El futuro del PSOE

Los errores que dirigentes socialistas reprochan a Sánchez: ejercer de candidato y baja valoración

Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero, con Jordi Sevilla y Josep Piqué, este 22 de enero de 2015 en el Ateneo de Madrid.

Pedro Sánchez es secretario general del PSOE, pero hace también de candidato, pese a que las primarias no se han celebrado. Y el partido, mientras, no remonta en las encuestas y la valoración de su máximo dirigente tampoco se dispara. 

Esos son los tropiezos o fallos de estrategia que reprochan a Sánchez buena parte de sus compañeros. Un cuestionamiento creciente y ostensible de su liderazgo por parte de aquellos que le auparon a la cúspide del PSOE que se corresponde con una mayor distancia con la baronesa andaluza, Susana Díaz

Sánchez ya anticipó, al poco de ser elegido como secretario general por la militancia, que se presentaría a las primarias abiertas, que finalmente se desplazaron de noviembre de 2014 al 26 de julio de 2015. Y lo confirmó en su primer Comité Federal, a la vuelta del verano pasado. Hasta ahí, todo discurría con cierta normalidad. Pero el fogueo interno fue aumentando conforme se asentaba en Ferraz. Sánchez fue progresivamente acusado de buscar su "promoción personal" con apariciones en programas de televisión –algunos, de entretenimiento, como Sálvame, El hormigueroo Planeta Calleja– a cambio de descuidar la marca y el partido, muy debilitados. Y pronto llegó la advertencia de Andalucía y de Díaz, la que más remó a su favor para que lograra vencer a Eduardo Madina: le daba todo su respaldo "ahora" como secretario general, pero sólo como secretario general. Nada más. No como candidato. El PSOE-A condicionaba su apoyo posterior a que las municipales y autonómicas del 24 de mayo no se convirtieran en un nuevo tsunami. 

La presidenta andaluza ha sido preguntada en multitud de ocasiones, y nunca ha salido de ella un compromiso mayor que el de su apoyo claro a Sánchez como jefe del partido. Este mismo jueves lo volvió a decir desde La Algaba (Sevilla): tiene, dijo, todo su "apoyo y ayuda y colaboración en un momento muy complicado" para el PSOE, al tiempo que recordaba que ella "tiende a coser y a unir" en sus filas. A la jefa de la Junta y a su equipo le irritan sobremanera que el diputado madrileño hable de las primarias a la Moncloa, cuando no toca ni está abierto el proceso, y dé por supuesto que será el candidato presidencial. "Si nos creemos las primarias abiertas, nos las tenemos que creer hasta el final, no puede ser que demos por hecho el resultado, porque estamos mandando un mal mensaje", analizan desde el PSOE andaluz. 

"Ganaré esas primarias"

El pasado martes, en RNE, Sánchez recordó que su compromiso es ser candidato a las generales: "No sólo me presentaré a esas primarias, las ganaré". El secretario general aprovechó para lanzar otro mensaje de consumo interno: se "equivocan" quienes "creen que la voz de la militancia de base" que le aupó al liderazgo del PSOE "tiene un corto periodo de tiempo" de validez. Desde Gibraleón, en Huelva, adonde acudir a visitar un colegio, Díaz rehusó de nuevo hablar de primarias: "No tengo tiempo de eso". Una manifestación más de la incomodidad que suscita a la presidenta que se vuelva a sacar el tema. 

En el entorno de Sánchez se insiste en que él no dice más que lo que siempre ha dicho, porque además "se lo cree", y no se achantará en ningún caso. Que se presentará en cualquier circunstancia, vayan bien o vayan mal las elecciones de mayo. La baronesa andaluza, sin embargo, ya había advertido de que las primarias no pueden convertirse en una "competición de perdedores"

"Pedro está legitimado para decir que va a concurrir, quizá más que nadie, porque es el secretario general –observa un dirigente valenciano–. Pero decir que va a ganar... ya es mucho adelantar. Los liderazgos son tales cuando se refrendan socialmente. Y él tiene aún andadura por realizar". 

No sólo son Andalucía o Valencia quienes hacen ese análisis. La gestión de Sánchez ha suscitado resquemores, por distintas razones, entre distintos cuadros socialistas que le apoyaron frente a Madina en el congreso de julio. Caso de José Luis Rodríguez Zapatero, que sintió como una traición y una deslealtad que el secretario general reconociese como un "error" la reforma del artículo 135 de la Constitución, y abogase por corregirlo y "completar" esa modificación "blindando" la financiación de la educación y la sanidad públicas y las pensiones. O caso también de José Blanco, exnúmero dos del partido durante 12 años. 

De entre los que se espera que, llegado el momento, pueda apoyar a Díaz está Carme Chacón, secretaria de Relaciones Internacionales de la ejecutiva de Sánchez. Ambas mujeres tienen buena relación. Díaz movilizó votos a su favor en el congreso de Sevilla, en 2012, y en contra de Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando era secretaria de Organización del PSOE andaluz, la número dos de José Antonio Griñán, y la exministra de Defensa la ha sostenido con firmeza en todo este tiempo. Chacón, para salir al paso de las especulaciones, intentó este jueves en TVE situarse en un punto equidistante, al asegurar que respalda a los dos. A uno como secretario general y a otra como presidenta de la Junta. Después, en un acto en San Fernando, en Cádiz, aseguró que "ahora" no ha "pensado ni barajado" presentarse a las primarias. Ese debate, añadió, "vendrá en su momento". 

Del tercero al quinto

Algunos critican la "inconsistencia" del proyecto del jefe, y observan que, pasada la fase de lanzamiento de Sánchez para darse a conocer, debe incidir en la "propuesta", que según contrapone Ferraz no se ha dejado de hacer desde el verano. En los círculos socialistas también suscitan "preocupación" y "nerviosismo" las últimas encuestas, en las que el PSOE aparece situado como tercera fuerza, por detrás de Podemos. Un hecho que, de confirmarse, sería concebido como un absoluto "desastre" dentro del partido, sin paliativos.

En Ferraz se subraya que las encuestas no son unánimes, que sufren "contradicciones" entre ellas y que, en todo caso, se ha logrado "parar el golpe". Y también destacan, en el círculo del líder, que Sánchez es el principal "activo" del que dispone el PSOE, que cada vez goza de una mayor aceptación por militantes y ciudadanos, y que su buena imagen –a diferencia de lo que ocurría con Alfredo Pérez Rubalcaba, hundido en los estudios de opinión– logrará tirar de la marca. Un análisis que, sin embargo, no es compartido por todos. Un exdirigente incide en que no disfruta de un "liderazgo social" asentado, y apunta a los dos últimos sondeos de Metroscopia para El País. En diciembre, era el tercer líder con mejor nota, y en enero, pasó a ser el quinto

Otros responsables territoriales, en sintonía con la cúpula federal, sostienen que hay que "relativizar" los sondeos, porque la coyuntura es muy inestable y el voto, muy volátil. "Y a Pedro no se le pueden pedir milagros en tan poco tiempo. Y él está bastante mejor valorado que Mariano Rajoy", convienen desde una federación de peso.

El desconcierto de Sánchez

Al ruido interno ha contribuido, en las últimas horas, el episodio de la reunión que mantuvieron José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono y el barón manchego, Emiliano García-Page, con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y su número dos, Íñigo Errejón. Fue en diciembre, en la casa del expresidente del Congreso. La cita, de la que Sánchez fue informado una vez producida, no previamente, desató un enorme malestar e irritación en el cuartel general de los socialistas, como dejaron ver las palabras de la secretaria de Empleo, Luz Rodríguez, este jueves. "No entiendo a santo de qué se reúne el expresidente del Gobierno socialista. Sinceramente, me parece un sinsentido político, una reunión inadecuada, una reunión inoportuna y una reunión que no tiene ningún sentido político. Y lo digo como una persona que formó parte del Gobierno de Rodríguez Zapatero".

Un desahogo evidente de quien fuera secretaria de Estado de Empleo del expresidente en su última legislatura. Y una sensación de desazón compartida por la ejecutiva. Desde el entorno de Sánchez se reconocía un sentimiento de desconcierto, de soledad y perplejidad por lo que estaba ocurriendo en los últimos días. 

"Demuestran estar nerviosísimos en Ferraz", observa un ex alto cargo de la dirección. "Todo es un despropósito: la reunión de Zapatero y la reacción de Luz", señalan en el equipo de Díaz. Algunos dirigentes, miembros de la ejecutiva federal, como el exlíder del PSE y exlehendakari Patxi López o los secretarios generales del PSM y del PSdeG, Tomás Gómez y José Ramón Gómez Besteiro, salieron en defensa de Sánchez, y advirtieron de que lo que menos falta hace en el partido es "ruido". Gómez reprochó incluso a Zapatero que no hubiera avisado antes al jefe del partido.

Sánchez se esforzó por hacer de tripas corazón en público y por manifestar su "respeto" por cómo gestiona su agenda el expresidente, y subrayó que no veía "ningún motivo" para encontrarse con Iglesias. Eso fue en una entrevista radiofónica por la mañana. Pero por la tarde, en la presentación de un libro de Jordi Sevilla, en el que coincidió con Zapatero, se mascaba la tensión: ambos evitaron saludarse en público pese a la insistencia de los reporteros gráficos. 

Hacer de Andalucía "la causa del PSOE"

Otro elemento nutre de incertidumbre el ambiente: la posibilidad de que Susana Díaz convoque elecciones anticipadas. Ella misma no quiso adelantar ayer el escenario, aunque se sabrá "en los próximos días", y se guiará, como ha venido diciendo, por "lo que sea bueno para Andalucía". Los socialistas dieron otra pista de que habrá adelanto: convocaron un pleno extraordinario para el lunes, el último día que tiene la presidenta para firmar el decreto de disolución del Parlamento si quiere comicios el 22 de marzo. 

Dirigentes y exdirigentes creen conveniente que Sánchez y su dirección "aprovechen la jugada" de Díaz, porque, aunque la operación comprende "muchos riesgos", puede ser un "balón de oxígeno para el PSOE". Si la presidenta gana y se coloca como primera fuerza (en 2012 ganó el PP), y la irrupción de Podemos se contiene, insuflaría de ánimo a los socialistas y les motivaría de cara a las municipales. "Interpretarlo como una pelea interna, por las intenciones que Susana pueda tener en Madrid es un error", advierte un exresponsable que conoce bien la maquinaria del partido. "El adelanto nos viene muy bien, porque vuelve a situar la confrontación entre PP y PSOE, no entre PSOE y Podemos. La causa de Andalucía va a ser la causa del PSOE. Si sale bien, queda bien ella, le beneficia a Pedro y nos ayuda a todos", señala un barón que es a la vez candidato el 24-M. 

La siguiente derivada de un más que probable avance de los comicios sería que Díaz, validada por las urnas, tendría la vía libre a las primarias en caso de que vinieran mal dadas en las locales y autonómicas. Así podría optar a la candidatura a la Moncloa en las generales. Y muchos apuestan por que pujará esta vez y no dejará pasará el tren. Pero pensar en los escenarios posibles después de mayo es aún una entelequia. 

En el entorno de Sánchez reconocen que la operación impulsada por la jefa de la Junta puede ser provechosa para el partido, en tanto que calienta motores y puede levantar los ánimos. Aunque tiene su peligro. Recuerdan, por ejemplo, lo que sucedió con Artur Mas en noviembre de 2012. Al president parecía venirle el viento de cara y se preveía una mayoría absoluta. No fue así: perdió 12 escaños y tuvo que buscar refugio en ERC, que desde entonces se convertiría en su socio de legislatura. 

Que aúnen esfuerzos Díaz y Sánchez

Sánchez y Zapatero coinciden en un acto pero evitan darse la mano

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Varios responsables consultados insisten en que la "espuma" de estos días, la "fiebre" pasará, como siempre ocurre en el PSOE. Las crisis afloran y luego se acallan, aunque suelen quedar heridas. Los veteranos recuerdan incluso que Zapatero sufrió momentos semejantes de zozobra hasta que pasó el examen de las urnas (municipales y autonómicas de 2003 y generales de 2004), a partir de las cuales su liderazgo se consolidó. Piden observar la escena sin mayor "dramatismo".

En cambio, hay quien sí cree que lo más preocupante es que exista tensión entre Sánchez y Díaz. El secretario general dijo ayer que la relación es buena, "sobre todo política", y ella la calificó de "fluida". Ambos hablaron de hecho el miércoles sobre la situación en Andalucía y la posible ruptura con IU. Pero lo cierto es que la frialdad es evidente. "Lo importante es que conjunten esfuerzos", "deben apoyarse mutuamente", sostienen distintos interlocutores. 

Está siendo otra semana de pasión para los socialistas. Aunque algunos confían en que la cosa revierta si hay adelanto electoral. Entonces toda la atención se volcará en la campaña andaluza y en el propósito de cambiar el ciclo.

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