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Dos meses para ver al cardiólogo en Madrid: las listas de espera se duplican en cinco años

Varios sanitarios participan en una manifestación de facultativos hospitalarios en Madrid.

Ponerse una prótesis de rodilla en el Hospital de La Paz, en Madrid, requiere esperar, de media, más de 80 días. Hacerlo de la cadera, 75. Para conseguir una primera cita con un especialista digestivo en el 12 de Octubre hay que estar aproximadamente 60 días en una lista de espera. Para ser atendido por un endocrino en Fuenlabrada, 67. La situación se replica en toda España, donde cada vez hay más pacientes esperando para entrar en un quirófano. Y donde el tiempo de espera, además, es cada vez mayor. Cada estadística que sale supera la anterior. Las publicadas este miércoles por la Comunidad de Madrid y por el Ministerio de Sanidad no son una excepción y dibujan un escenario que, avisan los profesionales, seguirá empeorando. "Todavía no ha empezado lo peor", advierte Inma Martín, responsable de atención primaria de UGT.

La pandemia supuso un punto de inflexión. Pasada la primera ola y superado el primer impacto, los médicos empezaron a hacer cálculos. Todos los recursos que tenían que haberse destinado a tratar un virus que era un completo desconocido habían dejado de lado el diagnóstico y el tratamiento de muchas otras patologías cuya previsión, obviamente, se tornó menos optimista. Por ejemplo, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2020 se detectaron entre un 15 y un 20% menos de cánceres. Según la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el tratamiento del infarto se redujo un 40% durante la primera semana del estado de alarma, lo que provocó que la mortalidad del mismo se duplicara.

La situación fue poco a poco recuperándose, más o menos al mismo tiempo con el que la gravedad del covid fue disminuyendo. Sin embargo, todavía estamos muy lejos de las cifras de listas de espera que teníamos en 2019. De hecho, cada vez nos alejamos más de ellas.

Las estadísticas publicadas este miércoles por la Comunidad de Madrid —relativas a septiembre de 2024— reflejan que ya hay 154,28 pacientes por cada 1.000 habitantes en una lista de espera para obtener una cita en una consulta externa en un hospital de la región, un número que hace un año era de 108,35 y hace cinco de 68,58. Es un 125% más. Cada una de esas personas aguarda ahora una media de 76,35 días para obtener una primera consulta con un especialista, pero hace un lustro lo hacía durante 42,6, un 79% menos. Un último dato: en 2019 148.733 personas tardaban más de 90 días en conseguir una cita; hoy lo hacen 488.676. Son un 228,6% más.

Subamos un peldaño. Si se analizan los mismos datos pero para la obtención de una prueba diagnóstica o un tratamiento la situación es parecida. En septiembre de 2024 había 45,18 pacientes de cada 1.000 esperando para ello, pero en 2019 ese número era de 22,97, un 96,7% menos. En ese momento esperaban una media de 51,68 días; ahora, 75,1, un 45,3% más. Hay, actualmente, 102.773 madrileños y madrileñas con una espera superior a tres meses; hace un lustro eran 67.570.

Subamos otro peldaño. El retraso en la primera consulta y en la prueba provoca que la lista de espera quirúrgica haya pasado de contener a 63.055 personas a hacerlo con 80.492. Hay, por tanto, un 27,6% más de habitantes esperando para ser operados con respecto a 2019.

Pero esto no es un problema eminentemente madrileño. El Ministerio de Sanidad ha publicado también este miércoles datos sobre las listas de espera que tienen actualmente los quirófanos del Sistema Nacional de Salud y la evolución, a nivel nacional, es parecida. En concreto, en junio de 2019 había 671.494 pacientes esperando una media de 115 días para ser operados. Hoy son 848.340 que tardan 121 días en conseguir fecha.

Si se pasa la lupa por la estadística, Madrid no es la región que peor parada sale. Pero es que para los sindicatos eso siempre tiene un truco detrás. "Ayuso emplea usa unas matemáticas alternativas. Para las cirugías empieza a contar desde la consulta con el anestesista, por ejemplo. Además, si al paciente le ofrecen ser operado en un centro concertado y lo rechaza, se contabiliza como un enfermo que empieza desde 0 a engordar esa lista", explica Sergio Fernández, responsable de acción sindical del sector público de CCOO.

Lo mismo se ha hecho en otros lugares como Galicia, según publicó Praza.gal. "Cuando al Sergas le interesa dar la imagen de que los tiempos medios de espera se reducen, lo que hace es aumentar las horas extras o la derivación a la privada. En este último caso, incrementa las llamadas a los pacientes que están en espera ofreciéndoles hacer una prueba o una intervención en la sanidad privada y, como un alto porcentaje las rechaza, esa gente desaparece de las listas sin que el Sergas haga nada más que llamarla por teléfono", explicó Manuel González Moreira, secretario nacional de la CIG-Saúde al periódico.

Para solucionar estas cifras, el departamento de Mónica García creó un grupo de trabajo que ya está elaborando un plan sobre el que trabajar y construir unas soluciones que tendrán que ser presentadas en el Consejo Interterritorial del SNS. Porque por mucha ley que el Ministerio se haya comprometido a elaborar, la competencia sigue siendo autonómica. Así que son las comunidades las que deben trabajar. Y así lo dijo la propia ministra. "Nosotros queremos hacer una ley en la que realmente las listas de espera estén centradas en la gestión y no en la competición entre las propias comunidades. Es un problema de logística, de priorización, porque hay una serie de patologías que pueden esperar. Lo que segurísimo que no puede esperar es una cita con el especialista o un diagnóstico", señaló.

Una atención primaria agónica

Los profesionales llevan mucho tiempo explicando de dónde viene el problema. Y todos coinciden en apuntar, en primer lugar, a la atención primaria. "Todo el sistema es como una especie de dominó, si se cae una ficha se caen todas las demás", explica el cirujano Javier Ortega, presidente del sector hospitalario del sindicato Amyts. Este sistema ya lleva tiempo agonizando, y sobre todo en Madrid. Vayamos de nuevo a ver las cifras.

La de Isabel Díaz Ayuso es la autonomía que menos porcentaje de su presupuesto sanitario global destina a la atención primaria. Es cierto que ninguna comunidad llega al 25% exigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero Madrid se lleva la palma: sólo destina un 11%, menos que ninguna otra. Y eso hace que los madrileños y madrileñas esperen una media de 9,6 días para obtener una cita, tres más de lo que lo hacían en 2018, según un informe publicado este martes por Amnistía Internacional en el que, no obstante, se refleja que Cataluña (con una espera de 12 días) y Andalucía (con una 10) sufren cifras todavía peores.

Conseguir revertirlas cifras es básico, según los sindicatos consultados. Si la medicina de familia consigue prevenir problemas graves de salud, atender lo inmediato y derivar, si es necesario, a los especialistas, los hospitales alivian su carga asistencial. Pero eso ya no funciona. "La primaria ha dejado de jugar muchos papeles que le corresponden porque ya no puede", lamenta Martín. "Si pides una consulta en tu centro de salud pero te dan cita diez días después, acabas acudiendo al hospital, en muchas ocasiones, con un agravamiento del problema", añade Fernández.

Envejecimiento progresivo

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Eso provoca además otro cuello de botella. Si los problemas se tratan más tarde, en muchas ocasiones se agravan, así que necesitarán más pruebas y, quizás, más intervenciones quirúrgicas. Es lo que está provocando también el progresivo envejecimiento poblacional. "La supervivencia ha aumentado, así que cada vez hay más patologías y más tratamientos. Por ejemplo, hace 40 años no operábamos a mayores de 80, pero ahora ya no está contraindicado, y eso también suma personas a las listas de espera", explica Ortega.

Según los últimos datos publicados hace un mes por Health System Review y recogidos por EFE, España es el país con más esperanza de vida de toda la Unión Europea: 84 años. A la vez, es el que tiene un mayor porcentaje de personas con enfermedades crónicas en la vejez. Sobre todo las mujeres.

Las únicas soluciones que los profesionales encuentran pasan, todas, por tener claro un plan. "No hay nadie con una hoja de ruta definida", denuncia la secretaria general de Amyts, Ángela Hernández. "No basta con compararse con otras comunidades, lo que es necesario es que las listas de espera vayan reduciéndose y que se contraten profesionales y se les pongan medios para poder trabajar de manera adecuda", sentencia. Según los datos del Ministerio de Sanidad, Madrid tan sólo ha pasado de tener 2,24 médicos especialistas por cada 1.000 habitantes en 2019 a 2,39 en 2022, el último año disponible.

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