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Diputación de León

Las declaraciones judiciales confirman la venganza personal como móvil del asesinato de Isabel Carrasco

Isabel Carrasco, a la derecha, junto a Montserrat Triana Martínez González, a su derecha durante la firma de un convenio de la Diputación de León.

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"Me vi en la obligación de hacer justicia por todo lo que se le estaba haciendo a mi hija". Así justificó Montserrat González, asesina confesa de Isabel Carrasco, su crimen ante la jueza el día 14 de mayo, según la información publicada por diferentes medios la mañana de este viernes. El Diario de León, El MundoEl Mundoy el Diario de Castilla y León son los tres periódicos que han tenido acceso al sumario. 

"Lo llevé a cabo porque no podía más por lo injusto de la situación a la que estaba llevando a mi hija la tal Isabel", declaró González ante la Policía la noche anterior. "Estaba completamente harta y no podía más", remarcó durante su conversación con las autoridades.

En su declaración judicial, la autora del crimen explicó que fue la "desesperación" y "la injusticia con mi hija que actualmente no puede dormir, ya que Isabel le lleva haciendo la vida imposible desde hace ya mucho tiempo" lo que le llevó a acabar con la vida de Carrasco.

Culpó a la presidenta de la Diputación de León de "perjudicar" a su hija, Triana Martínez, laboralmente: "En las oposiciones fue Isabel quien influyó para que le dieran la plaza al otro aspirante". Aseguró, además, que a Triana "le había surgido un buen trabajo de su especialidad en Valladolid y otro en León e Isabel llamó para que no le dieran el trabajo". 

González defiende la inocencia de su hija

"Isabel acosaba a Triana", apuntó durante su declaración. Denunció que su hija "había adelgazado 25 kilos" y que un médico le "advirtió de que podía hacer algo contra sí misma".

En este sentido, González trató de exculpar a su hija explicando que cuando ella le "contaba sus problemas", le decía "que no se preocupara que ya se solucionaría todo". Sin embargo, como señala el Diario de León, en el sumario queda claro que Triana llama a su amiga Raquel Gago instantes después de producirse el asesinato.

También la exculpó en su versión de los hechos. Ante la jueza explicó cómo llevó a cabo el crimen: "El primer disparo lo hice de espaldas. Isabel no vio que venía. Los otros dos disparos fueron con ella en el suelo [...]. No sé dónde le di. Isabel no se movió. No vi si sangraba. Después me di la vuelta y me fui". Tras cometer el asesinato "iba rápido porque estaba fatal, muy mal, medio ida y entonces vi a mi hija", explicó. "En ese momento le di el bolso y le dije que lo tirara y que me iba para el coche".

Recalcó que "no había preparado el encuentro para darle el bolso". "No quiero implicar a mi hija por nada. Para eso me hubiera ido al coche y nos íbamos las dos", en lugar de acudir a un mercado en el que, al parecer, se deshizo de la ropa que llevaba.

Respecto al registro efectuado en la casa de su hija donde aparecen varias fotos de Carrasco, aseguró "que eran para carteles del PP" que iba a hacer Triana. A pesar de tratar de desvincular a su hija del crimen, al ser preguntada "por las anotaciones sobre armas que se encontraron en el registro practicado en el domicilio", respondió que correspondían "a búsquedas en Internet que hicieron juntas y apuntó mi hija".

El arma del crimen

La asesina confesa de Carrasco negó que alguien le instruyera en el manejo de armas: "No tengo conocimiento de armas. El revolver lo cargué yo, es muy fácil. He mirado por Internet". Minutos después, Montserrat González se contradijo al asegurrar que se lo enseñó la persona que le "vendió el arma". 

Según explicó a la jueza, la persona que le facilitó el arma "se llama Armando" y es de Gijón. "Se la compré hace dos años. No fue tan fácil comprar un arma. Ese señor es conocido en Gijón, lo sé por comentarios de la gente, de los mercadillos", relató González en su declaración. Explicó que su teléfono no lo había anotado "porque siempre estaba allí".

Contó que el revolver marca Taurus calibre 32 H&R Magnun, el arma del crimen, le costó "2.000 euros" y recalcó que "lo compraría hace dos años", aunque desconoce "el día, ni el mes". También reconoció que compró otro arma y que "la dejé en casa de mi hija".

Acceso a la prensa y medios de comunicación

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Según informa el Diario de León, pese a que en todo momento se dio a entender que Montserrat González y Triana Martínez permanecieron aisladas e incomunicadas durante el tiempo que estuvieron detenidas en la Comisaría, la declaración de Montserrat González demuestra que no fue así.

Las declaraciones de González ante la jueza demuestran que tuvo acceso a prensa escrita y hasta a la televisión. Al final de su declaración ante los agentes de la investigación se queja del trato que los medios están dando a su hija, poniendo de manifiesto, como consta en el sumario, "que está en completo desacuerdo con los medios de comunicación (prensa escrita y televisión) con el trato dado a su hija".

Tras esta afirmación, Montserrat González  insiste en la inocencia de Triana Martínez: "no tiene nada que ver con los hechos reseñados" y por eso llega, incluso, a exigir que "no quiere que permanezca detenida".

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