La renovación del Poder Judicial
El CGPJ elegirá el próximo martes a su presidente entre siete magistrados del Supremo
El Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), reunido este jueves por primera vez después de que los nuevos vocales hayan jurado y prometido su cargo ante el rey, ha puesto sobre la mesa siete nombres para presidir el renovado órgano de gobierno de los jueces y el Tribunal Supremo durante los próximos cinco años. Todos los aspirantes, cinco mujeres y dos hombres, son magistrados del Alto Tribunal. La votación, en la que se requiere una mayoría de tres quintos –es decir, trece de los veinte vocales, lo que obliga a buscar consensos entre ambos bloques–, se llevará a cabo el próximo martes.
En la reunión, que ha sido presidida por el vocal de más edad, Bernardo Fernández Pérez, los miembros del Pleno del órgano de gobierno de los jueces han dado así cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 586 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que establece que en la sesión constitutiva deben presentarse y hacerse públicas las distintas candidaturas. En concreto, la norma establece como requisitos para dirigir el Supremo y el CGPJ ser miembro de la judicatura con categoría de magistrado del Alto Tribunal y reunir las condiciones exigidas para ser presidente de Sala del mismo o bien ser jurista de reconocida competencia con más de veinticinco años de experiencia.
El Pleno, finalmente, se ha decantado por siete magistrados del Tribunal Supremo en una lista con presencia mayoritaria de mujeres: Esperanza Córdoba, Ángeles Huet, Pablo Lucas, Pilar Teso, Antonio del Moral, Ana Ferrer y Carmen Lamela.
Los cuatro primeros forman parte de la Sala Tercera del Alto Tribunal, la de lo Contencioso-Administrativo. Tanto Córdoba como Huet aterrizaron en el Supremo en febrero de 2020, antes del cambio normativo que impidió que el CGPJ en funciones pudiese seguir haciendo nombramientos en la cúpula judicial. La primera ejercía hasta ese momento como jefa del Servicio de Inspección del Consejo General del Poder Judicial, mientras que Huet formaba entonces parte de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Lucas es, además de presidente de la Sala Tercera del Supremo, el juez encargado del control judicial previo de las actividades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), un cargo que le ha llevado a autorizar en los últimos años, por ejemplo, algunos polémicos pinchazos del espionaje español a destacados dirigentes del independentismo catalán. Pilar Teso, por su parte, aspira de nuevo a presidir el Consejo General del Poder Judicial y el Supremo. La magistrada, de perfil progresista, ya se enfrentó a Carlos Lesmes en 2013, pero solo logró recabar cuatro votos frente a los dieciséis que se aglutinaron alrededor del magistrado.
El procés, por su parte, es el hilo que une a los tres integrantes de la Sala de lo Penal del Supremo. Mientras que Del Moral y Ferrer formaron parte del tribunal que juzgó a los líderes independentistas, Lamela fue, en la Audiencia Nacional, la instructora de la causa que luego terminaría asumiendo el Alto Tribunal. De corte progresista, Ferrer fue la magistrada que en el caso ERE se pronunció en contra de condenar por malversación al expresidente andaluz José Antonio Griñán y, más recientemente, la única que se ha pronunciado a favor de que a este mismo delito se le pueda aplicar la amnistía en el caso de los líderes independentistas condenados.