GALICIA

La crisis de los 'pellets' en Galicia lleva a la UE a activar nuevas normas para reducir los vertidos en el mar

Pellets de plástico en la playa de Sabón, a 9 de enero de 2024, en A Coruña.

Miguel Pardo (Praza.gal)

El 18 de enero de 2024, la Comisión Europea respondió a la marea de pellets que llevaba algo más de un mes extendiéndose por las costas de Galicia y gran parte de la cornisa cantábrica mostrándose dispuesta a endurecer los requisitos para el transporte marítimo de estos gránulos de plástico. Las autoridades comunitarias, presionadas por la movilización en Galicia y las reivindicaciones de varios grupos políticos y eurodiputados —especialmente gallegos, como Nicolás G. Casares (PSdeG) y Ana Miranda (BNG)—, apostaron por "acciones rápidas y decisivas a todos los niveles" para reducir sus vertidos y la contaminación que provocan. Se mostraron abiertos a endurecer las medidas para su transporte, extender la legislación prevista al comercio marítimo internacional o prohibir que el transbordo se realice a granel. 

Dicho y hecho. Un año y algo más tarde, el Consejo Europeo, la Comisión y el Parlamento acaban de llegar a un acuerdo sobre un reglamento para evitar el vertido de pellets de plástico. Una normativa que combatirá este tipo de vertidos en la cadena de suministro (terrestre y marítima) y que endurecerá las normas para los transportistas. Una nueva legislación que se aplicará dos años después de su entrada en vigor, plazo que será de tres en el caso del transporte marítimo. 

La principal novedad es la inclusión del transporte marítimo dentro del ámbito de aplicación del reglamento, una medida fundamental ya que el 40% de los granulados de plástico en la UE se transportan por mar. Según el acuerdo, los operadores de transporte marítimo deben garantizar que los pellets transportados por mar se empaqueten en embalajes de buena calidad que sean suficientemente resistentes y estén correctamente cerrados para soportar las condiciones normales de transporte, y que vayan acompañados de información clara sobre la carga y solicitudes especiales de estiba.

La inclusión de los buques en el reglamento supone "cerrar una laguna importante en la propuesta original de la Comisión, que excluía este tipo de transporte del ámbito de aplicación", explica uno de los negociadores del nuevo reglamento. Según aclara, esta incorporación “permitirá prevenir catástrofes medioambientales como la provocada por el accidente del buque Toconao a finales de 2023, que dejó las costas gallegas y del norte de España gravemente afectadas por la dispersión de granza de plástico”.

“Fue una de las peticiones que hizo el BNG y que fue aceptada", destaca la eurodiputada nacionalista Ana Miranda, quien no tiene duda de que el vertido que sufrió Galicia en las navidades de 2023 y la "presión política y social que provocó, también en Europa", fue lo que propició la aceleración y mejora de la regulación que ya estaba en fase de negociación por aquel entonces. "La inclusión del transporte marítimo es clave, pero tenemos que recordar que el PP fue uno de los partidos que se opuso", añade en conversación con Praza.gal. 

”El acuerdo es una buena noticia para nuestro mar porque refuerza las medidas de protección, incluyendo el transporte marítimo y a operadores que antes estaban fuera del objetivo”, afirma el eurodiputado del PSdeG Nicolás G. Casares, quien tampoco duda de que “lo ocurrido en Galicia ha sensibilizado a las instituciones europeas”. "Provocó que las posiciones defendidas por los socialistas finalmente fueran aceptadas después de mucha resistencia del PP", coincide. 

A partir de la aplicación del nuevo reglamento, cuando se produzcan pérdidas accidentales –según explica el Parlamento Europeo en un comunicado–, los operadores económicos, transportistas de la UE y transportistas extracomunitarios "deberán informar inmediatamente a los servicios de emergencia, tomar todas las medidas posibles para minimizar las consecuencias, así como evitar nuevos incidentes o accidentes" .

Por otro lado, y a petición del Parlamento Europeo, el acuerdo prevé la inclusión de un símbolo específico y una advertencia en la etiqueta, envase o ficha de datos de seguridad que acompaña a los pellets de plástico .

Estas nuevas normas se aplicarán a todos los operadores que manipulen más de cinco toneladas de estos gránulos de plástico al año, así como a los transportistas de la UE y de terceros países. Así, el nuevo reglamento también introduce obligaciones para estos operadores europeos en función de su certificación: tendrán que demostrar que cumplen los equipos y procedimientos mínimos para prevenir, contener y limpiar las pérdidas de estos granulados.

Certificaciones

Los requisitos dependerán, según aclara el Parlamento Europeo, del tamaño de los operadores. Quienes manipulen más de 1.500 toneladas al año deberán obtener un certificado emitido por un tercero independiente, mientras que quienes estén por debajo de esa cifra requerirán una única certificación que deberá realizarse cinco años después de la entrada en vigor del reglamento. Si no alcanzan esas 1.500 toneladas anuales, sólo tendrán que emitir una autodeclaración de conformidad. 

En este punto, la obtención de la certificación por parte de los pequeños operadores fue donde hubo más polémica y dificultades para consensuar un texto, según fuentes de la negociación.

El nuevo reglamento tendrá ahora que ser aprobado por el Consejo y luego ratificado de nuevo por el Parlamento Europeo. "Está hecho", dicen fuentes comunitarias. Llegará antes de 2030, año en el que la UE deberá reducir en un 30% el número de microplásticos liberados al medio ambiente (intencionadamente y no intencionadamente). 

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El 16 de octubre de 2023, la Comisión Europea propuso un reglamento para combatir la contaminación por microplásticos resultante de las pérdidas de pellets, que constituyen la tercera fuente de emisiones no intencionadas de estos microplásticos al medio ambiente de la UE. Tras la crisis ocurrida en Galicia apenas unas semanas después, las autoridades europeas aceleraron y endurecieron las medidas para aumentar la seguridad en su transporte y reducir rápidamente su posible impacto . 

”Hemos llegado a un buen acuerdo que garantizará que las pérdidas de pellets ya no sean imposibles de abordar, como ha sido el caso hasta ahora. Europa gana en seguridad y prevención y está equipada con instrumentos para reaccionar ante incidentes y accidentes que puedan implicar pérdidas de pellets de plástico”, destaca el eurodiputado socialista César Luena, encargado de dirigir las negociaciones en nombre del Parlamento Europeo. 

”Cada año se pierde en el medio ambiente el equivalente a 7.300 camiones cargados de pellets de plástico. La UE acaba de dar un paso histórico hacia la reducción de la contaminación por granulados al adoptar medidas para abordar las pérdidas y garantizar una manipulación adecuada, incluso en el transporte marítimo”, resumió Paulina Hennig-Kloska, ministra de Clima y Medio Ambiente de Polonia, país que actualmente preside el Consejo de la UE. 

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