El crimen de León
La asesina confesa de Carrasco dice que temía que su hija le hiciese sombra
La asesina confesa de Isabel Carrasco, Montserrat González, ha acusado a la presidenta de la Diputación y del PP de León en su declaración ante la juez encargada del caso de jactarse de "hacer el mal" y tener "inquina" a su hija Montserrat Triana Martínez González, quien trabajó en la institución provincial como técnico de telecomunicaciones.
En el sumario, al que ha tenido acceso Europa Press, se recoge que Montserrat González en su declaración quiso poner de manifiesto "profundas e injustas inquinas" contra su hija por parte de Carrasco y que esta inquina podría estar motivada porque el alcalde de León y otras personas "influyentes" en la ciudad pensaban que Triana "iba a ser más que la fallecida y a Isabel no le gustaba esta situación" porque su hija podía hacerle sombra.
Asimismo, consta en la declaración que la presidenta de la Diputación de León y del PP leonés "no podía admitir que alguien tan joven le hiciese sombra" además de que la asesina confesa asegura que Carrasco "se jactaba de hacer el mal a la gente y que por desgracia" su hija "se cruzó en su camino".
Las declaraciones judiciales confirman la venganza personal como móvil del asesinato de Isabel Carrasco
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Montserrat González, que se negó a hacerse la prueba de residuos en la mano, reconoce que llegó a la situación que la llevó a disparar a Isabel Carrasco por "la desesperación, la injusticia con su hija generada por esta persona, que su hija actualmente no puede dormir ya que Isabel lleva haciendole la vida imposible desde hace mucho tiempo (unos tres años)".
Por su parte, Montserrat Triana Martínez González en su declaración explica que "ha sido tratada mal" por Isabel Carrasco, lo que ha tenido en su persona y en su vida "consecuencias muy negativas, tales como depresión, lo que provocó que llegara a perder 25 kilos".
Asimismo, el sumario recoge que Montserrat Triana no puede "conciliar el sueño desde hace años" por lo que ha tenido que tomar medicación, además de que Isabel Carrasco la llamaba a altas horas a su móvil "con un número oculto, prevaliéndose siempre de su situación de superioridad y que le pedía cosas oficiales y privadas para ella y para sus amigos".