Las exmonjas de Belorado acaban el año atrincheradas pero con el desahucio a la vuelta de la esquina
En el monasterio más mediático de 2024 viven ahora ocho de las diez monjas excomulgadas y cinco monjas que lo siguen siendo pero no pueden recibir los sacramentos. Las protagonistas del primer cisma de religiosas en España siguen atrincheradas más de medio año después en el monasterio de Belorado (Burgos) y no dejan entrar a nadie del arzobispado ni de la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu, a la que está afiliado el monasterio y que se ha hecho cargo ya de más de 160.000 euros en gastos y deudas. El próximo día 23 de enero es la fecha del desahucio, pero podría retrasarse, mientras que las exmonjas han puesto su propia demanda para quedarse en los monasterios (de Belorado y de Derio, Bizkaia) como asociaciones civiles.
La situación de las cinco monjas mayores es la que más preocupa en el arzobispado y la federación. “No tenemos acceso a ellas, sólo sus familiares. Tienen sus capacidades muy mermadas por su avanzada edad. Hace un mes y medio la trabajadora que las atendía causó baja por enfermedad y mandamos a una trabajadora suplente a la que (las exclarisas) no dejaron entrar”, explica a infoLibre Natxo de Gamón, portavoz del comisario pontificio nombrado para solucionar esta crisis, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta. Lo que ha previsto la federación para después del desahucio de las ocho religiosas excomulgadas es que las cinco monjas mayores permanezcan en su monasterio cuidadas por otras clarisas que trasladarán allí.
El desahucio afectará a todas las personas que estén en el monasterio y no sean las cinco monjas mayores. El arzobispado “no tiene ni control ni información” sobre lo que sucede detrás de esos muros ni sobre quiénes o cuántas pueden ser esas personas, pero sí sabe que ahora hay un nuevo falso obispo, esta vez brasileño, que está con las exreligiosas. Por el monasterio han circulado en estos meses otros falsos obispos y curas desde que expulsaron al que estuvo en el origen del cisma. Cuando rompieron con la Iglesia católica, las monjas de Belorado dijeron que pasaban a estar “bajo tutela y jurisdicción” de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, católico excomulgado y líder de una escisión considerada secta religiosa y de apología franquista. Su idilio fue breve y lo expulsaron en junio junto al faso cura José Ceacero, que llegó a ser durante un mes su portavoz en los medios.
La vista oral del desahucio de Belorado estaba prevista para el 19 de diciembre, pero se tuvo que suspender porque el juzgado no pudo notificárselo a dos de las ocho monjas, que no estaban en el monasterio. El lanzamiento sigue previsto para el 23 de enero, aunque es posible que se retrase tras haberse suspendido la vista. En paralelo, está también admitida a trámite la demanda de desahucio sobre el monasterio de Derio. Y en medio de esa incertidumbre ha llegado en los últimos días otra novedad de esta enrevesada batalla judicial: se ha admitido una demanda de las exmonjas para quedarse como asociaciones civiles en los monasterios de Belorado y Derio y quitar toda autoridad al comisario pontificio, Mario Iceta.
Admiten una demanda de las exmonjas de Belorado para exponer su derecho a dejar la Iglesia
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“Evidentemente respetamos todas las decisiones judiciales y ellas tienen todo el derecho del mundo a presentar lo que les parezca, ya decidirá el juez”, responde el portavoz del comisario pontificio sobre esta última noticia del caso. Pero subraya que lo que buscan tanto el arzobispado como la federación es “resolver esta situación completamente anómala”. Y recuerda: “Ya no son monjas católicas y por tanto no tienen derecho a inmuebles que son propiedad de una entidad católica, que es la federación”.
Un aviso sobre las corrientes ultra contra el papa Francisco
El cisma de las monjas de Belorado ha sido uno de los temas mediáticos del año pero también un asunto serio y preocupante en los círculos de debate de la Iglesia católica. “Yo destaco el caldo de cultivo que suponen ciertas ideas que se están difundiendo en Internet y en las redes sociales de tipo conspiracionista y ultraconservador con respecto a la situación actual de la Iglesia católica y, más en concreto, al papa Francisco, al que se acusa de mil cosas, tachándolo directamente de falso papa y usurpador”, dice a infoLibre el teólogo y experto en sectas de origen cristiano, Luis Santamaría, que ha seguido este caso al detalle desde el comienzo. “Esto va mucho más allá de una simple desafección personal o de una sana crítica, se convierte en una ideología fanática y sectaria. El cisma de Belorado es sólo una de las consecuencias de esta ideología, unida a los factores circunstanciales de ese monasterio”.
Grupos como el de Pablo de Rojas, al que se afiliaron en origen las monjas cismáticas, se reivindican como una Iglesia pura, “el pequeño resto fiel de católicos frente a una Iglesia católica que consideran que se ha desviado”. Estos colectivos rechazan los cambios de los últimos pontificados y especialmente los del actual papa Francisco. “Es fundamental seguir profundizando en el conocimiento y la erradicación de los comportamientos sectarios dentro de la Iglesia. Porque no sólo hay abusos sexuales, sino también abusos de poder y de conciencia... algo que parece una clave fundamental para entender lo que está pasando en Belorado”, apunta Santamaría. El cisma de Belorado deja, a su juicio, una asignatura pendiente para la Iglesia católica: “debe cuidar a cada uno de los fieles, escuchar su voz y afrontar las críticas y desilusiones que pueda haber. Vamos, que de hecho hay. Ha de haber un diálogo sincero, teniendo en cuenta que la crispación social también se mete entre los creyentes, generando un mal ambiente de polarización. Y hay que afrontarlo desde la formación”.