El futuro del PP
Aznar entra en la campaña de las primarias del PP a tres días de la votación de los militantes
Han pasado casi 14 años desde que José María Aznar cedió la Presidencia del Partido Popular pero este lunes, a tres días de que los militantes del PP se pronuncien sobre el candidato que prefieren para suceder a Mariano Rajoy, su influencia y su ideario político se colaron en la campaña. Y no sólo eso: este martes Aznar, que no se prodiga mucho en sus declaraciones públicas, amenaza con convertirse en el protagonista absoluto del tramo final de las primarias del PP: a las nueve de la mañana será entrevistado por Carlos Alsina en el programa Más de Uno de Onda Cero.
Quizá anticipando ese movimiento, fue María Dolores de Cospedal, hasta ahora secretaria general del PP, la que lo puso en el centro del debate. Lo hizo a primera hora del lunes, en una entrevista emitida por la Cadena SER en la que reservó el grueso de sus dardos para Pablo Casado, que junto a Soraya Saénz de Santamaría y la propia Cospedal pertenece a la terna de aspirantes a la Presidencia conservadora con más posibilidades de pasar a la segunda fase congresual, en la que 3.134 delegados tendrán la última palabra.
Cospedal se refirió abiertamente a Casado como “próximo” a Aznar y no descartó que el antecesor de Rajoy esté intentando hacer valer su influencia para favorecerle. Durante la entrevista, la aspirante a la Presidencia del PP se mostró en contra de la convergencia entre el PP y Ciudadanos que Aznar propuso el pasado mes de junio —“yo creo que el PP tiene entidad suficiente como para ser referente del centro derecha; tenemos que ser nosotros mismos” subrayó Cospedal— y recordó que, aunque Casado es el más joven de los aspirantes, “la edad por sí sola no supone regeneración” y sí en cambio “menos experiencia y menos conocimiento de cómo funciona un partido político y de cómo se ganan elecciones”. Y añadió, esta vez sin citar a nadie en concreto: “Sólo con marketing, superficialidad y cambios de imagen vistosos marketingque no tengan que ver con los contenidos“ no se puede “renovar el partido”.
Al pimpampum se apuntó enseguida el exministro José Manuel García-Margallo, que no tiene dudas ni sobre la falta de preparación de Casado ni de sus vínculos con Aznar: “Es un hecho evidente”. Casado, indicó, está “rescatando” las “ideas” de Aznar.
Al aludido le faltó tiempo para responder. Y por si alguien no lo tenia claro, se reivindicó orgulloso del pasado de su partido, no sólo de Aznar, sino también de Manuel Fraga, el ministro franquista que lo fundó en plena transición con el nombre de Alianza Popular. “Fraga, Aznar y Rajoy han sido grandes presidentes del PP; hay que estar orgullosos de nuestro pasado para mirar al futuro”, añadió antes de lanzar una advertencia a sus competidores: “Difícilmente“ puede aspirar a liderar un partido político alguien que “reniega” del pasado de ese partido y “de su propio pasado al haber pertenecido a los gobiernos de los que está hablando”. “Me extraña que personas que llevan 30 años haciendo política con Aznar digan que soy el candidato de Aznar”, afirmó Casado en una entrevista emitida por Antena 3.
Aún así, el hasta ahora vicesecretario de Comunicación del PP, aseguró que detrás de su candidatura no hay ningún alto cargo, ningún expresidente, ni ningún barón autonómico o provincial porque es, dijo, “el candidato de las bases”.
Ahijado político de Aznar
Su condición de ahijado político de Aznar, latente desde que comenzó la campaña de las primarias, ha terminado por estallar a tres días de la votación de los militantes. El expresidente del PP nunca ha ocultado su simpatía por Casado. Y este, que colaboró con él en la fundación FAES, ha abrazado durante la campaña el discurso más derechista del PP, ese que defiende recortar la ley del aborto, impedir la legalización de la eutanasia, mantener la prisión permanente revisable e incluso retirar a Cataluña sus competencias en materia educativa haciendo que los profesores dependan del Estado. Los tres pilares de su propuesta, explica estos días en su gira en busca del apoyo de los militantes, son la libertad individual, la unidad de España y la familia.
La irrupción de Aznar en la campaña no sólo tiene que ver con sus preferencias sobre el ganador sino con la estrategia orgánica y las propuestas políticas que debe llevar a cabo. Pocos días después de la moción de censura que sacó a Rajoy de la Moncloa, el expresidente responsabilizó a su sucesor de haber liderado la deriva que ha llevado a la fractura de un "centroderecha" que, a su juicio, ha perdido "sus señas de identidad" y "su conexión con el electorado". Y fue más allá al ofrecerse para favorecer una reunificación de ese espacio actuando como mediador entre el PP y Ciudadanos.
Aznar señaló recientemente en una entrevista concedida al diario El Mundo que las elecciones en el PP son una oportunidad para “reconstruir” el centroderecha y “renovar” y “refundar” el partido. “Si se hace, podrá volver a ser un partido de Gobierno. Si no se hace, el PP corre el grave riesgo de dejar de ser un partido con posibilidades de Gobierno”, proclamó.
Sobre la mesa está el debate de cómo recuperar el terreno cedido a Ciudadanos, pero también a Vox, según Casado, que echa de menos también los votos que según él han buscado refugio en la formación de extrema derecha.
El problema de la segunda vuelta
Ya en la recta final de la campaña ante los afiliados, cargos del PP asumen que el candidato que gane la votación de los afiliados debe ser el presidente de la formación, salvo que haya un resultado muy ajustado entre dos aspirantes y deban decidir los 3.134 compromisarios en el congreso nacional fijado para los días 20 y 21 de julio, según fuentes del partido citadas por Europa Press.
Las mismas fuentes subrayan que los presidentes provinciales del PP tienen un papel clave en este proceso e intentarán influir hasta el último minuto en el voto de los afiliados inscritos en su territorio. Eso sí, también admiten que el voto “suelto” o no controlado puede situarse en el 30 o 40%, lo que abre un escenario incierto y hace difícil prever cuál será el resultado este jueves.
La decisión de los afiliados: un vencedor claro o alargar la batalla hasta el congreso
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En principio, los analistas atribuyen a Cospedal un apoyo mayoritario en Castilla-La Mancha, Extremadura y Asturias, así como buena parte de Aragón, La Rioja y Madrid. También tiene apoyos en Cataluña y Andalucía. En el caso de la exvicepresidenta del Gobierno, aseguran su principal bastión es Andalucía, donde cuenta con respaldos en varias provincias, así como en Cantabria, Canarias y Comunitat Valenciana. También cuenta con apoyos en parte de Aragón, Melilla y Castilla y León. Galicia no ha tomado posición por ningún candidato hasta el momento.
El PP confía en dar “resultados provisionales” la misma noche del 5 de julio y calculan que la participación se situará en torno al 70% de los inscritos.