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo.