Medio ambiente
Extinction Rebellion exige ante la sede del PSOE que el Gobierno declare la emergencia climática
Al grito de "¡Planeta, escucha somos tu lucha!", este miércoles 5 de junio, día mundial del Medio Ambiente, el movimiento internacional Extinction Rebellion ha realizado protesta pacífica a partir de las 9.30 horas en la entrada de la sede del PSOE cortando el tráfico de la calle de Ferraz, en Madrid. La acción ha tenido como objetivo presionar al que se prevé que sea el partido de Gobierno de esta decimotercera legislatura para que declare el estado de emergencia climática. La protesta, que se ha mantenido durante algo más de una hora, ha culminado con el compromiso de estudiar sus demandas por parte del coordinador de la Secretaría de Organización del PSOE, Julio Navalpotro Gómez.
De esta manera, según ha explicado Miguel Rodríguez, portavoz de los concentrados, "Julio Navalpotro se ha comprometido a llevar a la dirección del PSOE el compromiso de declarar la emergencia climática con una serie de políticas vinculantes". "Estamos seguros de que esto se efectuará la próxima semana", ha añadido Rodríguez, tras confirmar que prevén una reunión formal entre miembros de Extinction Rebellion y responsables del PSOE en materia de medio ambiente.
"Apelamos a todos los partidos a que se comprometan a unas medidas mucho más realistas" sobre la crisis climática, ha explicado Miguel Rodríguez. "Pedro, Pedrito; que salgan a dar explicaciones"; "Rebelión o extinción"; "No tenemos pasta para volar a Marte"; "Los que están en la cima no se enteran ni del clima"; "Menos polución y más solución"; "Ni un grado más, ni una especie menos"; o "Si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado", fueron algunas de las muchas consignas que más de 50 activistas por el clima han coreado frente a la sede del PSOE.
La principal reivindicación que han esgrimido este 5J ha sido la declaración de emergencia climática, el primer paso de la estrategia de presión para que el Gobierno central, los autonómicos y los ayuntamientos “digan la verdad” sobre la crisis climática, actúen y planifiquen soluciones justas y concretas con la mayor premura, y que estas estén bajo la supervisión directa de la sociedad a través de asambleas ciudadanas.
Consideran que nos encontramos en la carrera del ser humano contra su propia extinción, así como la de al menos un millón de especies animales, entre las que destacan –por un mayor riesgo de desaparición– las polinizadoras y las marinas.
Esgrimen que durante años se han desoído las evidencias científicas sobre la necesidad de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad en los próximos 11 años con tal de evitar un cambio climático descontrolado, tal como revelan los datos del IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). Estos, sumados al descontento generalizado por la inacción de los gobiernos a pesar de las recurrentes manifestaciones que han tenido lugar en los últimos años, son los principales argumentos del colectivo del clima para legitimar la desobediencia civil no violenta.
La organización internacional, que comenzó sus acciones directas no violentas en España bloqueando el acceso de la sede de Repsol en Madrid a mediados de abril, persigue movilizar a la sociedad con tal de conseguir "darle la vuelta al sistema business as usual".
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Extinction Rebellion nació en Londres en abril de 2018. El movimiento desplegó toda una serie de protestas no violentas y apuntó sus reivindicaciones hacia el sector financiero y las grandes empresas así como al Gobierno de Theresa May –inmerso en las negociaciones para el Brexit– planteando una serie de medidas concretas contra la crisis climática. Los múltiples bloqueos pacíficos en la capital británica se saldaron con la detención de más de mil activistas por el clima a lo largo del año. El más destacado fue el bloqueo frente al edificio de la Bolsa de Londres, donde organizaron una sentada multitudinaria en la que los activistas pegaron sus manos con una sustancia adhesiva al suelo. Después siguieron las protestas frente a Deutsche Bank, Rothschild, el Banco de Inglaterra, Goldman Sachs, y otros.
Finalmente, el Gobierno declaró el estado de emergencia climática, aunque de forma simbólica, pues el Partido Conservador aún no ha tomado medidas concretas para paliar los efectos de la crisis climática. Miembros de la organización avanzan que, si el derrotero del Gobierno británico sigue siendo este, el movimiento tiene previsto el bloqueo de aeropuertos en Londres.